
El presidente Javier Milei irrumpió anoche en una cadena nacional para anunciar el proyecto de Presupuesto Nacional 2026, un documento que, según sus palabras, consolida el «rumbo escrito en piedra» de su gestión económica. En un discurso de aproximadamente 15 minutos transmitido desde la Casa Rosada, el mandatario defendió la continuidad de las políticas de ajuste fiscal, prometió aumentos en áreas clave como salud, educación y jubilaciones, y reiteró que «el equilibrio fiscal es innegociable». El anuncio llega en un contexto de tensiones económicas, con el dólar tocando el techo de la banda cambiaria y un riesgo país superior a los 1.200 puntos.
Milei, flanqueado por su equipo económico, comenzó su alocución reconociendo las dificultades vividas por los argentinos. «Los años más duros de afrontar fueron los primeros. Lo peor ya pasó», afirmó, en un guiño a la fatiga social acumulada tras casi dos años de gobierno. Sin embargo, el tono del discurso fue mayoritariamente optimista, centrado en la necesidad de abandonar el «autosabotaje económico constante de las últimas décadas» y el «pensamiento mágico» que, según él, ha hundido al país en ciclos de fracaso.

Las cinco claves del Presupuesto 2026
El proyecto, que será enviado al Congreso en las próximas horas, proyecta un crecimiento del PBI del 5%, una inflación anual del 10,1% y un tipo de cambio oficial de $1.423 para finales de 2026. Entre los anuncios principales, Milei destacó que el 85% del gasto total se destinará a «capital humano», priorizando educación, salud y pensiones. Específicamente:
- Aumentos reales en sectores vulnerables: Un incremento del 17% en salud, 8% en educación y 5% en jubilaciones y pensiones por discapacidad, todos por encima de la inflación proyectada. Además, se asignarán $4,8 billones a las universidades nacionales, un 13% nominal más que en 2025. «Si queremos que haya menos pobreza necesitamos más empleo. Si queremos más empleo, más empresas invirtiendo. Y para eso, tenemos que dejar de ver a los empresarios como enemigos públicos», enfatizó el presidente, vinculando estos aumentos a la creación de empleo privado.
- Equilibrio fiscal como pilar: Milei introdujo una «regla de estabilidad fiscal» que ajustaría automáticamente el gasto si los ingresos caen o los egresos superan las proyecciones, garantizando un superávit primario del 1,5% del PBI. «El orden fiscal y el equilibrio son la diferencia entre trabajar para un futuro mejor o vivir encerrados en un tormentoso y decadente presente», declaró.
- Presunción de inocencia fiscal: Se incorpora esta medida para proteger legalmente el uso de ahorros en dólares «bajo el colchón», elevando penas por evasión y reduciendo plazos de prescripción para reclamos fiscales.
- Deuda con provincias: Por primera vez, el presupuesto incluye un régimen para extinguir deudas recíprocas entre Nación y provincias. Ya 18 distritos han adherido, compensando cerca de $400 billones en obligaciones cruzadas.
- Condiciones macro para el crecimiento: El mandatario insistió en bajar las tasas de interés para atraer inversiones. «Para que mejoren las condiciones macro, ingresen capitales al país y las empresas prosperen, las tasas de interés deberán tender a la baja», explicó, atribuyendo el cierre de 13.000 unidades productivas en 2024 a las altas tasas actuales. Estas reducciones se lograrían no emitiendo dinero, sino reduciendo el riesgo país mediante el equilibrio fiscal y fomentando el ahorro.
Milei cerró su mensaje con un llamado a la unidad: «Si no terminamos el proceso de cambio que hemos emprendido, habremos tirado a la basura todo el esfuerzo que hemos hecho. Más allá del éxito de nuestra gestión, entendemos que muchos aún no lo perciban en su realidad material».
Reacciones divididas: aplausos y críticas
La presentación generó un torbellino de respuestas en redes y medios. En X (antes Twitter), usuarios y analistas destacaron tanto los anuncios positivos como las sombras. Medios afines al gobierno, como Medios Red, celebraron los fondos adicionales para jubilaciones y el superávit que financiará obras privadas bajo concesión. Sin embargo, las universidades fueron un foco de rechazo unánime. La UBA advirtió que el presupuesto «agravará la crisis universitaria», ya que los $4,8 billones están «muy lejos» de los $7,3 billones necesarios para operar normalmente, descontando incluso la inflación prevista hasta diciembre de 2026. El rector de la Universidad Nacional de La Pampa, Oscar Alpa, y el vicerrector de la UNPSJB, Walter Carrizo, coincidieron en que «el presidente consolida el ajuste», eliminando pilares como el 6% del PBI en educación o el 1% en ciencia e innovación.
Desde la oposición, voces como la de Jorge Rial en Radio 10 fueron lapidarias: «Milei está perdido y odia a la gente». Medios críticos, como Letra P, tildaron el proyecto de «ficción» por basarse en una inflación «fantasiosa» del 10,1%, ignorando presiones devaluatorias postelectorales que podrían disparar la contracción económica. Economistas independientes, citados en Chequeado, señalaron que, pese a los aumentos nominales, el gasto en educación ha caído un 30% real desde 2023.
Incluso en Tierra del Fuego, el intendente Martín Pérez alertó sobre la eliminación de aranceles a celulares importados, un golpe a la industria local. Mientras tanto, candidatos como Ezequiel Lipovetzky (Partido Federal) elogiaron las menciones a discapacitados y jubilados, pero lamentaron la falta de medidas inmediatas: «Me hubiera gustado que lo planteara para ahora».
¿Un presupuesto de consolidación o de más ajuste?
El Presupuesto 2026 marca el primer ejercicio completo bajo la fórmula Milei: superávit primario del 1,5% del PBI, por debajo del 2,2% acordado con el FMI, pero con énfasis en la sostenibilidad. Críticos argumentan que la «regla fiscal» podría derivar en nuevos recortes si la economía no repunta, perpetuando un «ciclo vicioso de ajuste, recesión y más ajuste». Para el oficialismo, en cambio, es la hoja de ruta para «reconstruir el país haciendo, de una vez por todas, las cosas bien».
El Congreso, con sus mayorías fragmentadas, será el árbitro final. Mientras tanto, el discurso de Milei deja una certeza: la batalla por el futuro económico de Argentina está lejos de concluir.
