

Juan. José Benítez (JJ Benítez) habla del asteroide «Gog» en sus obras y también en entrevistas, aseverando que colisionará contra nuestro planeta en agosto de 2027. Dicho cuerpo celeste, con una medida estimada de unos 28 a 30 kilómetros de largo, resultaría ser un meteorito tremendo con capacidad de provocar un desastre global; el golpe, se estima, será en el Mar Caribe o cerca de las Bermudas, eso causaría millones de decesos y una larguísima oscuridad a raíz de emisiones volcánicas post impacto. Aun cuando Benítez presenta este asunto como algo irrefutable, la comunidad científica, ¡y la mismísima NASA!, no confirman la existencia auténtica de ese asteroide con esas características catastróficas que él relata. La NASA tiene catalogado un asteroide verdadero, el 1999 AN10, que ciertos relacionan con «Gog», mas éste se acercará a la Tierra en 2027 sin ningún peligro de impactarla, de forma segura. En consecuencia, el «Gog» de Benítez es un combinado de fantasía, especulaciones conspirativas y menciones a cuerpos celestes verdaderos, sin sustento científico para validar esa amenaza contra nuestro hogar.
Bueno, prepara tu café porque esto requiere algunas palabras
Benítez, en su obra y al decirlo públicamente, identifica al asteroide «Gog» como un colosal pedrusco espacial, prediciendo un impacto contra la Tierra en agosto de 2027 que generaría desastres para todos. Benítez asegura que «Gog» mide aproximadamente 28 kilómetros de extremo a extremo, siendo así más del doble del asteroide que supuestamente llevó a la extinción a los dinosaurios, y su llegada a nuestro planeta tendría como destino el mar Caribe, lo que iniciaría una mortandad cercana a los 1.200 millones de almas en las primeras 48 horas y, desencadenaría un invierno nuclear de hasta nueve años, debido al bloqueo de la luz solar por las cenizas volcánicas lanzadas al aire, desde volcanes en lugares muy lejanos.
Pese a todo, desde un enfoque astronómico y astrofísico fundamentado en investigaciones científicas y datos oficiales, esta historia no coincide con la realidad verificada. El asteroide, erróneamente relacionado con «Gog» en círculos comunes y por algunos medios, resulta ser el 1999 AN10, una masa rocosa identificada en 1999. Es mucho menor a lo imaginado, rondando los 872 metros, en contraste con lo propuesto en la fantasía de Benítez. Este asteroide entra en la categoría de asteroides Apolo, aquellos que cruzan la órbita terrestre, se lo clasifica como objeto cercano a la Tierra (NEA) y potencialmente arriesgado (PHA), debido a su trayectoria.
Observaciones preliminares sugerían que el 1999 AN10 podría rozar peligrosamente la Tierra, a escasos 37.000 kilómetros ¡una distancia minúscula en comparación con la Luna! Sin embargo, análisis posteriores y un seguimiento orbital más refinado rectificaron la trayectoria prevista. El acercamiento previsto para el 7 de agosto de 2027, ahora se calcula que ocurrirá a una distancia segura de cerca de 390.450 kilómetros, un poco más allá de la distancia promedio Tierra-Luna (384.400 km).
Respecto a eso, tanto la NASA como otras agencias espaciales afirman rotundamente, que no hay peligro de choque en esa fecha ni en el futuro cercano.
A pesar de que la órbita de este asteroide pudiera ser alterada gravitacionalmente por el paso próximo, aumentando levemente su peligro en el futuro distante (2039, 2044, 2046), las chances de impacto en esas futuras aproximaciones son increíblemente bajas y jamás cercas a la ocupación catastrófica profetizada por Benítez. Por ejemplo, la probabilidad más alta calculada es de 1 entre 500.000 para el año 2044.
Desde una perspectiva astrofísica y de gestión de riesgos planetarios, es esencial diferenciar entre la verdad y la mentira. «Gog» es un cuento con toques novelados, donde elementos de conspiración y narrativas sensacionalistas se entremezclan con datos verdaderos sobre asteroides potencialmente peligrosos. La comunidad científica se basa en observaciones telescópicas precisas, modelos orbitales, y misiones espaciales destinadas a catalogar y rastrear cuerpos cercanos para la prevención y mitigación, en caso necesario.
Respecto a la comparación de su tamaño, ¡imagina! Un asteroide de 28 km, sería descomunal para nuestros días, comparable al causante de extinciones masivas en la Tierra, hace 66 millones de años. Tendría, sin duda, un impacto global sin precedentes en nuestra historia humana contemporánea. En contraste directo, el 1999 AN10 es mucho más modesto, con cerca de 1 km de diámetro. Impactaría, si lo hiciera, con serias consecuencias a nivel regional, aunque nada de extinciones masivas globales, ni esos prolongados inviernos nucleares.
