

Imagen Puerto de Cartagena
Colombia se ha convertido en uno de los destinos más cautivadores del turismo internacional, y hoy sus costas comienzan a escribir una nueva historia en el mapa de los cruceros mundiales. Con el brillo del Caribe en un extremo y la inmensidad del océano Pacífico en el otro, el país avanza a paso firme hacia su consolidación como un puerto de referencia para las principales navieras del planeta.
Su ubicación estratégica, en el corazón de las Américas, le otorga una ventaja natural que pocos países poseen: conectar el Atlántico y el Pacífico, unir culturas, rutas comerciales y paisajes que deslumbran por su diversidad. Desde los muelles históricos de Cartagena, hasta los nuevos desarrollos portuarios en Santa Marta, San Andrés o Buenaventura, Colombia se prepara para recibir al mundo con una infraestructura moderna, un servicio de clase internacional y una oferta turística que crece al ritmo de las olas.
Las cifras confirman este auge. Según un reciente informe de Migración Colombia, la temporada 2025–2026 proyecta un crecimiento del 26,17% en el número de pasajeros, en comparación con el año anterior. En 2024, el país recibió más de 365.000 pasajeros y 182 arribos, concentrados principalmente en Cartagena, una joya colonial que conserva su encanto histórico mientras se abre a un turismo global cada vez más exigente.
El fenómeno no es casual. Las grandes líneas de cruceros han identificado en Colombia un destino con enorme potencial, tanto por su riqueza natural como por su autenticidad cultural. A esto se suma un clima que invita a la exploración durante todo el año, una conectividad aérea en expansión y una estabilidad turística que posiciona al país como un socio confiable dentro de la región.
Aunque Estados Unidos continúa siendo el principal emisor de viajeros, se observa un notable crecimiento de visitantes provenientes de Canadá, Reino Unido y Australia, atraídos por la promesa de experiencias genuinas: caminar por las murallas de Cartagena, descubrir la biodiversidad del Tayrona, saborear el café en las montañas del Eje Cafetero o disfrutar la calidez de las comunidades costeras que hoy se integran al turismo de cruceros con orgullo y hospitalidad.
Entre las operaciones más destacadas figura Royal Caribbean, una de las compañías más importantes del sector, que prevé movilizar más de 82.000 pasajeros entre embarques y desembarques, distribuidos en 36 recaladas durante las próximas temporadas. Su apuesta demuestra la confianza del sector en el crecimiento sostenido de Colombia como destino marítimo y la calidad de sus puertos, servicios y experiencias complementarias en tierra.
Pero más allá de los números, lo que distingue a Colombia es su capacidad de seducir al viajero. En cada escala, el país ofrece algo que trasciende lo visual: una mezcla de historia, música, gastronomía y naturaleza que deja huella. Quienes llegan en crucero no solo encuentran playas y paisajes, sino una cultura viva, vibrante y profundamente humana. Esa autenticidad -difícil de imitar y cada vez más valorada por los viajeros contemporáneos- se ha convertido en la mejor carta de presentación del país.
Con el impulso de nuevas inversiones, programas de sostenibilidad portuaria y la integración de comunidades locales al turismo responsable, Colombia avanza hacia un futuro en el que el mar será su principal escenario de bienvenida. Las autoridades trabajan junto al sector privado para fortalecer la infraestructura, diversificar los destinos y garantizar que cada visitante viva una experiencia inolvidable, alineada con los estándares internacionales de calidad y sostenibilidad.
Hoy, el horizonte colombiano se llena de velas, anclas y sonrisas. Cada arribo representa una oportunidad para mostrar al mundo un país que ha transformado su imagen con trabajo, visión y pasión. Colombia no solo está lista para recibir cruceros: está lista para recibir al mundo entero, con los brazos abiertos y el alma marinera de quien sabe que su tiempo en el mar apenas comienza.
carloscastaneda@prensamercosur.org
