

Jefe de despacho de la presidencia de Colombia , Alfredo Saade
El pulso por el contrato de los pasaportes en Colombia subió de tono. Alfredo Saade, jefe de Despacho de la Presidencia, irrumpió con firmeza en medio de la tormenta y ordenó a la Unidad de Información y Análisis Financiero (UIAF) indagar a fondo a la unión temporal Documentos y Viajes 2025, a la que no dudó en calificar como una “empresa fantasma” que debe rendir cuentas sobre el manejo de los millonarios recursos públicos recibidos.
“Que le den la cara al país. No vamos a permitir maniobras oscuras con un derecho fundamental como es la libre circulación de los colombianos”, sentenció Saade, visiblemente indignado, mientras asumía la tarea que el propio presidente Gustavo Petro le delegó luego de desautorizar a la canciller Laura Sarabia.
La tensión se disparó cuando Sarabia anunció la prórroga del contrato con Thomas Greg & Sons -firma que desde hace años imprime los pasaportes- argumentando que la Imprenta Nacional aún no estaba lista para asumir el reto. La respuesta de Petro no se hizo esperar: calificó de “fraudulento” el proceso de licitación y cerró la puerta a cualquier extensión bajo la figura de urgencia manifiesta. En un giro sin precedentes, trasladó la responsabilidad directa a Saade, quien asumió sin titubeos la responsabilidad de garantizar que, a partir del 1 de septiembre, ningún colombiano quede sin pasaporte.
La contundencia de Saade no se queda en las palabras. Con un estilo directo y sin concesiones, ha dejado claro que no permitirá presiones ni juegos burocráticos que pongan en riesgo un derecho ciudadano. La hoja de ruta que lidera no es sencilla: deberá coordinar con la Imprenta Nacional, el Ministerio del Interior y, de ser necesario, sellar alianzas estratégicas internacionales. Ya se menciona un posible acuerdo con la Casa de la Moneda de Portugal para suplir libretas mientras la imprenta estatal se pone a punto. El canciller encargado, Luis Gilberto Murillo, aseguró que la transición tecnológica está definida y no habrá retrasos.
Pero en la práctica persisten los interrogantes: ¿está realmente preparada la infraestructura nacional para producir documentos de viaje con los estándares que exige el mundo? ¿Qué sucederá si la alternativa no llega a tiempo? Para Saade, la meta es clara: blindar la operación, cortar de raíz cualquier sombra de corrupción y demostrar que, bajo su liderazgo, la puerta giratoria de intereses privados no volverá a condicionar un derecho tan básico como el de moverse libremente por el planeta.
Este miércoles, desde la Casa de Nariño, Alfredo Saade anunciará el plan definitivo. Bajo la lupa estarán no solo los pasaportes, sino la transparencia de quienes, durante años, se beneficiaron de contratos opacos. El mensaje es claro: con Saade al mando, el Gobierno no dará un paso atrás en su decisión de limpiar la casa y garantizar que la confianza de los ciudadanos no vuelva a ser moneda de cambio.
carloscastaneda@prensamercosur.org
