

Juan Carlos Florian Silva – Imagen Ministerio de la Igualdad y Equidad de Colombia
Con el liderazgo de Juan Carlos Florián Silva, ministro designado nuevamente de la cartera de Igualdad y Equidad, Colombia avanza en hechos concretos que transforman vidas y consolidan un horizonte de inclusión. La ejecución presupuestal del ministerio creció de manera significativa, del 4% al 14,14%, demostrando una gestión transparente y eficaz. Bajo su dirección se instalaron cinco mesas de alto nivel para atender la emergencia nacional por feminicidios y trans feminicidios, se lanzó un CONPES con 30 acciones en favor de los derechos de la población LGBTIQ+, más de 6.600 jóvenes recorren ya la ruta educativa de Jóvenes en Paz y en Quibdó se inauguró la primera Casa de Partería, honrando los saberes ancestrales de las comunidades afro e indígenas. Estos logros confirman que igualdad y equidad son una realidad en construcción, y no una promesa lejana.
El nombramiento de Florián Silva, hecho por el presidente Gustavo Petro mediante el decreto 0892, fue un paso firme para consolidar un ministerio que nació con el mandato de enfrentar las desigualdades más profundas de nuestra sociedad. Comunicador social, activista y pionero en la formulación de políticas públicas de inclusión, el nuevo designado y próximo ministro nuevamente, no solo cuenta con una amplia trayectoria en la defensa de los derechos humanos, sino que también representa un puente entre la institucionalidad y las luchas históricas de las comunidades diversas. Su designación no es producto del azar ni de conveniencias políticas: es el reconocimiento a una vida dedicada a abrir caminos allí donde antes había silencio y discriminación.
La oposición, sin embargo, insiste en torpedear las decisiones legítimas del Ejecutivo, desconociendo que la Constitución establece con claridad la competencia exclusiva del presidente para nombrar a sus ministros. Cuando fueron ellos quienes detentaban el poder, imponían sin reparo ni control los nombres de sus funcionarios, incluso aquellos sin experiencia ni méritos comprobados, mientras la prensa guardaba un silencio cómplice y los colectivos feministas eran marginados o ignorados. Hoy, desde la comodidad de la crítica, pretenden imponer condiciones, pero esa doble moral no resiste el escrutinio de una sociedad que exige coherencia y respeto por las reglas democráticas.
En medio de ese escenario, un tribunal emitió un pronunciamiento que obligó a Florián Silva a presentar su renuncia, no por falta de capacidad ni por impedimentos éticos o legales, sino por una decisión de procedimiento que en nada cuestionaba su idoneidad. Lejos de significar una derrota, ese gesto fue una muestra de respeto absoluto a la institucionalidad y a las reglas de juego. Su hoja de vida fue nuevamente radicada para surtir los requisitos correspondientes y, con la misma legitimidad que antes, está llamado a ser de nuevo ministro de Igualdad y Equidad. No existe ningún impedimento para que asuma nuevamente el cargo: ni jurídico, ni político, ni moral. Muy por el contrario, lo respalda una trayectoria sólida, un compromiso probado y un respaldo ciudadano que entiende la urgencia de continuar el camino hacia una Colombia más equitativa.
Florián Silva ha demostrado que la política pública en materia de género no se reduce a discursos ni a gestos simbólicos. Desde sus primeros cargos en la administración de la Bogotá Humana, cuando fue el primer subdirector de asuntos LGBTI de la Alcaldía, sentó las bases de una política incluyente que hoy se traduce en instituciones como la Casa de las Diversidades, rebautizada como Casa Diana Navarro en honor a una de las activistas más emblemáticas del país. Más tarde, como primer viceministro de Diversidades, impulsó reformas estructurales para garantizar derechos y combatir la discriminación, en línea con los estándares internacionales que él mismo ayudó a promover en colaboración con organismos como UNICEF, Save the Children, Médicos Sin Fronteras y AIDES en Francia.
Su perfil internacional, sumado a su capacidad de gestión y a su compromiso comunitario, otorgan a su labor un peso indiscutible. Su trabajo desde el activismo cultural y social, con iniciativas como el colectivo MiauColombia, ha tendido puentes entre el arte, la política y la lucha contra las desigualdades. No se trata solo de un nombramiento, se trata de un liderazgo que encarna la defensa de la dignidad, la diversidad y la equidad como ejes centrales de la democracia.
El debate sobre lo binario y las identidades de género diversas no puede ser manipulado con fines políticos ni reducido a caricaturas ideológicas. Colombia avanza hacia un reconocimiento real de que las personas, en toda su diversidad, tienen derecho a existir sin miedo y con plenas garantías. La política de igualdad que hoy lidera Florián Silva es un esfuerzo por reparar deudas históricas y construir un país donde la inclusión deje de ser un discurso y se convierta en un hecho tangible.
La lucha por la igualdad y la inclusión no puede detenerse frente a la intolerancia ni ante los prejuicios. Por eso, el respaldo de los colombianos al ministro Juan Carlos Florián Silva no es solo un gesto de confianza institucional, sino una afirmación de que Colombia no puede retroceder en el camino hacia la equidad. Defender su retorno al cargo es defender el derecho de todas las personas a vivir en un país más justo, plural y democrático.
carloscastaneda@prensamercosur.org
