
El sitio albergó uno de los principales centros clandestinos de la dictadura, albergando a unos 5.000 presos políticos, la mayoría de los cuales fueron asesinados o desaparecidos.
BUENOS AIRES (Argentina) – El gobierno del presidente Javier Milei prepara reformas en el Museo Sitio de Memoria ESMA, ubicado en el edificio principal del antiguo centro clandestino de detención de la Escuela de Mecánica de la Armada. Las reformas forman parte de una estrategia alineada con el discurso de la «memoria plena», propugnado por el gobierno como una forma de reinterpretar el período de la última dictadura militar (1976-1983).
En la práctica, la iniciativa ha sido interpretada por organizaciones de derechos humanos y sobrevivientes como un intento de minimizar los crímenes cometidos por el Estado, desplazando el foco de las violaciones sistemáticas hacia una interpretación que busca equiparar la represión estatal con las acciones de los grupos armados a partir de la década de 1970.
La ESMA, símbolo internacional del terrorismo de Estado por donde pasaron unos 5.000 presos políticos, la mayoría asesinados o desaparecidos, vuelve a ser escenario de una disputa central sobre la narrativa histórica, en un momento particularmente sensible: en marzo de 2026 se cumplen 50 años del golpe militar en Argentina.
Cambios administrativos y nuevo liderazgo
Se espera que en los próximos días, el abogado Joaquín Mogaburu asuma el cargo de Subsecretario de Derechos Humanos. Para ello, obtuvo una licencia de la Corte Suprema para dejar sus funciones en el Tribunal Oral Federal n.º 7. Entre mayo y noviembre de este año, Mogaburu ocupó el cargo de Director de Derechos Humanos del Ministerio de Defensa.
Durante su gestión se disolvieron los equipos técnicos encargados de reunir y analizar la documentación sobre la represión y se autorizaron seminarios centrados en la llamada «verdad completa», liderados por representantes de organizaciones que abogan por una revisión del consenso histórico sobre el terrorismo de Estado.
En mayo, el gobierno ya había reducido institucionalmente la política de derechos humanos, transformando la secretaría en una subsecretaría. En la misma medida, el Museo de Sitio de la ESMA perdió su autonomía y pasó a depender del Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos (CIPDH), ahora dirigido por líderes vinculados a grupos conservadores.
Cambios en el contenido del museo
Desde septiembre, ya se han comenzado a implementar cambios. Las intervenciones introducidas en 2019, que abordaban la violencia específica que sufrían las mujeres secuestradas —incluidas la violación, el parto forzado y la separación de los recién nacidos—, se han retirado de la exposición permanente.
En respuesta, los sobrevivientes de la ESMA realizaron una protesta simbólica, abrazando colectivamente el edificio y denunciando lo que describen como un atentado contra la memoria y los derechos humanos. Fuentes cercanas al museo afirman que se están considerando nuevos cambios.
Entre estos temas se incluiría la revisión del video introductorio de la visita, que actualmente contextualiza el golpe de Estado de 1976 dentro de una política sistemática de represión estatal, con una red nacional de centros clandestinos de tortura y exterminio. La preocupación radica en que el material se reformule para enfatizar las acciones de los grupos armados y diluir la responsabilidad del Estado.
Un intento de reescribir el pasado.
Mientras tanto, en marzo, el gobierno argentino anunció una solución amistosa presentada ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), argumentando que las acciones de las organizaciones armadas de la década de 1970 deberían ser clasificadas como crímenes de lesa humanidad, una medida vista por los expertos como un intento de equiparar legalmente la violencia estatal con el activismo político de esa época.
La iniciativa surge en un momento en que la justicia analiza peticiones que podrían reabrir debates ya establecidos, incluidos los derivados de demandas presentadas por personas condenadas por crímenes de lesa humanidad y por asociaciones vinculadas a la defensa de ex represores.
Desmantelamiento institucional
Desde el inicio de la administración de Milei, el Museo de Sitio ESMA ha enfrentado recortes presupuestarios y despidos. En junio, el director ejecutivo responsable de asegurar la declaración del sitio como Patrimonio Mundial de la UNESCO fue destituido. La falta de personal obligó al museo a reducir su horario de atención de seis a cuatro días a la semana.
Hoy en día, sólo tres profesionales acompañan al público en las visitas.
Para las organizaciones de derechos humanos, el proceso en curso no se limita a ajustes administrativos, sino que representa un cambio profundo en la política de memoria del Estado argentino, con impactos directos en la preservación de la verdad histórica y el compromiso institucional del “Nunca Más”.
Museo Memorial (antigua ESMA)
Creado en 2004 para preservar la memoria de quienes murieron durante la última dictadura cívico-militar de Argentina (1976-1983) y promover y defender los derechos humanos.
Está ubicado en un terreno de 17 hectáreas que antiguamente pertenecía a la ESMA, la escuela de mecánica del ejército argentino, y fue utilizado como centro clandestino de torturas durante la dictadura.
Varias instituciones se ubican actualmente en el sitio, incluyendo el archivo conmemorativo nacional, el Museo de la Guerra de las Malvinas y un centro cultural. El museo conmemorativo exhibe testimonios de sobrevivientes y diversos archivos históricos.
Con información Amilton Farias es periodista y editor de Fronteira Livre.
