
En un contexto global marcado por tensiones comerciales y el resurgimiento del proteccionismo, Canadá y los países del Mercosur han decidido reactivar las negociaciones para alcanzar un acuerdo de libre comercio antes de que finalice el año 2026. Este esfuerzo se produce como respuesta directa a las políticas comerciales proteccionistas adoptadas por Estados Unidos, particularmente durante la administración de Donald Trump, que afectaron tanto a Canadá como a naciones sudamericanas como Brasil.
Las conversaciones entre Canadá y el Mercosur, que agrupa a Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay (con Bolivia en proceso de adhesión), se reanudaron en octubre de 2025 tras varios años de estancamiento. Estas negociaciones buscan establecer un tratado que elimine aranceles para la mayoría de los productos comercializados entre las partes, promoviendo así un intercambio comercial más dinámico y diversificado.
Un diálogo que se remonta a 2018
El proceso para un posible acuerdo de libre comercio entre Canadá y el Mercosur comenzó en 2018, durante el primer mandato de Donald Trump. En ese entonces, Ottawa se enfrentaba a tensiones comerciales similares a las actuales debido a la política de «América Primero» del expresidente estadounidense. Sin embargo, las negociaciones se vieron interrumpidas en 2021 debido al impacto de la pandemia de COVID-19.
La reactivación de las conversaciones en 2025 refleja una necesidad compartida por ambas partes: diversificar sus relaciones comerciales y reducir la dependencia del mercado estadounidense. Según el ministro de Comercio Internacional de Canadá, Maninder Sidhu, existe un compromiso político para concretar un acuerdo en un plazo relativamente corto. “Junto con nuestros socios, estamos trabajando activamente para concluir estas negociaciones el próximo año”, afirmó Sidhu durante una visita a Brasilia.
El peso económico del Mercosur y su relación con Canadá
El Mercosur es un bloque que desempeña un papel clave en el comercio internacional, especialmente como exportador de materias primas como soja, petróleo, carne bovina y minerales. Brasil, en particular, es el principal socio comercial del Canadá dentro del bloque. En 2024, el comercio bilateral entre ambos países alcanzó los 12.700 millones de dólares estadounidenses. Sin embargo, esta cifra palidece en comparación con los 760.000 millones de dólares anuales que representa el comercio entre Canadá y Estados Unidos, lo que evidencia la histórica dependencia económica canadiense de su vecino del sur.
Ante este panorama, Canadá busca diversificar sus socios comerciales para disminuir su vulnerabilidad frente a las políticas proteccionistas de Washington. La ministra de Industria canadiense, Mélanie Joly, ha señalado que el país está decidido a explorar nuevos mercados y mejorar la implementación de acuerdos existentes. “Tenemos muchos acuerdos que son buenos sobre el papel, pero nuestras empresas no están necesariamente exportando a esos mercados. Necesitamos cambiar eso”, comentó Joly.
El impacto del proteccionismo estadounidense
La política comercial de Estados Unidos bajo Trump dejó huellas profundas en las relaciones económicas con sus socios tradicionales. Canadá fue blanco de tarifas significativas en sectores clave como el acero, el aluminio y la madera. Por su parte, Brasil enfrentó un arancel del 50% sobre varios productos exportados a Estados Unidos en 2025, una medida que fue parcialmente revertida pero que tensó la relación comercial entre ambos países.
Estas acciones han llevado tanto a Canadá como al Mercosur a buscar acuerdos alternativos que les permitan diversificar sus mercados y reducir su dependencia del comercio con Estados Unidos.
Desafíos para un acuerdo viable
A pesar del optimismo inicial y del consenso político para acelerar las negociaciones, analistas advierten sobre los retos inherentes a este tipo de acuerdos. Uno de los principales obstáculos es la competencia directa entre Canadá y los países del Mercosur en la exportación de productos primarios como minerales y alimentos.
Barry Appleton, abogado especializado en comercio internacional con sede en Toronto, señaló: “Uno de los problemas es que tanto Canadá como el Mercosur compiten por vender los mismos productos básicos en los mercados globales”. Adicionalmente, las negociaciones sobre temas sensibles como subsidios agrícolas y normas comerciales suelen extenderse durante años antes de alcanzar un consenso.
A pesar de estos desafíos, las partes involucradas han mostrado disposición para avanzar rápidamente hacia un acuerdo parcial que permita eliminar aranceles sobre la mayoría de los bienes comercializados. Según funcionarios cercanos a las negociaciones, se han establecido grupos de trabajo que tratan temas técnicos específicos como tarifas, apoyo a pequeñas y medianas empresas y mecanismos antidumping.
El contexto internacional y otros acuerdos pendientes
El esfuerzo por concretar un tratado con Canadá ocurre mientras el Mercosur también busca cerrar otros acuerdos comerciales importantes. Uno de ellos es el tratado con la Unión Europea, que ha enfrentado múltiples retrasos debido a la resistencia de agricultores europeos y otros desafíos políticos. Aunque se esperaba que este acuerdo fuera firmado en diciembre, su conclusión se pospuso nuevamente hasta enero.
Si se logra concretar el tratado con Canadá, este representaría una oportunidad significativa para ampliar la presencia del Mercosur en mercados internacionales y fortalecería la estrategia canadiense de diversificación comercial en un mundo cada vez más polarizado por disputas tarifarias.
Un futuro incierto pero prometedor
En un momento en que el comercio global enfrenta crecientes tensiones y desafíos geopolíticos, el potencial acuerdo entre Canadá y el Mercosur podría ser una señal positiva para ambos bloques económicos. Aunque aún hay muchos obstáculos por superar, la voluntad política expresada por ambas partes ofrece una base sólida para avanzar hacia una mayor cooperación económica.
El éxito del acuerdo no solo dependerá del progreso técnico en las negociaciones actuales, sino también de la capacidad de ambas partes para superar las diferencias en torno a sectores sensibles y encontrar puntos comunes que beneficien a sus economías. En un mundo donde las alianzas comerciales son cada vez más estratégicas, tanto Canadá como el Mercosur tienen mucho que ganar al fortalecer sus lazos económicos y reducir su dependencia de mercados tradicionales como el estadounidense.
