

El pasado viernes, la casa Central de Divino en Montevideo se convirtió en el escenario de una experiencia que sintetiza el trabajo de OMEU (Organización de Mujeres Empresarias, Ejecutivas y Emprendedoras de Uruguay): desde hace más de una década y media acompaña a mujeres formadas y fortalecidas, comercializando sus productos en un entorno de alta exigencia comercial, en igualdad de condiciones y con respaldo institucional.
Lejos de tratarse únicamente de una feria, el evento fue la culminación de procesos largos, exigentes y profundamente transformadores. Son procesos que comienzan mucho antes de que un producto llegue a un stand, y que tienen como eje central a la mujer en su integralidad: como emprendedora, como líder, como jefa de hogar, como trabajadora y como sujeto de derechos.
En este marco,Diario La R mantuvo una entrevista exclusiva con la directora ejecutiva de OMEU, Fernanda Castellanos, y la asesora, experta en comunicación estratégica y transformación organizacional, Paola Badiola. Ambas agradecieron el espacio alegando que “siempre es importante tener lugares donde poder difundir lo que hacemos”. La razón: generar que más mujeres se sientan identificadas en sus necesidades o problemáticas y también poder visualizar las oportunidades de crecimiento y desarrollo como líderes.
El origen de OMEU y su evolución




OMEU nació en 2009 como la Organización de Mujeres Empresarias del Uruguay, en un contexto en el que la principal necesidad era generar espacios seguros para hablar de negocios entre pares. Su creación se inscribe dentro de una red internacional más amplia: FCEM, la mayor red de mujeres empresarias del mundo, surgida tras la Segunda Guerra Mundial en Francia.
Castellanos explica que “la necesidad era un poco juntarse… las mujeres tenían que hacerse cargo -para sobrevivir- de los negocios familiares y claramente no estaban preparadas. Agrega que, en ese momento, no se contaba con redes de contacto o incluso “no podían hablar con otras personas que pudieran enseñarles”.
Ese espíritu inicial -la convicción de que las mujeres unidas podían generar nuevas oportunidades- sigue vigente, pero el alcance de la organización se amplió de forma sustantiva. Hoy OMEU no es solo un espacio para empresarias consolidadas, sino un ecosistema que integra emprendedoras, ejecutivas, mujeres rurales, inversoras y líderes en distintas etapas de su desarrollo profesional.
“Hoy llegamos a una organización que ya no es más de empresarias, es de empresarias, ejecutivas, emprendedoras. Es para más mujeres”, resume Castellanos, subrayando una transformación que también se refleja en la diversidad territorial y socioeconómica de las participantes.
Incidir desde lo privado en la política pública
Uno de los aspectos probablemente menos visibles, pero estratégicamente más relevantes del trabajo de OMEU, es su rol en la construcción de políticas públicas con enfoque de género.
Junto a la Cámara de Comercio y Servicios del Uruguay, la organización integra el Consejo Nacional de Género, llevando al ámbito estatal la experiencia concreta de miles de mujeres que desarrollan su actividad en el sector público o privado.
La directora agrega que la mayor cantidad de mujeres se encuentran desempeñando tareas en el ámbito privado, por lo cual “la representación cuando se diseña una herramienta de formalización o cuando se diseñan algunas políticas es muy importante”. A su vez, destaca que la organización aporta datos, diagnósticos y evidencias empíricas sobre las barreras estructurales que enfrentan las mujeres en el mercado laboral.
Esa experiencia se apoya en mediciones sistemáticas de impacto. La organización combina encuestas pre y post, indicadores de género y análisis interseccional para evaluar cambios que muchas veces no aparecen en los balances económicos tradicionales: aumento de la confianza, fortalecimiento del liderazgo, ampliación de redes y mejora en la toma de decisiones.
La carga invisible y las barreras culturales
Uno de los ejes centrales del trabajo de OMEU es abordar aquello que no siempre se ve: la carga mental, las tareas de cuidado y las culpas asociadas a los mandatos de género, barreras que no se resuelven únicamente con capacitación técnica. Castellanos cuenta que “el terrible tema que venimos arrastrando tiene que ver con la carga mental y las obligaciones con las temáticas de cuidado, que hacen que sintamos culpas y que no disfrutemos lo que hacemos”, y señala cómo inevitablemente estas tensiones atraviesan la vida laboral de las mujeres.
Desde esa perspectiva, OMEU entiende el género no como un espacio de confrontación ideológica, sino como una realidad medible. “Hay datos que indican que las mujeres no estamos ocupando los lugares que debemos ocupar porque tenemos mayor capacitación -por datos- que los hombres hoy”, afirma.
Un modelo de formación integral y exigente
Desde la organización, existió un quiebre que provocó un cambio radical. Al identificar que la capacitación técnica por sí sola no era suficiente, se entendió que el trabajo debía abordarse de manera integral. A partir de allí, los programas comenzaron a combinar competencias profesionales, personales y de gestión, acompañadas por mentoras y coaches especialmente formadas. “Tenés una persona que está dejando su vida, la pone en pausa… con el único objetivo de que a vos te vaya bien”, destaca la directora.
