“Los institutos son un lugar clave para la misión”

¿Tiene sentido que los adolescentes cuenten con espacios para acercarse a la Biblia y que esta pueda conectar con las realidades que viven? ¿Cómo hablar de la fe cristiana en los institutos? Estas son algunas de las preguntas que responden los Grupos Bíblicos Estudiantiles (GBE), un ministerio que cumple 50 años en España como un espacio abierto para que la fe y la cultura juvenil se encuentren sin prejuicios.

El trabajo de GBE en España tal vez no sea aún tan conocido como el de su “hermano mayor”, GBU, que está presente en las universidades. Pero ya en esta etapa estudiantil se desarrollan muchas inquietudes en los adolescentes, tanto en aquellos que son creyentes, como en quienes aún no han dado un paso de fe o tienen curiosidad por saber qué propone Jesús para sus vidas. GBE proporciona un espacio ideal para orar, leer la Biblia juntos y compartir el evangelio de una forma sencilla y cercana.

Jonatán Espinosa es el coordinador nacional de GBE en España, con quien conversamos sobre el día a día de estos grupos y su visión.

Pregunta. Para empezar, ¿cómo definirías, en pocas palabras, qué es un Grupo Bíblico Estudiantil y qué lo diferencia de otros espacios cristianos juveniles?

Respuesta. GBE es un movimiento estudiantil donde tenemos encuentros de forma regular con estudiantes de instituto de diferentes iglesias de una ciudad o zona, acompañados de voluntarios creyentes y maduros, con los objetivos de que los adolescentes establezcan relaciones de amistad y apoyo espiritual con otros estudiantes en su misma situación; que reciban formación bíblica para crecer en su fe en Cristo, en muchos casos desde cero, y para enfrentar las luchas, las tentaciones y los retos que enfrentan como jóvenes cristianos en su vida estudiantil; y animarlos a la misión de Dios en sus institutos, siendo discípulos de Jesús que viven lo que creen y que buscan hacer nuevos discípulos entre sus compañeros de clase para la gloria de Dios.

P. ¿Qué ocurre en una reunión típica de GBE? ¿Cómo es la dinámica, el ambiente, los temas que se tratan y el papel que desempeñan los propios jóvenes?

R. Estamos presentes en 10 zonas (Alicante, Barcelona, Ciudad Real, Fuerteventura, Gran Canaria, Tenerife, Madrid, Murcia, País Vasco y Valencia). En cada grupo las reuniones o encuentros funcionan de diferentes maneras, cada uno adaptado a las necesidades y realidades de cada grupo. Pero hay cosas en común que no pueden faltar, como los tiempos para que puedan forjar esas amistades, con juegos y otras actividades que fomenten las relaciones; grupos pequeños de estudio bíblico y reflexión; formación con peso bíblico en 4 grandes bloques: Biblia (como entenderla y estudiarla), evangelización (cómo compartir tu fe y presentación del evangelio), apologética (cómo defender la fe) y temas de actualidad relevantes en su contexto estudiantil (salud mental, sexualidad, tentación, identidad…). Todo esto con un enfoque hacia la misión de hacer y ser discípulos entre sus compañeros.

P. Más allá del estudio bíblico, ¿qué tipo de vínculos y experiencias personales surgen dentro de los grupos? ¿Podrías compartir algún ejemplo que te haya marcado?

R. Surgen vínculos de amistad y apoyo espiritual muy fuertes, al fin y al cabo los grupos sirven para apoyarse y seguir aprendiendo a seguir a Jesús, orar unos por otros y vivir su fe de una manera práctica, llevando a sus compañeros a la fe en Jesús. Muchos de los estudiantes vienen de iglesias pequeñas con pocos adolescentes y GBE para ellos es un punto donde conectar con otros chicos de su misma edad con sus mismos retos y luchas.

Lo que más nos marca siempre son las conversiones. Ver como un adolescente decide seguir a Jesús es inspirador, pero no solo eso, sino ver las pequeñas conversaciones que surgen con compañeros y profesores. En una ocasión, en un instituto de Madrid, un profesor ridiculizó la fe cristiana y una estudiante levantó la mano y mostró su desacuerdo. El profesor le dijo que en la siguiente clase le daría una oportunidad para rebatir lo que había dicho él. Tras esa clase el profesor le pidió perdón en privado al ver la honestidad con la que esta chica vivía su fe y no solo eso, sino que le acompañó un domingo a su iglesia.

P. Vivimos en una sociedad que parece cada vez más secularizada y fragmentada. ¿Qué sentido crees que tiene hoy un grupo de adolescentes y jóvenes reuniéndose para estudiar la Biblia?

R. Puede ser que estemos en una sociedad cada vez más secularizada y fragmentada, pero en el fondo todos anhelamos lo mismo, sentido de identidad y propósito. Hay muchas fuentes de las que beber, pero solo una es la que sacia.

Acudir a la Palabra de Dios, estudiarla, conocer quién es Dios, sus buenas noticias y su relevancia en nuestro día a día es completamente necesario para todos, no solo para los adolescentes.

P. ¿Qué cambios percibes en los jóvenes actuales en cuanto a su manera de acercarse a la fe, las dudas o la búsqueda de sentido?

