

La figura de Gil Imaná (Sucre, 1933 – La Paz, 2021), considerado uno de los pilares del arte boliviano del siglo XX, vuelve a ocupar un lugar destacado en la escena cultural con una exposición que promete ser una revisión esencial de su vasta obra. Bajo el título “Las 44 obras de manos del artista. Un legado de amor”, esta muestra, curada por Daniela Mérida, reúne una colección excepcional que incluye piezas inéditas y dibujos íntimos nunca antes exhibidos públicamente.
La exposición, que se llevará a cabo en la Daniela Mérida Gallery, en La Paz, del 21 de octubre al 18 de noviembre de 2025, ofrece una oportunidad única para explorar la profundidad y sensibilidad del legado de Imaná. A través de 44 obras cuidadosamente seleccionadas, no solo se destaca la maestría técnica del artista, sino también su faceta más personal, marcada por un compromiso ético y una conexión espiritual con la cultura andina.
Una mirada a las series emblemáticas de Gil Imaná
Gil Imaná es reconocido por su habilidad para capturar la esencia de lo humano y lo natural en su obra. Su trazo austero y su dominio absoluto de la línea han sido elogiados por críticos e historiadores del arte, como Pedro Querejazu, quien destacó su capacidad para “vincular al ser humano con la naturaleza” en un paisaje cósmico y ancestral.
En esta exposición, el público podrá recorrer algunas de las series más emblemáticas que definieron la producción artística de Imaná:
– La Mujer: En esta serie, la figura femenina es representada como un símbolo poderoso de la raíz andina. La mujer se convierte en una encarnación de la fuerza, la tierra y la perdurabilidad, elementos fundamentales en la cosmovisión andina.
– El Paisaje: El altiplano boliviano deja de ser un simple fondo para transformarse en un protagonista central. En las obras de Imaná, este territorio sagrado refleja la espiritualidad andina y se presenta como un espacio telúrico cargado de significado.
– La Revolución: En esta serie, el compromiso social del artista se manifiesta a través de rostros anónimos y cuerpos que simbolizan la dignidad, la justicia y la esperanza del pueblo boliviano. Es una representación visual de las luchas sociales que marcaron gran parte del siglo XX en Bolivia.
– Erótica Vitalidad: En esta exploración más audaz, Imaná utiliza la línea con libertad y pasión para representar el cuerpo humano como una fusión de energía, deseo y ternura. Esta faceta poco común para su generación refleja una dimensión tanto erótica como espiritual.
La ética y coherencia de un maestro
A lo largo de más de siete décadas de trayectoria artística, Gil Imaná mantuvo una ética inquebrantable que se refleja en cada una de sus obras. Su arte no busca el brillo superficial ni responde a modas pasajeras; en cambio, persigue una verdad esencial que conecta al ser humano con sus raíces culturales y espirituales.
Esta coherencia también se manifestó en su vida personal y profesional. Imaná compartió su camino artístico con la ceramista Inés Córdova, con quien construyó un legado cultural inigualable. Juntos donaron casi siete mil piezas al patrimonio boliviano, demostrando un profundo compromiso con la preservación y difusión del arte nacional.
La curaduría: un acto de preservación cultural
La curaduría a cargo de Daniela Mérida ha sido concebida como un acto de preservación cultural. Cada obra ha sido seleccionada con rigor y devoción para recrear la atmósfera serena y contemplativa del altiplano que caracteriza la obra de Imaná. Este enfoque permite al espectador sumergirse en el universo artístico del maestro y apreciar el valor intrínseco de su legado.
Además, la exposición tiene un carácter especial al incluir piezas disponibles para la venta, lo que representa una oportunidad única para los coleccionistas y amantes del arte interesados en adquirir obras originales de uno de los grandes maestros bolivianos.
Un homenaje al arte andino y su trascendencia universal
La exposición “Las 44 obras de manos del artista. Un legado de amor” no solo celebra el talento y la visión artística de Gil Imaná, sino que también reafirma su papel como embajador del arte andino en el ámbito universal. Su capacidad para elevar los elementos culturales y espirituales de Bolivia a un plano universal es un recordatorio del poder transformador del arte.
En palabras del propio Gil Imaná: “El arte tiene la capacidad de trascender fronteras y conectar a las personas con lo esencial”. Esta exposición es un testimonio vivo de esa filosofía y un homenaje a un artista cuya obra sigue inspirando a nuevas generaciones.
Información práctica
La exposición estará abierta al público desde el 21 de octubre hasta el 18 de noviembre de 2025 en Daniela Mérida Gallery (Av. Montenegro, San Miguel, La Paz). Es una cita imperdible para quienes deseen sumergirse en el universo artístico de uno de los grandes referentes del arte boliviano.
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