En definitiva, «Gog» es un claro ejemplo de cómo la ficción, mezclada con datos científicos, puede avivar miedos infundados. La verdad científica nos dice, que el asteroide 1999 AN10 está siendo vigilado oficialmente, y que su paso en 2027, no representa peligro para nuestro planeta. Las agencias espaciales siguen monitorizando todo objeto cercano, y desarrollando tecnologías para desviarlos en caso, de detectar cualquier cuerpo con potencial real de impacto.
Gog, el asteroide apocalíptico de J. J. Benítez y la verdad científica sobre el 1999 AN10
Introducción
El asteroide «Gog» despertó un montón de debates, controversias, y teorías apocalípticas, presentado por el español J. J. Benítez, en la narrativa moderna. En sus publicaciones, Benítez indica que este asteroide, unos 28 kilómetros más o menos, va hacia la Tierra, poniendo en peligro la supervivencia humana, ¡tremendo! Este escrito pretende examinar «Gog» desde una mirada astrofísica precisa, comparando las palabras del autor con la evidencia científica respecto al asteroide 1999 AN10, la raíz real, un poco turbia de esta historia.
Gog visto por J. J. Benítez: relato y proclamación apocalíptica
La obra que hizo famoso a «Gog», en el entendimiento de la gente, mezcla ciencia ficción, esoterismo y conspiración.
De acuerdo a Benítez, «Gog» es un meteorito colosal que arribará en agosto de 2027 y golpeará el Caribe, lo que desencadenará una mortandad masiva, se calcula, superior a mil doscientos millones de personas, solo en las primeras cuarenta y ocho horas después del impacto. Este hombre nos pinta también una secuela, un invierno nuclear extenso, que podría durar casi una década, causado por las cenizas volcánicas emitidas en las antípodas debido a la energía del choque.
Dicha narración trae a la mente escenarios hipotéticos de impactos catastróficos, empleados en simulaciones de defensa planetaria; pero con un relato aderezado con secretismo, agencias gubernamentales ocultando la verdad, y un toque de elementos paranormales.
En cuanto a las particularidades orbitales y físicas del asteroide 1999 AN10, fue descubierto el 13 de enero de 1999, por los astrónomos Milani, Chesley y Valsecchi. Este bicho espacial ostenta un diámetro estimado de entre ochocientos y novecientos metros, y una órbita que se clasifica en el grupo de asteroides Apolo, famosos por cruzar la órbita terrestre, clasificados entre los objetos próximos a la Tierra (NEAs). Su órbita presume un perihelio de 0.64 UA y un afelio de 2.
28 UA, orbitando el Sol casi en 644 días.
Este asteroide, vigilado por la NASA y agencias espaciales, preocupa por riesgo a largo plazo; la dinámica de su trayectoria, sin embargo, deshecha impacto, eso en el 2027.

Acercamiento en 2027 y evaluación del peligro…
El 1999 AN10 se nos acercará el 7 de agosto del 2027, estimándose una distancia cercana a 390.450 kilómetros. Es más lejos que la Luna, 384.400 kilómetros, por lo tanto, el asteroide tiene órbita segura para ese entonces. Cálculos matemáticos y simulaciones orbitales no predicen choque con la Tierra.
El acercamiento puede alterar su órbita con interacción gravitacional, pero las evaluaciones de riesgo para el futuro son bajas (ejemplo: 1 en 500.000, 2044).
La diferencia entre la ciencia y la ficción: es vital diferenciar la desinformación.
El fin del mundo, según J. J.
Benítez, uh, carece de un buen fundamento basado en la evidencia astronómica eh. Considerando que «Gog», en sus cuentos, mide unos 28 kilómetros, el asteroide real que investigan es ¡muchísimo! más pequeño, unas 30 veces menos, con una diferencia enorme en cuanto al poder de destrucción.
El constante seguimiento de asteroides por científicos, el empleo de tecnología de punta y misiones como la DART de la NASA, muestran un firme compromiso pa’ prevenir impactos… fortaleciendo así la seguridad presente ante peligros directos.
¡Pero! Imaginen las posibles consecuencias de un choque de asteroide del tamaño que Benítez menciona. Si uno así de grande (28 km) golpeara la Tierra, las consecuencias serian sin igual. El impacto liberaría energía ¡miles de veces! mayor que la de todas las bombas nucleares juntas, provocando incendios terribles, temblores por todo el mundo y una nube de polvo que ocultaría el sol durante años, ¡causando quizás! un colapso en la vida y la extinción de muchas especies.

Pero es clave remarcar que, actualmente, no se ve ninguna amenaza de tal magnitud y que, no se avistan objetos de semejantes proporciones en trayectorias de choque contra la Tierra en los próximos cien años.
Conclusiones: ¿Qué debemos sacar de «Gog»?
