
La Federación Española de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas, Hortalizas, Flores y Plantas Vivas (FEPEX) ha manifestado su preocupación ante los cambios regulatorios que afectan al sector hortofrutícola. Durante una reunión de su Comisión de Gobierno, se analizaron los retos del segundo semestre del año, destacando los riesgos asociados a la Política Agraria Común (PAC), la normativa fitosanitaria y los acuerdos comerciales con Marruecos y Mercosur.
Críticas a la «renacionalización» de la PAC
FEPEX expresó su rechazo a la propuesta de fusionar los pilares fundamentales de la PAC, que actualmente separa las ayudas directas y el desarrollo rural, en un único Fondo de Asociación Nacional y Regional. Según la Federación, esta medida podría diluir los recursos destinados al sector agrario al tener que compartirlos con otras políticas como cohesión social, pesca o incluso defensa.
La patronal considera que esta «renacionalización» podría generar desigualdades entre los Estados miembros de la Unión Europea (UE) y complicar aún más la situación de los agricultores españoles, que ya enfrentan una fuerte competencia externa.
Exigencias fitosanitarias para evitar desventajas competitivas
En cuanto a la futura normativa Ómnibus sobre Medio Ambiente y Alimentación, FEPEX valoró positivamente el interés por reforzar la seguridad alimentaria. Sin embargo, subrayó la necesidad de equilibrar sostenibilidad y viabilidad económica. La Federación propuso medidas concretas para minimizar el impacto negativo en el sector:
1. Evitar la prohibición de productos fitosanitarios efectivos sin contar con alternativas viables en el mercado.
2. Establecer una zona única europea para que las autorizaciones fitosanitarias sean simultáneas en todos los Estados miembros.
3. Implementar procesos de aprobación ágiles y equitativos para tecnologías innovadoras, incluyendo productos biológicos, digitales y de síntesis.
Impacto crítico de acuerdos comerciales con Marruecos y Mercosur
Uno de los temas más alarmantes para FEPEX es el impacto negativo que tienen los acuerdos comerciales con terceros países que no cumplen los mismos estándares laborales, sociales y medioambientales que exige la UE.
En el caso de Marruecos, se denunció la comercialización de productos provenientes del Sahara Occidental bajo condiciones preferenciales. Este trato desigual ha contribuido a un aumento del 42% en las importaciones de tomate marroquí en los últimos diez años, mientras que la producción española ha caído un 31% en el mismo periodo. Asimismo, las exportaciones españolas de tomate a la UE han disminuido un 25% desde 2014.
Respecto al acuerdo con Mercosur, FEPEX destacó el desequilibrio comercial que este representa. En 2024, se estima que la UE importe frutas y hortalizas por un valor de 984 millones de euros desde este bloque sudamericano, mientras que las exportaciones europeas apenas alcanzarán los 255 millones. Este déficit pone en desventaja al sector agrícola europeo frente a productos importados que no cumplen con las mismas normativas.
Preocupación por el aumento de costos laborales
En el ámbito nacional, FEPEX expresó su inquietud por el impacto que tendrá el aumento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) previsto para 2026, así como por el borrador sobre el registro obligatorio de jornada laboral. La Federación calificó como «impracticable» la exigencia de un acceso digital en tiempo real para la Inspección de Trabajo en muchas labores agrícolas, debido a las características específicas del sector.
Éxito en Fruit Attraction: un respiro para el sector
Como nota positiva, FEPEX destacó los resultados exitosos de Fruit Attraction, una feria internacional organizada junto a IFEMA. En su última edición, este evento alcanzó cifras récord, con una asistencia de 121,137 profesionales (+3%), 2,485 expositores (+13%) y una superficie neta de 78,212 metros cuadrados (+11%). Este éxito refuerza el papel estratégico del sector hortofrutícola español en los mercados internacionales.
FEPEX hace un llamado urgente a las autoridades europeas para que reconsideren las políticas que afectan al sector agrícola español. La Federación insiste en la necesidad de garantizar condiciones justas para competir en el mercado comunitario e internacional, así como en proteger a los productores nacionales frente a prácticas desleales.
En un contexto marcado por crecientes desafíos económicos y regulatorios, el sector hortofrutícola español enfrenta una encrucijada. Solo mediante políticas equilibradas y una visión común europea será posible garantizar su sostenibilidad y competitividad en el largo plazo.