R. Hay mucha incertidumbre, cierta desconfianza, y quizás nos lo hayamos ganado. Algo que tiene mucho sentido entre los estudiantes es la evangelización relacional, estar con sus compañeros de manera natural pero viviendo de una manera que ensalza a Jesús da oportunidades muy auténticas de presentar su fe.

“Siempre nos enfocamos en el corazón de cada persona, eso es más importante que ganar un debate”P. ¿Cómo afronta GBE el diálogo con quienes no comparten la fe? ¿Hay espacio para la conversación abierta y el pensamiento crítico?

R. No solo es que haya espacios para la conversación abierta y el pensamiento crítico, sino que es algo que también buscamos y provocamos. No queremos soltar nuestro discurso y marcharnos. Queremos estar, conversar, conocer lo que hay en los demás.

Lo afrontan, en parte, gracias a la formación que damos a los estudiantes de GBE para tener herramientas para conversar, pero con una mirada más allá del discurso, siempre enfocados en el corazón de la otra persona, porque podemos ganar un debate pero perder a una persona.

P. En términos de impacto, ¿has notado transformaciones reales en la vida de los estudiantes que participan? ¿Y en su entorno académico o social?

R. Sí, gracias a Dios por su obra en la vida de las personas. Al final se trata de que Dios está en misión y nosotros nos sumamos a lo que Dios ya está haciendo. Hemos podido ver el crecimiento de muchos estudiantes, hemos escuchado el testimonio de muchos de ellos. Hace unos días nos escribía una madre dándonos las gracias porque en el testimonio que contaba su hija al bautizarse mencionaba que asistir a GBE y las personas que nos dedicamos a acompañarles han sido clave en su proceso.

Vemos un crecimiento espiritual y no solo eso, vemos cómo invitan a compañeros y hemos tenido el privilegio de ver como esos compañeros han conocido a Jesús.

P. ¿Cómo se organizan o colaboran los GBE a nivel local, nacional o incluso internacional? ¿Qué red o visión común los sostiene?

R. Los GBE pertenecemos a los Grupos Bíblicos Unidos, junto a los estudiantes universitarios de GBU y a los graduados y profesionales de GBG. Nuestra visión es “Ser y hacer discípulos de Jesús en el mundo estudiantil y profesional”. A nivel local existen voluntarios adultos de diferentes iglesias, que organizan los encuentros de GBE en su ciudad y acompañan a los estudiantes. Estos voluntarios forman equipo con el asesor (obreros) de GBE de su zona, quien los apoya y da continuidad al ministerio. A nivel nacional los asesores de GBE forman un equipo coordinado por el coordinador nacional de GBE, y este por el Secretario General de GBUnidos. Los campamentos regionales y nacionales, así como la Asamblea General de GBUnidos, dan una estructura nacional de formación, apoyo y ánimo para los estudiantes y voluntarios. A nivel internacional somos parte de IFES (Comunidad Internacional de Estudiantes Evangélicos) donde estamos en contacto con grupos de GBE de varios países europeos.

P. ¿Qué desafíos principales enfrentan hoy los GBE —ya sea en número de participantes, compromiso, recursos o visibilidad—?

R. De manera global, el campo de trabajo de GBE es inmenso. Contamos actualmente con un equipo de cuatro asesores de campo más el coordinador nacional, lo que se hace insuficiente para apoyar a más de 50 voluntarios y 500 estudiantes en las 10 ciudades donde estamos actualmente. Podríamos llegar a más, pero hacen falta más obreros con su correspondiente apoyo económico en forma de ofrendas.

Necesitamos el apoyo en oración por todo lo que está pasando en GBE en España, que oréis por los obreros, por los voluntarios, por los estudiantes y por las iglesias.

P. Si tuvieras que expresar en una frase por qué merece la pena seguir impulsando estos grupos, ¿cuál sería?

R. Merece la pena porque cuanto antes entendamos que el sitio donde estamos es nuestro lugar de misión y que es clave, urgente y necesario antes podremos ser parte de lo que Dios ya está haciendo en la expansión de su reino y en la gran comisión.

“En estos 50 años de GBE reconocemos la fidelidad del Señor y su gracia”

P. Al cumplirse 50 años del inicio de los GBE, ¿Qué valoración haces de este ministerio, su trayectoria, presente y futuro?

R. Reconocería en estos 50 años de GBE la fidelidad del Señor en primer lugar y su gracia en medio de todos estos años. Han sido miles de estudiantes y cientos de voluntarios que han contribuido al avance de la obra estudiantil entre estudiantes de instituto, y todo ha sido por la gracia del Señor. Hemos visto y el Señor nos ha hecho partícipes del privilegio de hacer misión junto a Él y de poder extender el reino de Dios en un campo tan estratégico como el juvenil y estudiantil. Son muchas las historias y experiencias de estudiantes que a través de los grupos, estudios bíblicos, campamentos y acompañamiento de los asesores y doulos, han tomado decisiones valientes de servir y ser discípulos de Jesús. En la actualidad, seguimos muy centrados en desarrollar los objetivos que tenemos como GBE, pero siempre con el desafío de entender la realidad cultural y sociológica de hoy, para seguir llevando el evangelio de manera contextualizada y discipulando a las nuevas generaciones, y que estos puedan hacerlo en su lugar de misión: los institutos. De cara al futuro, no sabemos exactamente lo que nos espera, pero sí tenemos la certeza de que contaremos con la misma fidelidad, gracia y fruto que el Señor nos está permitiendo experimentar.