El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Popular China, también subdirector general del Departamento de Prensa, Comunicación y Diplomacia Pública Lian Jian ofreció este martes una conferencia de prensa en la que defendió con firmeza los ejercicios militares que el Ejército Popular de Liberación (EPL) realiza en las inmediaciones de la isla de Taiwán.
Los movimientos, explicó, forman parte de una respuesta “contundente” a lo que Pekín considera “provocaciones” vinculadas tanto a las autoridades taiwanesas como al reciente anuncio de Estados Unidos de vender armamento a Taipéi por 11.100 millones de dólares.
El portavoz recordó que el Comando del Teatro de Operaciones Oriental ya difundió detalles operativos de los ejercicios, y subrayó que su objetivo principal es “castigar severamente” a las fuerzas separatistas que —según Beijing— buscan la independencia por la vía militar.
El diplomático acusó a las autoridades del Partido Progresista Democrático (PPD) de “aferrarse obstinadamente” a la agenda independentista y de apostar por “buscar la independencia apoyándose en EE. UU.”. A su juicio, esa estrategia estaría convirtiendo a Taiwán en “un polvorín” y “un depósito de municiones”, alimentando tensiones que podrían empujar al estrecho “a un peligroso estado de guerra”. También cuestionó el rol de las “fuerzas externas” que, dijo, pretenden “utilizar a Taiwán para contener a China”.
El trasfondo del conflicto se remonta a 1949, cuando la guerra civil china dividió al país: el Partido Comunista tomó el control del continente y el gobierno nacionalista se replegó a la isla, manteniendo el nombre de República de China. Desde entonces, Beijing sostiene que Taiwán es parte inalienable de su territorio y exige la “reunificación”.
A lo largo de la conferencia, el funcionario reiteró que la cuestión de Taiwán constituye el “núcleo” de los intereses fundamentales de China. Aseguró que la voluntad del país de proteger su soberanía, seguridad e integridad territorial es “inquebrantable” y advirtió que cualquier acto que cruce “líneas rojas” recibirá una respuesta “contundente”.
La declaración cerró con un mensaje de advertencia: todos los intentos por frenar el objetivo de “reunificación” terminarán —según afirmó— fracasando. Para el gobierno chino, las maniobras no son un episodio aislado, sino parte de una estrategia más amplia para marcar límites y enviar señales, tanto a Taiwán como a Washington, en un escenario regional crecientemente tenso.
Redacción
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