

El pan de garbanzos es uno de esos hallazgos que te soluciona desayunos, picoteos y cenas en un abrir y cerrar de ojos: sin gluten, aromático y muy versátil. Según cómo lo prepares, puede salir más tierno o más compacto, pero siempre con ese saborcito a legumbre que recuerda al hummus y que combina genial con salado y con dulce.
Si te apetece probarlo, aquí vas a encontrar tres caminos para hacerlo en casa: con harina de garbanzo y levado cero, con garbanzo cocido y huevos (rapidísimo en air fryer u horno) y con levadura de panadería y levados para quienes quieren un pan más tradicional en tiempos. Además, te cuento tiempos, temperaturas, trucos para que no quede seco y un montón de ideas de acompañamientos.
Qué es el pan de garbanzos y por qué triunfa

Este pan se inspira en preparaciones mediterráneas como la socca francesa o la fainá italiana, pero adaptado a nuestro día a día: usa harina de garbanzo o garbanzo cocido, aceite de oliva y sal. Lo bueno es que lo puedes personalizar con semillas, hierbas e incluso con un toque dulce si te apetece.
En textura, no esperes una hogaza clásica de corteza crujiente y miga muy alveolada; aquí solemos obtener un pan más tipo molde, con corteza fina o media y una miga cerrada. Es habitual que resulte algo seco en boca, así que funciona de cine con untables, jugos de asados o simplemente tostado con aceite de oliva y una pizca de sal.
Si el hummus te encanta, casi seguro que este pan te conquista: tiene un aroma intenso a garbanzo que sale del horno y perfuma la cocina. En casa, muchos peques lo identifican de inmediato por el olor. Ahora bien, si eres fan del pan artesano súper crujiente, quizá esta receta no sea tu primera opción.
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Más allá de su perfil saludable y sin gluten, parte del éxito del pan de garbanzos es que es rápido de preparar. Con un bol y unas varillas o con una batidora lo tienes listo en minutos, y admite horno o air fryer. También verás versiones en programas de TV; por ejemplo, chefs como Enrique Sánchez han mostrado una versión sencilla, muy suave y resultona para tomar como snack o para acompañar la comida.
Textura y sabor: lo que debes saber
Por su naturaleza, es un pan con miga compacta y tendencia a la sequedad. ¿Solución? Añadir un poco de aceite, miel o incluso incorporar ingredientes que aporten jugosidad como cebolla pochada, tomates secos o pepitas de chocolate. Con ese ajuste, se vuelve mucho más amable y delicioso para todos los públicos.
Cuándo no es para ti
Si buscas una barra con corteza muy crujiente y grandes alveolos, mejor opta por panes de trigo tradicionales. Este pan brilla cuando quieres rapidez, tolerancia sin gluten y un sabor diferenciador que maride bien con sabores potentes como aceitunas, embutidos, quesos o cremas dulces.
Tres maneras de hacerlo: harina, garbanzo cocido y pan con levadura

Método 1: con harina de garbanzo y sin levado (impulsor químico)
Ideal para cuando te corre prisa. Se prepara en 5 minutos y se hornea en 30-35. Usa impulsor químico (tipo Royal) en pequeña cantidad, que no necesita reposo. El resultado es un pan tipo molde, perfecto para cortar en rebanadas.
- 380 g de harina de garbanzos
- 310 ml de agua
- 1 cucharadita colmada de sal (10-12 g aprox.)
- 2 cucharadas de miel
- 1 sobre de impulsor químico (unos 5 g)
- 2 cucharadas de aceite de oliva
- Opcional: hierbas secas, tomates secos picados, cebolla tierna pochada, aceitunas, pepitas de chocolate
- Mezcla en un bol harina, sal y el impulsor. Si tienes robot, pon todo en el cuenco y mezcla a velocidad suave con pala; la idea es integrar sin batir en exceso.
- Añade la miel y el aceite.
- Vierte el agua poco a poco mientras mezclas hasta obtener una masa homogénea y húmeda.
- Personaliza: en este punto, incorpora hierbas, aceitunas, cebolla, tomates secos o chocolate, y reparte bien por la masa.
- Precalienta el horno a 200 ºC, calor arriba y abajo.
