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En un país donde el fútbol ha sido durante décadas un espejo de las tensiones sociales, pero también una poderosa fuente de identidad colectiva, Colombia comienza a escribir una nueva página en la relación entre la pasión deportiva y la convivencia. En Bogotá se llevó a cabo el cierre del Tercer Encuentro de Diálogo de Barrismo Social, un espacio que marcó un hito en la transformación cultural de las hinchadas y en la apuesta por un fútbol vivido desde el respeto, la vida y la paz.
La jornada contó con la presencia del ministro de Igualdad y Equidad, Juan Florián, quien acompañó este proceso de diálogo en el que participaron representantes de 40 barras provenientes de distintas regiones del país. Más de 22.000 hinchas estuvieron simbólicamente representados en este encuentro, reconociéndose no solo como aficionados al deporte, sino como actores sociales con historia, identidad y un rol activo en la construcción de territorios más justos y seguros. Lejos de los estigmas que durante años han pesado sobre el barrismo, el encuentro consolidó una visión renovada que dignifica sus prácticas y reivindica su capacidad de incidir positivamente en la vida comunitaria.
El evento fue organizado por la Dirección de Barrismo Social, bajo el liderazgo de Diego Karachas, y se enmarca en la política de Respeto por la Vida, uno de los pilares del Gobierno del Cambio encabezado por el presidente Gustavo Petro Urrego. La iniciativa parte de una premisa clara: la violencia no es inherente al fútbol ni a sus hinchadas, y solo a través del diálogo, la inclusión y el reconocimiento mutuo es posible transformar dinámicas históricas de confrontación en escenarios de convivencia y corresponsabilidad social.
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Durante el encuentro, los participantes profundizaron en la necesidad de fortalecer códigos de respeto por la vida, conocer de manera directa la oferta institucional del Estado y asumir un compromiso colectivo con nuevas formas de participación ciudadana. En este contexto, se desarrolló el Primer Encuentro Nacional de Inducción del programa “Barrismo Social: Aguante Popular por la Vida”, una estrategia que busca articular a las barras con procesos educativos, culturales y comunitarios, promoviendo liderazgos positivos y prácticas que contribuyan a la paz territorial.
Más allá de un evento protocolario, el cierre de este tercer encuentro dejó un mensaje de alto impacto: el fútbol puede y debe ser un escenario de encuentro, no de violencia; un lenguaje común capaz de tender puentes en una sociedad diversa y marcada por profundas desigualdades. El barrismo social, entendido desde esta nueva perspectiva, se proyecta como una fuerza cultural que transforma la pasión en compromiso social y el aguante en defensa de la vida.
Colombia avanza así hacia un modelo que interpela no solo a las hinchadas, sino al conjunto de la sociedad. Un modelo en el que el deporte se convierte en una herramienta de reconciliación y donde las tribunas dejan de ser espacios de confrontación para consolidarse como territorios de respeto, memoria y esperanza compartida.
carloscastaneda@prensamercosur.org
