

Natalia Tinjacá, Directora Técnica de Seguridad de TRANSMILENIO S.A
Bogotá vuelve a plantarse firme ante quienes pretenden convertir la necesidad de transporte en un negocio clandestino. TransMilenio ha puesto en marcha un operativo sin precedentes para desarticular las redes que se aprovechan de los beneficios sociales destinados a los más vulnerables, revendiendo pasajes y burlando los controles del Sistema.
En lo que va de 2025, la Dirección Técnica de Seguridad de TransMilenio ha ejecutado 54 intervenciones en nueve localidades de la capital, abarcando 95 paraderos zonales y 175 estaciones troncales. Las cifras revelan un fenómeno persistente: bandas organizadas manipulan tarjetas con beneficios del Sisbén, para personas con discapacidad y adultos mayores, así como la franja de tiempo gratuita para transbordos. Lo que para muchos es un alivio económico, para otros se ha convertido en puerta de entrada para la estafa y el lucro ilegal.
“Estamos enfrentando una práctica que no solo engaña a miles de usuarios de buena fe, sino que golpea directamente la sostenibilidad financiera del Sistema”, afirma Natalia Tinjacá Mora, directora técnica de seguridad de la empresa. Con el Plan Estratégico Anti-Elusión, la entidad busca blindar cada estación, cerrar las grietas del control y, sobre todo, impedir que unos pocos lucren con un derecho colectivo.
El plan contempla desde diagnósticos detallados de la venta irregular hasta nuevas reglas para rastrear y anular tarjetas usadas de forma fraudulenta. Además, se refuerzan los protocolos para detectar patrones atípicos de uso y neutralizar el negocio negro que opera a plena luz del día.
TransMilenio recuerda a la ciudadanía que la legalidad ofrece alternativas suficientes: el TransMiPass, descuentos para población Sisbenizada, ventanas de transbordo de hasta dos horas y cinco minutos sin costo adicional, y tarifas especiales para biciusuarios. “Queremos que la gente sepa que usar el Sistema de forma correcta es más fácil y seguro que caer en manos de redes ilegales”, puntualiza Tinjacá Mora.
“Detrás de la reventa de pasajes se esconde el delito”, reza la consigna con la que TransMilenio convoca a la ciudad a cerrar filas contra esta práctica. Una batalla que, más allá de puertas y torniquetes, interpela a toda la ciudadanía: cada pasaje ilegal comprado fortalece una cadena que lucra con la necesidad y roba recursos que deberían servir para mejorar la movilidad de millones.
La apuesta es clara: devolverle al Sistema la confianza, la seguridad y los recursos que se le arrebatan día a día. Y demostrar que, en Bogotá, la ilegalidad no viaja gratis.
carloscastaneda@prensamercosur.org
