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Bajo el cielo encendido de emoción, el balón comenzó a rodar en un partido que va mucho más allá de los 90 minutos. La Selección Sub-17 de Colombia se enfrentó en un amistoso vibrante contra Venezuela, y en medio de la multitud, una presencia llamó la atención: el Ministro de Trabajo, Antonio Sanguino, quien se unió a la celebración deportiva que simboliza unidad, paz y futuro.
«La juventud del Catatumbo nos recuerda que el deporte es vida, esperanza y paz. ¡Vamos Colombia!», expresó el ministro, con la mirada puesta en el talento emergente que representa a un país que sueña y late en cada jugada.
La cancha se convirtió en un escenario de ilusión donde cada pase y cada gol reflejan el espíritu de una región que, pese a los desafíos, apuesta por el deporte como motor de transformación social. Desde las tribunas, la energía era indescriptible: familias, niños y jóvenes que vieron en sus ídolos de la Sub-17 un espejo de lo que significa creer en un mañana mejor.
No fue solo un amistoso de fútbol; fue un mensaje de fuerza colectiva. Fue la reafirmación de que, con la juventud como protagonista y el balón como lenguaje universal, Colombia sigue marcando goles por la paz.
carloscastaneda@presnamercosur.org
