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En un nuevo episodio que revela la tensión entre el Gobierno y los grandes gremios empresariales, Alfredo Saade, jefe de despacho de la Presidencia y considerado por muchos como el guardián de las ideas del progresismo en Colombia, lanzó un mensaje tajante: ningún miembro del Ejecutivo debería asistir al próximo Congreso de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI), programado del 13 al 15 de agosto en Cartagena. La razón es directa y sin rodeos: el presidente Gustavo Petro no fue invitado.
Saade, reconocido por su estilo frontal y calculador, ha sido para muchos el escudero más férreo de Petro frente a los embates de los medios hegemónicos y la oposición. “Si no invitan a la cabeza, nadie debe asistir. Así de sencillo”, sentenció, dejando en claro que la lealtad institucional y el respeto al liderazgo presidencial no son negociables.

El evento, que celebra su décima edición como Congreso Empresarial Colombiano y la 81ª Asamblea General de Afiliados, es considerado el escenario más importante de diálogo del sector privado en el país. Allí, tradicionalmente, se escuchan las posturas del Gobierno sobre la economía, el desarrollo y las políticas públicas. La ausencia del presidente, y en consecuencia de su gabinete, marcaría un precedente político de gran calado, especialmente en un contexto donde las tensiones entre el Ejecutivo y los sectores empresariales se sienten cada vez más visibles.
Para Saade, la exclusión del presidente no es un simple detalle protocolario: es un mensaje político. Y su respuesta, fiel a su trayectoria como voz combativa del progresismo, no deja espacio a ambigüedades. En medio de un clima nacional en el que las relaciones entre poder político y económico atraviesan un momento decisivo, el jefe de despacho reafirma su papel como uno de los defensores más consistentes y sin concesiones del proyecto que llevó a Petro a la Casa de Nariño.