- Prepara un molde rectangular forrado con papel o ligeramente engrasado. Si usas una terrina con tapa (tipo hierro fundido), puedes mantenerla tapada al principio para cocer la miga y destaparla al final para dorar.
- Hornea 30-35 minutos, hasta que veas la superficie dorada y, al pinchar, salga seco.
Consejo práctico: si utilizas una terrina con tapa (como las de hierro esmaltado), deja tapado casi todo el horneado y destapa en los últimos minutos para favorecer el dorado de la corteza.
Método 2: con garbanzo cocido, huevos y air fryer/horno (rápido y proteico)
Aquí tienes dos variantes. La primera, súper directa, no lleva levado; la segunda incorpora levadura seca de panadería y un reposo breve que mejora textura y volumen. Ambas funcionan genial en air fryer, aunque también se pueden hornear.
Variante exprés sin levado (air fryer u horno): tritura y cocina, sin complicaciones.
- 350 g de garbanzos cocidos (aprox. 1 ½ tazas)
- 4 huevos
- 1 cucharadita de sal
- 1 cucharada de levadura en polvo (impulsor)
- Semillas al gusto para la superficie (opcional)
- Tritura los garbanzos hasta lograr una pasta fina.
- Mezcla con los huevos, la sal y el impulsor hasta que quede homogéneo; no hace falta batir en exceso.
- Vierte en un molde. Si quieres, espolvorea semillas.
- Air fryer: 180 ºC durante 25 minutos. Horno: 180 ºC entre 30 y 35 minutos.
Variante con breve fermentación (levadura seca de panadería): aporta ligereza y un poco más de volumen.
- 200 g de garbanzos cocidos
- 2 huevos
- 5 g de levadura seca de panadería
- Pizca de sal
- Pon todos los ingredientes en el vaso de la batidora y tritura hasta que quede una mezcla lisa.
- Deja fermentar a temperatura ambiente unos 20 minutos dentro del propio molde, cubierto para que no se reseque.
- Cocina en air fryer a 180 ºC durante 15 minutos o en horno precalentado a 180 ºC ajustando el tiempo según el grosor del molde.
Esta familia de recetas sin harina de trigo es muy socorrida para quienes buscan panes altos en proteína. De hecho, muchas personas la descubren a través de creadores y cocineros domésticos que la recomiendan como pan rápido para el día a día; su sencillez es su gran baza.
Método 3: con levadura de panadería y dos levados
Si prefieres un pan con desarrollo de sabor por fermentación, ésta es tu opción. Lleva harina de garbanzo, pero se comporta más como un pan clásico en tiempos: activación de levadura, primer levado, segundo levado y horneado.
- 250 g de harina de garbanzo
- 7 g de levadura seca de panadería
- 1 cucharadita de sal
- 1 cucharadita de azúcar (opcional, para ayudar a la levadura)
- 300 ml de agua templada
- 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- Semillas al gusto (sésamo, chía, lino) para decorar
- Activa la levadura mezclándola con el azúcar y unos 100 ml de agua templada. Deja reposar 10 minutos hasta que espume; si no espume, repite, la levadura podría estar inactiva.
- En un bol grande, coloca la harina y la sal. Haz un hueco y añade la mezcla de levadura, el resto del agua y el aceite. Integra hasta lograr una masa espesa y homogénea.
- Cubre y deja levar 1 hora en un lugar templado, hasta que aumente visiblemente el volumen.
- Engrasa un molde o fórralo con papel; vierte la masa, alisa y añade semillas por arriba.
- Deja un segundo levado de 20-30 minutos dentro del molde para que termine de tomar altura.
- Hornea a 200 ºC durante 35-40 minutos, hasta que la superficie esté dorada y, al pinchar, salga limpio.
- Desmolda y enfría en rejilla por completo antes de cortar. Rinde unas 10-12 rebanadas finas.
Tiempos, temperaturas y moldes de un vistazo
- Método sin levado con impulsor (harina de garbanzo): horno 200 ºC, 30-35 min. Molde tipo cake o terrina con tapa para controlar el dorado.
- Método con garbanzo cocido y huevos (exprés): air fryer 180 ºC, 25 min; horno 180 ºC, 30-35 min. Molde pequeño forrado o de silicona.
- Método con garbanzo cocido + levadura seca: reposo 20 min, air fryer 180 ºC, 15 min (ajusta al grosor). Busca siempre un molde que no sea demasiado ancho para ganar altura.
