
El gobierno brasileño ha decidido posponer la Cumbre del Mercosur para enero del próximo año, según fuentes del Palacio del Planalto. Sin embargo, ha confirmado que la firma del acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea (UE) sigue programada para el 20 de diciembre en Brasilia. Este tratado será firmado mientras Brasil aún ostente la presidencia del bloque sudamericano, ya que el cambio de mando se realizará antes del encuentro oficial de los jefes de Estado.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva ha sido una figura clave en las negociaciones del lado sudamericano y busca consolidar su protagonismo en el logro de este acuerdo histórico. El aplazamiento de la cumbre se debe, en parte, a que los presidentes de Argentina, Javier Milei, y de Paraguay, Santiago Peña, no podrían asistir en la fecha inicialmente prevista. El gobierno brasileño planea realizar la cumbre en Foz do Iguaçu, Paraná, un lugar simbólico debido a que Brasil transferirá la presidencia del Mercosur a Paraguay, cuya frontera principal con Brasil se encuentra precisamente en esta ciudad.
Aunque el gobierno brasileño da por hecho el acuerdo con la UE, aún falta su aprobación por parte del Parlamento Europeo, que tiene programada una votación entre el 16 y el 19 de diciembre. Para que el tratado entre en vigor, al menos 15 de los 27 países miembros de la UE deben ratificarlo. Francia ha sido uno de los principales opositores debido a la presión ejercida por los agricultores franceses, especialmente los productores de carne, quienes temen la competencia con los productos brasileños. Sin embargo, en las últimas semanas se han observado señales de una postura más flexible por parte del gobierno francés. El presidente Emmanuel Macron expresó el 6 de noviembre a empresarios brasileños que ve «perspectivas positivas» para la firma del acuerdo. Aun así, el Parlamento francés aprobó recientemente una resolución en contra de la firma del tratado.
Antes de proceder con el acuerdo, el Parlamento Europeo deberá votar una serie de medidas destinadas a proteger a los agricultores europeos. Estas disposiciones buscan calmar las preocupaciones y aumentar el respaldo al acuerdo, que cuenta con un fuerte apoyo de países como España y Alemania.
El tratado de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea lleva más de 25 años en negociación y se ha convertido en una prioridad para el gobierno brasileño en materia de comercio exterior. Esto es especialmente relevante tras las barreras arancelarias impuestas por Estados Unidos este año. Durante una conferencia de prensa en Johannesburgo, Sudáfrica, a finales de noviembre, Lula anunció que el acuerdo sería firmado y destacó su importancia: «Es un acuerdo que involucra prácticamente a 722 millones de habitantes y un PIB de 22 billones de dólares. Es algo extremadamente importante. Posiblemente sea el mayor acuerdo comercial del mundo. Después de firmarlo, habrá mucho trabajo por hacer para poder disfrutar plenamente de sus beneficios. Pero será firmado», declaró.
De acuerdo con estimaciones de la Agencia Brasileña de Promoción de Exportaciones e Inversiones (ApexBrasil), las exportaciones brasileñas hacia Europa podrían aumentar en 7 mil millones de dólares a corto plazo gracias a este tratado. El acuerdo eliminará aranceles sobre el 97% de los productos industriales brasileños exportados y sobre el 70% de los productos agrícolas.
La firma del acuerdo representa un hito significativo para las relaciones comerciales entre Sudamérica y Europa, marcando un paso importante hacia una mayor integración económica entre ambas regiones. A pesar de los desafíos políticos y económicos que aún deben superarse, tanto Brasil como sus socios sudamericanos esperan que este tratado impulse el comercio y fortalezca los vínculos internacionales del Mercosur.
