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La Organización de las Naciones Unidas emitió una enérgica advertencia a Estados Unidos, instándolo a poner fin de manera inmediata a los ataques militares realizados en el Caribe y el Pacífico oriental, luego de que diversas denuncias internacionales los calificaran como posibles ejecuciones extrajudiciales. La declaración surge tras semanas de tensión y un creciente número de víctimas, una situación que el presidente colombiano Gustavo Petro describió como profundamente alarmante.
De acuerdo con reportes recientes, al menos 62 personas perdieron la vida en operaciones armadas llevadas a cabo por fuerzas estadounidenses, que presentaron las acciones como parte de una ofensiva contra embarcaciones sospechosas de tráfico de drogas, conocidas como “narcolanchas”. Sin embargo, los familiares de varias víctimas aseguran que muchos de los fallecidos eran simples pescadores, ajenos a cualquier actividad criminal.
“El creciente costo humano de estos ataques es inaceptable”, expresó Volker Türk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, a través de un comunicado oficial. “Estados Unidos debe cesar de inmediato estas operaciones y garantizar que no se produzcan ejecuciones extrajudiciales, independientemente del supuesto comportamiento delictivo que se atribuya a las personas a bordo”, añadió el diplomático, subrayando que las muertes registradas carecen de justificación bajo el derecho internacional.
Las operaciones, que Washington enmarca dentro de su estrategia de lucha contra el narcotráfico, se desarrollan en un clima de creciente fricción con Venezuela. Estados Unidos ha descrito estos despliegues aeronavales como parte de un esfuerzo para contener el avance de los cárteles latinoamericanos, a los que califica como organizaciones terroristas. Durante la administración de Donald Trump, incluso se autorizaron acciones encubiertas de la CIA en territorio venezolano, acompañadas de acusaciones directas contra el presidente Nicolás Maduro por su presunto vínculo con el tráfico de estupefacientes hacia Norteamérica.
Türk recordó que, aunque el combate al narcotráfico internacional es un tema legítimo de seguridad y cumplimiento de la ley, el uso de la fuerza letal está sujeto a límites estrictos establecidos por la normativa internacional de derechos humanos. “El uso intencional de la fuerza letal solo puede justificarse como último recurso, y únicamente frente a una amenaza inminente contra la vida”, enfatizó.
El Alto Comisionado advirtió además que, según la escasa información divulgada por las autoridades estadounidenses, ninguno de los ocupantes de las embarcaciones atacadas parecía representar un peligro inmediato para otras personas. Por ello, instó a la apertura de investigaciones rápidas, independientes y transparentes que permitan esclarecer lo sucedido y determinar las eventuales responsabilidades.
La declaración de Naciones Unidas añade un nuevo capítulo a la tensión regional y plantea serios cuestionamientos sobre los límites de las operaciones militares de Estados Unidos fuera de su territorio, así como sobre la protección efectiva de los derechos humanos en el contexto de la lucha global contra el narcotráfico.
carloscastaneda@prensamercosur.org
