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La escena política colombiana vuelve a moverse con fuerza. Carlos Caicedo, quien se define como un constructor de consensos y un impulsor de transformaciones territoriales, ha dado un paso decisivo al anunciar que en marzo presentará una consulta amplia con sectores democráticos de izquierda y centroizquierda, una apuesta que busca reactivar el espíritu de cambio que en 2022 abrió un camino para las mayorías en Colombia. La propuesta, más que un mecanismo electoral, pretende convertirse en un llamado nacional para recomponer confianzas, reunir experiencias y volver a poner en el centro a la gente que ha sido históricamente ignorada. “Este país se construye con todos”, expresó Caicedo, una frase que resume el tono de su mensaje y el fondo de su proyecto.
A esta nueva coalición se han sumado figuras de peso que amplían su alcance y robustecen su credibilidad técnica y jurídica. Entre ellas, el exdirector de la Dian y exministro de Comercio, Luis Carlos Reyes, reconocido por su visión modernizadora del Estado, y el exmagistrado Jaime Araújo Rentería, una voz de trayectoria probada en la defensa del Estado social de derecho. Su llegada refuerza el carácter plural de la iniciativa y marca un punto de inflexión al convocar a perfiles provenientes de distintas experiencias públicas para articular un proyecto que trascienda siglas y rencillas burocráticas.
La consulta que propone Caicedo parte de un diagnóstico claro: Colombia necesita volver a encontrarse, particularmente en las regiones. Desde su perspectiva, unir a distintos sectores es fundamental para defender derechos que siguen siendo vulnerados o postergados para amplios grupos de la población. Habla de los campesinos que reclaman una vida digna y condiciones justas para su trabajo; de los trabajadores que aún esperan un trato y un salario que les permita vivir sin miedo a la precariedad; de los pueblos indígenas que continúan exigiendo respeto efectivo a su autonomía y a su relación ancestral con la tierra; de los estudiantes que insisten en una educación pública robusta, accesible y de calidad; de las madres cabeza de hogar que cargan con responsabilidades que el Estado no siempre ve ni acompaña; de familias enteras que buscan dignidad en lo cotidiano.

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Caicedo insiste en que este proyecto está inspirado en la construcción de paz como eje estructural, no solo como un acuerdo político o jurídico, sino como una forma de vida que abarca derechos, oportunidades y reconocimiento mutuo. Su llamado es a reunir al país en torno a una visión común de futuro, donde la dignidad sea un principio irrenunciable y donde la patria se abra de manera real a todos sus habitantes.
Uno de los énfasis centrales está dirigido a los jóvenes, quienes -según Caicedo- se sienten cada vez más distantes de una clase política marcada por el oportunismo y por posiciones cambiantes que erosionan la confianza ciudadana. La consulta buscará que ellos se conviertan en protagonistas de una nueva etapa, con un mensaje claro: es hora de resignificar la política y devolverle su sentido transformador. La invitación es a renovar liderazgos, refrescar las formas de hacer política y ofrecer una alternativa que no se limite a administrar lo existente, sino que proponga cambios estructurales.
El proyecto, en su sentido más amplio, pretende construir una visión de país que no se quede en la retórica sino que se convierta en una opción real de poder. Caicedo habla de unir capacidades, recuperar la esperanza colectiva y consolidar una propuesta que represente a quienes creen en un país distinto. Su señal es inequívoca: Colombia necesita un nuevo pacto de mayorías, incluyente, regional y profundamente democrático. La consulta de marzo, asegura, será el punto de partida para hacerlo posible.
carloscastaneda@presamercosur.org