- Método con levadura de panadería: activación 10 min + 1º levado 1 h + 2º levado 20-30 min + horno 200 ºC, 35-40 min.
Personaliza tu pan: salado, aromático o incluso con chocolate
Una de las grandes virtudes de este pan es que admite mil variaciones. Con salado queda espectacular, pero el toque dulce también le sienta de maravilla. Algunas ideas que funcionan siempre:
- Hierbas: orégano, albahaca, romero o tomillo, mezcladas en la masa.
- Cebolla tierna pochada o tomates secos bien picados.
- Aceitunas negras o verdes troceadas, escurridas para que no aporten exceso de agua.
- Semillas por encima: sésamo, chía o lino para textura y aspecto.
- Versión dulce: añade pepitas de chocolate o chocolate fondant troceado; se derrite y aporta jugosidad.
Cómo disfrutarlo: ideas para servir y maridar
Por su perfil algo seco, se luce con untables y jugos. Prueba estas combinaciones y verás qué bien le sientan:
- Queso crema con verduras asadas, salmón, chorizo o bacon; remata con cebolla tierna o tomates cherry.
- Para acompañar carnes y pescados al horno: moja las rebanadas en los jugos de la bandeja y disfruta.
- Sándwich de pan con tomate, aceite y sal, con jamón ibérico, sobrasada o bacon con queso.
- Tostado, con aceite de oliva y sal; añade aguacate, hummus o un huevo a la plancha.
- Con dulce: crema de caramelo o de avellanas y cacao; ideal para peques y muy golosa.
Consejos clave y errores comunes
Controla la hidratación: si la masa te queda demasiado densa, sube un pelín el agua; si está muy suelta, añade una cucharada de harina de garbanzo. La textura final debe ser espesa pero vertible en los métodos sin levado largo.
Evita hornearlo de más: una sobrecocción reseca el pan. Revisa a partir del minuto 30 en horno y del 12-15 en air fryer. Pincha con palillo y busca humedad mínima pero sin restos crudos.
Añade grasa y/o miel: una o dos cucharadas de aceite y miel mejoran ternura y conservación. También ayudan los ingredientes jugosos (cebolla pochada, tomate seco hidratado), que aportan contraste y sabor.
Usa el molde adecuado: si es demasiado ancho y bajo, el pan quedará plano; con uno más estrecho lograrás altura y rebanadas bonitas. Forrar con papel o usar spray desmoldante facilita la vida.
Si empleas una terrina con tapa, mantén tapado el inicio para que cuaje la miga y destapa al final para dorar. Este truco, típico de terrinas de hierro tipo Le Creuset, da un acabado más uniforme.
Nutrición y conservación
Una rebanada fina del pan con levadura de panadería (aprox. 10-12 porciones por pan) aporta, de forma estimada: 130 kcal, 19 g de hidratos, 5 g de proteína, 3 g de grasa y 2 g de fibra. Los valores varían según ingredientes exactos y tamaño de la porción.
- Apto sin gluten: al basarse en garbanzo, no lleva trigo. Verifica que todos los ingredientes sean libres de trazas si es necesario.
- Bajo en azúcares: solo una cucharadita de azúcar opcional en la versión con levadura de panadería.
Guárdalo a temperatura ambiente en recipiente hermético hasta 3 días. Para periodos más largos, congélalo en rebanadas (separadas con papel) hasta 1 mes. Descongela en tostadora o a temperatura ambiente para recuperar su mejor textura.
Entre el método exprés de garbanzo cocido y huevos, la versión sin levado con harina de garbanzo y el pan con levadura y levados, tienes un abanico que cubre desde el antojo inmediato hasta el pan más reposado. El truco está en adaptar hidratación, tiempos y complementos a tu gusto: si te mola el sabor a garbanzo o eres fan declarado del hummus, lo vas a disfrutar; y si buscas un pan diferente para bocados salados, para mojar en jugos o para una tostada dulce, este es tu aliado de fondo de despensa.
Postposmo
Fuente de esta noticia: https://www.postposmo.com/pan-de-garbanzos-casero-3-formas-de-prepararlo-horno-y-air-fryer-con-trucos-tiempos-y-variaciones/
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