

Por CARLOS FAJARDO
Para Prensa Mercosur
Arde y llora Colombia, el terrorismo está desatado, ante la falta de propuestas y la retahíla de
agravios en contra del gobierno por parte de los candidatos de la ultraderecha, ésta quiere a toda
costa recuperar el gobierno para “salvarnos” de la única manera que saben: robando a manos llenas
el erario, practicando la corrupción de todas las formas posibles, cooptando los organismos
investigadores y, en general, a toda la justicia, matando chicos inocentes bien sea a través de
mecanismos espurios para aumentar las estadísticas de bajas en las filas de los “rebeldes” que
actúan como brazo armado de la junta mundial del narcotráfico, o deteniendo, torturando y
desapareciendo jóvenes que protestan contra el abandono del estado.
La idea no es generar un debate abierto de confrontación dialéctica, respetuosa, constructiva, de
diferentes posturas que buscan sacar al país de la violencia, la inequidad, el abandono y la
corrupción, sino generar una atmósfera viciada por el odio, el miedo, la desesperación, a punta de
atentados, violencia criminal contra inocentes para, como decía un locuaz dirigente de la
ultraderecha que al decir del reo 381770 “no cuidaba las comunicaciones”, que la gente vote
embrutecida por la ira.
La idea es culpar al gobierno Petro de todo. Ya lo decía el cínico criminal Laureano Gómez:
“Calumniad, calumniad que de la calumnia algo queda”. La idea es esconder o minimizar los éxitos
de este gobierno, los miles de toneladas de cocaína que nuestras fuerzas del orden han decomisado
y destruido, la mejoría de las condiciones laborales de nuestros soldados y policías, la gratuidad en
los cursos de Ascenso y la posibilidad de que soldados y policías aspiren a ser oficiales dentro de sus
instituciones.
La idea es ocultar as toda costa los éxitos en la gestión económica del gobierno del cambio, la
importante disminución de la inflación y el desempleo, el crecimiento de la economía, el aumento
de la inversión extranjera, las pingues ganancias de los empresarios, el efecto beneficioso de
medidas como el impuesto a los ultra-procesados, el colosal aumento de los cupos en las
universidades públicas y en las instituciones que brindan capacitación técnica y tecnológica.
La idea es denostar, engañar, manipular a esos que leen y creen a pie juntillas las mentiras que los
medios falderos difunden. No tienen propuestas, pero abundan las mentiras, las verdades a medias,
las distorsiones. Se presentan como “salvadores de la patria” esos mismos que la convirtieron en un
lodazal de sangre.
En esa línea se producen los atentados que han hecho de Cali, la heroica sultana del estallido social,
una víctima del odio desatado por los criminales que, enfadados por los continuos golpes que
nuestros valientes soldados y policías le han propinado al capturar miles de toneladas del venenoso
alcaloide, han decidido desde sus modernas suites en Dubái volver el país un infierno a ver si
consiguen que sus socios de muchos años recuperen el poder.
En esa misma línea se produce la inmolación criminal del joven vástago de la familia Turbay según
las noticias reveladas por la Fiscalía y la propia presidencia de La República
¿Permitiremos los colombianos que esos sofisticados criminales y sus reconocidos socios y
beneficiarios de sus infames actos nos dobleguen, nos manipulen y nos engañen para que puedan
reconvertir a nuestro país en el narcoestado inviable que ya era antes de 2022?
Confiamos en que los colombianos aprendimos la lección, que ya no creemos en los cantos de sirena
de los infames, reproducidos y difundidos por la prensa faldera, la misma a la que el profe Guillén
se refiere como la “prensa comepopis”, enemiga de la verdad, de la transparencia, la objetividad y,
por supuesto, de la democracia.
Desde el día en que un magistrado prevaricador no sólo desconoció jurisprudencia de la corte
constitucional en la que se establecía que no es posible acudir a la tutela para eludir las
consecuencias de un fallo cuando se utiliza la opción procesal de apelarlo, sino que se despachó en
contra de la Juez Heredia denostando de ella, ultrajándola con calificativos inapropiados e injustos
y dejó en libertad al criminal pirómano, el reo 381770, este no ha dejado desde entonces de hablar
pestes de la justicia, avivar el odio y la discordia azuzando a sus criminales huestes a actuar en contra
de los jueces que, a diferencia del prevaricador Rogeles, no son “Uribistas” o que aún siéndolo
actúan y fallan conforme a los que la majestad de la ley impone.
El enemigo incendiario anda suelto, los criminales andan en campaña, mucho dolor se avecina, pero
nada se compara con el dolor que sufriremos si ellos, los malos, los vendepatrias, los narcos, los
terroristas, logran ganar las elecciones en 2026
