
En la COP 30, la Corporación Andina de Fomento (CAF) y la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR) anunciaron una iniciativa histórica: la emisión de un bono de resiliencia climática por USD 100 millones, destinado a América Latina y el Caribe. Este instrumento representa un paso clave para movilizar capital privado hacia infraestructura resiliente que pueda soportar amenazas climáticas y reducir la vulnerabilidad frente a eventos extremos. (CAF)
Prioridades del plan de resiliencia
Los recursos captados mediante este bono se asignarán a proyectos estratégicos con un enfoque claro en servicios esenciales. Entre las áreas prioritarias se incluyen:
- Agua y saneamiento: inversión en sistemas de distribución, tratamiento y drenaje para reducir inundaciones y garantizar el acceso incluso en crisis climáticas. (CAF)
- Drenaje y control de inundaciones: obras para gestionar el exceso de agua en ciudades y zonas vulnerables. (CAF)
- Gestión de residuos: infraestructura para manejar la basura, reducir riesgos sanitarios y evitar que los desechos agraven desastres climáticos. (CAF)
- Energía distribuida para servicios críticos: generación y distribución local de energía (por ejemplo, microsistemas) que permanezcan operativos durante eventos extremos. (CAF)
- Soluciones basadas en la naturaleza: restauración de ecosistemas, infraestructura verde para mitigar inundaciones y fortalecer la resiliencia ambiental. (UNDRR)
- Movilidad segura: proyectos de transporte seguros y resilientes, para mantener la conectividad aun en condiciones adversas. (CAF)
Además, los proyectos financiados deberán demostrar ciertos criterios de resiliencia: reducción de exposición a riesgos, menor vulnerabilidad, capacidad operativa durante eventos extremos y tiempos de recuperación más cortos. (CAF) Este enfoque se alinea con importantes marcos internacionales: la Prioridad 3 del Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres, el Artículo 2.1(c) del Acuerdo de París, y los Objetivos de Desarrollo Sostenible 11 y 13. (CAF)
Regulaciones y criterios para el acceso
Para asegurar que los fondos se utilizan de forma eficiente y alineada con la resiliencia climática, CAF y UNDRR establecen un proceso técnico riguroso. UNDRR actúa como coordinador técnico para verificar la elegibilidad de los proyectos, utilizando la Metodología de la Taxonomía de Resiliencia de los Bonos Climáticos (2024) y el marco definido en el documento “Designing a Classification Framework for Climate Resilience” (2023), desarrollado conjuntamente con la Climate Bonds Initiative (CBI). (CAF)
La Taxonomía de Resiliencia Climática define qué tipos de inversiones califican, basándose en criterios como exposición al riesgo, recuperación, y funcionalidad durante fenómenos extremos. (UNDRR) Además, la certificación bajo estándares de Climate Bonds exige que hasta cierto porcentaje de los fondos (por ejemplo, un “flexibility pocket”) se puedan destinar a inversiones resilientes listadas en dicha taxonomía. (Climate Bonds)
Tasas de interés y compromisos de países
Un punto importante es que CAF no ha publicado detalles explícitos sobre la tasa de interés (“cupón”) del bono de resiliencia de USD 100 millones, al menos en sus comunicados públicos. (CAF) Esto sugiere que podría tratarse de una emisión con condiciones de mercado o sostenibles, pero sin un “greenium” (prima verde) claramente divulgado — algo común en otros bonos verdes y de resiliencia. (Resilience Constellation)
En cuanto al compromiso de los países, los primeros proyectos identificados están en Brasil, anfitrión de la COP 30. (CAF) La selección de proyectos se hace mediante un proceso técnico robusto, y se priorizan inversiones locales que fortalezcan la infraestructura crítica y los servicios esenciales. (CAF) Aunque no se exige necesariamente un nuevo préstamo soberano adicional para emitir estos proyectos, los países beneficiarios deben alinearse con los criterios de la taxonomía y demostrar capacidad de gestión de riesgo.
Impacto estratégico
La emisión de este bono marca un hito: es el primer bono de resiliencia para Latinoamérica y el Caribe con esta taxonomía, y apenas el segundo en el mundo. (UNDRR) Con esta herramienta, CAF y UNDRR buscan redirigir capital hacia la prevención, en lugar de financiar solo la recuperación tras desastres. Según UNDRR, financiar la prevención es uno de los ejes más poderosos para reducir pérdidas, proteger vidas y crear economías más resilientes. (UNDRR)
Además, esta operación fortalece el compromiso de CAF para aumentar su financiamiento verde en la región: la institución ha anunciado que para 2024 alcanzará un 35 % de financiamiento verde dentro de su cartera, con miras a llegar al 40 % para 2026. (CAF)
Este bono de resiliencia entre CAF y UNDRR representa una innovación financiera muy relevante para América Latina y el Caribe, al conectar el mercado de capitales con la urgencia de la adaptación climática. Si quieres que profundice en aspectos técnicos (como cómo se evalúan los proyectos, quién reporta los impactos, garant ías, etc.), puedo hacerlo. ¿Te lo preparo?
Edited by: @Nearcticllc/soswatercorp.