«Gog» representa la amalgama de mitos, temores, y fantasías, que pueden aparecer en la gente cuando se mezcla la data científica con las especulaciones no probadas. A pesar de que el rastreo y estudio de asteroides es crucial para la protección del planeta, hemos de fundamentar nuestras valoraciones en evidencia, y en ciencia precisa.
El asteroide 1999 AN10 se investiga al detalle, y su cruce seguro en 2027 demuestra lo eficaz del control astronómico. Prevenir y mitigar los riesgos planetarios se apoya en la ciencia, la cooperación mundial, y la comunicación sensata que, por cierto, evita alarmas sin fundamento.
Este análisis contextualiza la imagen del asteroide «Gog» y la verdad científica del 1999 AN10, aclarando las diferencias entre un relato literario, y los datos astrofísicos corrientes y aceptados en todo el mundo.
Vaya, no es posible añadir imágenes aquí mismo, pero para hacer este artículo más claro, consideraría estas visualizaciones:
Un gráfico que compare las órbitas del 1999 AN10 y la Tierra, eso sí, con distancias en kilómetros.
Además, una imagen que muestre artísticamente el impacto de un asteroide, y sus efectos globales!
Una tabla comparativa, contrastando los tamaños y consecuencias estimadas entre el asteroide inventado «Gog» y el 1999 AN10 real.
También, una simulación dinámica de órbitas y las posibilidades de futuros impactos, seria increíble.
Ahora, para explicar la simulación orbital del 1999 AN10…
Este asteroide tiene una órbita elíptica alrededor del Sol, dando la vuelta en más o menos 1.76 años terrestres, cruzando la órbita de la Tierra varias veces. La verdad es que su órbita se modela bastante bien usando telescopios y se calcula con mucha exactitud con la mecánica celeste y números.
Por último, se ha estimado que el 7 de agosto de 2027, pasará a una distancia segura de la Tierra, un poco más de 390,000 km, un poquito más lejos de la distancia media a la Luna.
La distancia, bastante amplia, minimiza cualquier influencia directa arriesgada. Es decir aunque el acercamiento pudiera quizá alterar la órbita, aumentando muy levemente el peligro en futuras aproximaciones, esto no debe alarmarnos.
Una simulación orbital dinámica contempla las atracciones gravitacionales de los grandes cuerpos del sistema solar, el sol, los planetas y la Tierra. Esto es para prever la trayectoria precisa del asteroide, sus posibles cambios a largo plazo, evaluando así, con alta precisión, la probabilidad de impactos futuros.
Esta simulación es algo estándar en la vigilancia planetaria, sirviendo para monitorear y catalogar todos los objetos cercanos con algún riesgo (NEAs) y establecer estrategias de mitigación en caso de que hiciese falta.
Aunque no puedo insertar aquí directamente imágenes ni animaciones interactivas, podría generar un gráfico orbital dinámico del encuentro cercano del 1999 AN10 con la Tierra. También una tabla visual con colores para mostrar la comparación de tamaños y distancias, que te la envío a continuación para su análisis y utilización en documentos.
El asteroide 1999 AN10, oh si, hará su cercano cruce con la Tierra el 7 de agosto de 2027, según datos orbitales comprobados. A continuación, miraremos paso a paso este acercamiento, desde una mirada astrofísica, usando sus parámetros orbitales, y como interactúan con nuestra órbita terrestre:
Antes del encuentro, 1999 AN10 viaja tranquilo en su órbita normal alrededor del Sol, dando vueltas cada, apropiadamente, 644 días, eso es como, 1.76 años terrestres.
Conforme se acerca a la Tierra, por su camino elíptico, la distancia entre el asteroide y nuestro planeta mengua, poco a poco, semanas antes del gran día.
El 7 de agosto de 2027, el asteroide atravesará la órbita de la Tierra y estará en el punto más cercano a nosotros, a unos 390,000 kilómetros de distancia, un poquito más lejos que la distancia promedio a la Luna, unos 384,400 km.
En ese preciso momento, la velocidad del asteroide será de unos 24.6 metros por segundo, relativo a la Tierra, ¡lo justo! para pasar sin ser atrapado por nuestra gravedad ni tampoco chocar.
Durante ese encuentro cercano, la gravedad terrestre, quizás la influencia de la Tierra podría levemente cambiar la trayectoria del asteroide, tocando ligeramente algunos parámetros orbitales, como su excentricidad o inclinación.
Tal cambio, muy, muy suave, podría elevar con el tiempo, esa remota posibilidad de futuras visitas, a pesar de las ridículas posibilidades de impacto digamos, uno en quinientos mil en 2044.
Una vez, justo después del acercamiento, el 1999 AN10 seguirá dando vueltas alrededor del Sol, conservando un camino más o menos estable que vigilarán las agencias espaciales.
El evento, aun que sea muy, muy cercano, se cree seguro para el planeta, sin ningún peligro de colisión en el 2027, aunque su cercanía es de las más próximas jamás vistas para un asteroide así de grande.