Este tipo de enfoque se materializa de forma clara en el programa Más Emprendedoras, pensado para fortalecer y capacitar a mujeres que tengan un emprendimiento, colaborando con la transformación de sus ideas en un proyecto real. El programa busca incrementar la competitividad de los emprendimientos en Uruguay, promoviendo la creación y el desarrollo de empresas lideradas por mujeres. El mismo se extiende durante un año y exige un compromiso sostenido.
“Entendimos que a la mujer la debíamos trabajar de forma integral… no era solamente un curso de emprendedurismo o uno de liderazgo”, afirma Castellanos. Y agrega: “El mundo nos hizo creer que para algunas cosas no tenemos espacio, no somos valiosas, nos cuesta mucho creer en nosotras”.
Paola Badiola lo describe como un programa en el que las mujeres “tienen que pasar por diferentes etapas y es exigente porque deben formalizar su emprendimiento, enfrentarse a los números”.
Ese proceso implica un cambio: lo que muchas veces comenzó como un hobby o una estrategia de supervivencia, se convierte en una actividad económica formal, con impacto directo en la dinámica familiar y comunitaria.
Programas con enfoque territorial y de género
OMEU estructura su propuesta en distintas etapas. En el caso de Entre Todas, se trata de un programa pensado para aquellas mujeres que están dando sus primeros pasos en el mundo emprendedor. Recorre el país acercando herramientas básicas a mujeres que muchas veces se encuentran en situaciones de vulnerabilidad o aislamiento, con fuerte presencia en el interior. A su vez, busca derribar barreras, impulsar la confianza y acercar herramientas prácticas que faciliten el proceso de comenzar a emprender.
Por su parte, el programa Más Ejecutivas trata de fortalecer y desarrollar el liderazgo femenino en el ámbito empresarial. El mismo es dirigido por mujeres ejecutivas y directoras, quienes ofrecen herramientas prácticas, temáticas especializadas y una red de apoyo para potenciar su crecimiento.
A su vez, durante 2023, 2024 y 2025 se llevó adelante el programa Mujeres Líderes de Empresas, con el apoyo de Inefop. Una iniciativa nacional orientada a promover la autonomía económica y el liderazgo en mujeres emprendedoras, ejecutivas y empresarias de todo Uruguay.
Desde OMEU explican que el camino no impacta sólo en aquellas mujeres que deciden formar parte, también lo hace en sus entornos familiares y comunitarios. “No son sólo ellas, son las familias también que van avanzando durante el proceso”, subrayando la dimensión social del emprendedurismo femenino.
La medición de impacto de OMEU muestra que el 88% de las participantes se siente parte de una comunidad y que nueve de cada diez adquieren herramientas prácticas para transformar su idea en un plan de acción. Además, el fortalecimiento de redes aparece como uno de los activos más valorados, especialmente para combatir el aislamiento, una de las principales barreras del emprendedurismo femenino.
“Las mujeres vienen a buscar un curso, logran autonomía económica, pero eso definitivamente las hace que se sientan más felices”, reflexiona Castellanos.
Del aprendizaje al mercado real
OMEU no concibe la formación sin contacto con la realidad. Por eso, una vez finalizadas las etapas de capacitación, la organización acompaña a las emprendedoras en escenarios comerciales de alta exigencia: shoppings, espacios culturales, ferias y plataformas de comercio electrónico.
Castellanos considera que el curso está bien, pero como organización, se cuenta con la oportunidad de poder acompañar en diferentes escenarios comerciales de primera línea y de competencia, lo cual resulta sumamente valioso.
La experiencia en Divino se inscribe en esa lógica. Allí se reúnen emprendimientos de distintos rubros y trayectorias, muchos de ellos atravesando su primera experiencia comercial de gran escala. Desde productos de bienestar y decoración hasta propuestas sustentables, el evento permitió observar cómo el acompañamiento previo se traduce en profesionalización, presentación cuidada y capacidad real de competir.
Desde los stands, Paola Méndez, de Amapola, sintetiza este proceso: “Inicialmente no tenía ni idea de cómo hacer costos, ni tampoco la idea del packaging… pero OMEU me ha encaminado muy bien. En el caso de Verónica, de La Catalina Bebés & Deco, destaca el valor de la red: “Es una red increíble de mujeres talentosas y es una comunidad increíble… te impulsan, te empoderan”. Mientras que Fabricia, de Ecodeporte Circular, resume el espíritu colectivo: “Siempre hay alguien acompañándonos… nos complementamos y siempre estamos ahí dando un empujoncito”.
Fernanda Castellanos y Paola Badiola cierran con un mensaje para aquellas mujeres que aún dudan o “no se animan a dar el paso”. “Cada una va a encontrar lo que necesita”, porque muchas llegan buscando herramientas para emprender y terminan abriendo “puertas más profundas”, vinculadas a su historia, a sus miedos y a su manera de habitar el mundo. En ese proceso, se derriban mitos arraigados, como el de que “muchas mujeres juntas es un problema”, que entre mujeres hay competencia o distancia. Para Castellanos, la experiencia demuestra lo contrario: “Lo que generamos, cuando estamos todas juntas, es muy potente”.
Valeria Machado
Fuente de esta noticia: https://grupormultimedio.com/omeu-construyendo-autonomia-economica-desde-la-comunidad-los-datos-y-la-experiencia-id180308/
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