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A las puertas de 2026, la salud sexual masculina atraviesa uno de los momentos de transformación más profundos de las últimas décadas. Lo que durante años permaneció relegado al silencio, al estigma o a soluciones parciales, hoy empieza a ocupar un lugar central en la conversación médica internacional. No se trata únicamente de nuevos tratamientos, sino de un cambio de paradigma que integra ciencia, tecnología, educación y una comprensión más amplia del bienestar humano. Así lo anticipan los especialistas de Boston Medical, tras un encuentro regional que reunió a médicos de Colombia, Ecuador, México y España, y cuyas conclusiones marcarán el rumbo de la salud sexual de los colombianos en el próximo año.
La discusión ya no gira exclusivamente en torno a fármacos o soluciones rápidas. En cambio, emerge una visión más completa, donde el comportamiento, la mente, el cuerpo y la biología dialogan entre sí. Para Luis Alberto Barón, gerente general de Boston Medical Colombia, el momento actual representa un punto de inflexión: la salud sexual empieza a ser reconocida como una parte esencial de la salud integral, y las decisiones médicas se apoyan cada vez más en información confiable, personalizada y basada en evidencia. Este giro no solo redefine la práctica clínica, sino también la forma en que los hombres se relacionan con su propia sexualidad.
Uno de los debates que cobrará mayor relevancia es el impacto del consumo de pornografía en el desempeño sexual. Lejos de miradas moralistas, la tendencia apunta a abordar este fenómeno con mayor apertura y rigor científico. El aumento sostenido del consumo digital ha coincidido con un mayor número de consultas por disfunciones sexuales, lo que ha llevado a los especialistas a analizar la relación entre ambos factores. Desde Ecuador, el doctor Edison Pazmiño señala que comprender cómo ciertos estímulos afectan la respuesta sexual real será clave para recuperar una vivencia más auténtica de la intimidad, en un contexto donde la sobreexposición puede distorsionar expectativas y respuestas fisiológicas.
En paralelo, terapias que durante años estuvieron asociadas a otros campos de la medicina comienzan a revelar un potencial inesperado. La rehabilitación del piso pélvico, tradicionalmente indicada para la incontinencia urinaria, se perfila como una herramienta complementaria de alto valor en el tratamiento de la disfunción eréctil y la eyaculación precoz. La doctora Gloria Villa, desde la sede de Boston Medical en Cali, destaca que fortalecer esta zona no solo mejora el control muscular, sino que impacta directamente en la función sexual, abriendo una puerta a tratamientos menos invasivos y con beneficios sostenidos en el tiempo.
El avance científico también está empujando a la medicina hacia territorios cada vez más personalizados. La genómica empieza a explicar por qué dos pacientes con síntomas similares pueden responder de manera completamente distinta a un mismo tratamiento. Según el doctor Juan Manuel Martínez, de la sede de Bogotá, el futuro cercano permitirá que la información genética oriente las decisiones terapéuticas, adaptando los tratamientos al perfil biológico de cada paciente y dejando atrás los enfoques generalizados que hoy muestran claras limitaciones.
A esta transformación se suma el crecimiento de la medicina regenerativa, que propone ir más allá del alivio de los síntomas para enfocarse en la recuperación de la función natural del organismo. Terapias como las ondas focales han sentado las bases de este enfoque, pero el interés se expande ahora hacia alternativas como el plasma rico en plaquetas y las células madre mesenquimales. Desde México y España, los doctores José Gerardo Flores Fernández e Ignacio Fernández subrayan que los nuevos ensayos clínicos en curso aportarán evidencia más robusta, necesaria para consolidar estas terapias dentro de la práctica médica habitual.
Sin embargo, en un entorno saturado de información, el acceso al conocimiento no siempre garantiza decisiones acertadas. La proliferación de contenidos digitales y el auge de la inteligencia artificial han hecho más urgente la necesidad de una educación sexual crítica y responsable. El doctor Juan de Dios González Aquino, desde España, advierte que la verdadera revolución no es tecnológica, sino humana: aprender a distinguir la información confiable de la desinformación y asumir un rol activo y consciente frente a la propia salud.
El panorama que se perfila para 2026 muestra una salud sexual masculina más humana, más precisa y menos silenciosa. La conversación evoluciona hacia un enfoque que integra hábitos, biología, tecnología y educación, dejando atrás visiones reduccionistas. Para los colombianos, este cambio representa una oportunidad: acceder a tratamientos más efectivos, comprender mejor su cuerpo y asumir la sexualidad como un componente legítimo y fundamental del bienestar.
Las conclusiones de este análisis formarán parte de la Guía Masculina 2026 de Boston Medical, una referencia que busca acompañar a los hombres en un momento histórico donde la ciencia y la conciencia personal comienzan, por fin, a avanzar en la misma dirección. Para conocer más sobre estas tendencias y los avances en salud sexual masculina, puede consultarse la guía completa en bostonmedical.com.co.
carloscastaneda@prensamercosur.org
