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Caracas fue escenario de una jornada cargada de simbolismo y tensión geopolítica. Miles de simpatizantes del chavismo y empleados públicos se congregaron este sábado 23 de agosto en plazas y cuarteles de la capital venezolana para registrarse en la Milicia Nacional Bolivariana (MNB), un cuerpo de voluntarios creado en 2009 por Hugo Chávez e incorporado oficialmente a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) en 2020.
La convocatoria, impulsada directamente por el presidente Nicolás Maduro, fue presentada como una respuesta al reciente despliegue de buques de guerra estadounidenses en aguas cercanas al Caribe y al endurecimiento de las presiones políticas y judiciales desde Washington.
En la Plaza Bolívar de Caracas, a escasos metros del Palacio de Miraflores, largas filas de ciudadanos aguardaban para firmar su compromiso con la defensa nacional. Entre ellos estaba Jorge Navas, miembro del colectivo Resistencia y Rebelión, quien aseguró que el país enfrenta una “guerra cognitiva” que exige unidad: “Este es un pueblo que entendió que hay un enemigo en común. Aquí hay que alistarse y ponerse a la orden si llega un escenario bélico”, declaró a la agencia EFE.
Aidee Romero, jefa de una Unidad de Batalla Hugo Chávez (UBCH), sostuvo que la defensa del país va más allá de las diferencias políticas: “Pedimos a todo venezolano que ame su patria, no importa que no comparta nuestra ideología. No podemos permitir que mancillen a Venezuela. Ojalá que no sea con bala, pero la independencia toca defenderla”.
La alcaldesa de Caracas, Carmen Meléndez, acompañó la jornada junto a otras autoridades locales, mientras que en estados como Lara, Bolívar, Táchira, Trujillo, Sucre y La Guaira se registraron escenas similares transmitidas por la televisión estatal: hombres y mujeres, de distintas edades, formando filas para ingresar a la milicia.
El acto llega pocos días después de que Maduro pusiera en alerta a los 4,5 millones de milicianos ya activos en el país. La orden, emitida el pasado 18 de agosto, coincidió con el incremento de la recompensa que ofrece Estados Unidos por su captura, que ascendió a 50 millones de dólares, mientras que por Diosdado Cabello, figura clave del chavismo y ministro del Interior, la cifra se fijó en 25 millones.
En medio de la escalada de acusaciones y sanciones, Caracas buscó dar una señal de cohesión interna y de resistencia frente a la presión internacional. Las filas en la Plaza Bolívar y en las ciudades del interior dejaron una imagen inequívoca: el chavismo intenta mostrar que, en el terreno simbólico y en el militar, está dispuesto a desafiar a Washington.
