
A lo largo de los siglos XVIII, XIX, y el XX, Reino Unido y Estados Unidos se entrometieron, colonizando diversos pueblos y tierras por doquier. Sus acciones dejaron marcas bien profundas, unas buenas, otras no tanto, en la historia, economía, y cultura de las naciones impactadas. Este artículo examina las maneras en que estas dos potencias ejercieron su poderío, los progresos y los reveses que vivieron los pueblos colonizados, además de las secuelas que siguen padeciendo hoy.

Formas de colonización e intervención
El Imperio Británico una expansión y dominio. El Imperio británico, por siglos, fue el más grande y fuerte del planeta. Empezó a expandirse allá por el siglo XVII, extendiéndose por América, África, Asia, Oceanía, y el Caribe. En bastantes ocasiones, la colonización británica implicó la instalación de sistemas políticos, legales, y económicos que favorecían a la metrópoli.
Por ejemplo, en las Trece Colonias de Norteamérica, los británicos establecieron, sistemas de autogobierno local, pero claro, bajo una economía mercantilista que favorecía a Gran Bretaña y limitaba el desarrollo autónomo de las colonias.
En otras regiones, por ejemplo la India y África, la colonización fue mucho más destructiva y terrible. En Bengala, la ocupación británica, vaya, supuso la destrucción de talleres artesanales, además la imposición de monocultivos, como el opio, resultando hambrunas masivas y, mira tú, un descenso dramático de la población. En Oceanía, la llegada de colonos británicos a Australia y Nueva Zelanda, ya, trajo consigo guerras, enfermedades y una reducción, increíble, de hasta el 70% de la población indígena en menos de un siglo.
Estados Unidos: expansión y hegemonía. Estados Unidos, tras independizarse de Gran Bretaña, adoptó, una política de expansión territorial conocida como «Destino Manifiesto», así es. Esto justificó la conquista y desplazamiento de pueblos indígenas, así como la anexión de territorios como Texas, California y Nuevo México, una cosa fea.
La integración de estos territorios en la Unión ocurrió mayormente sin una verdadera inclusión de la gente nativa, quienes fueron marginados y, lamentablemente, desplazados de forma sistemática.
En el siglo XX, la influencia estadounidense se extendió a América Latina, Asia y el Caribe, un ejemplo claro siendo la invasión de Panamá en 1989, resultando en destrucción extensa, desplazamiento y un trauma social y económico que todavía afecta. Ocurrieron cosas similares, con repercusiones profundas, en países como Filipinas, Vietnam o Irak, donde la presencia militar americana dejó una marca perdurable en sus estructuras sociopolíticas.
¿Progreso, o quizá, un paso atrás después de esta intervención?
El efecto de la colonización e intervención anglosajona fue ambiguo, variando significativamente según el contexto y área geográfica.
Avances Materiales y Estructurales.
Infraestructura y sistemas legales: Viniendo los británicos, fundamentalmente en asentamientos como Canadá, Australia o Nueva Zelanda, erigieron infraestructuras actuales, sistemas educativos y jurídicos que después de la autonomía propiciaron el florecimiento económico y la calma política.
Desarrollo económico en ciertas circunstancias: Algunos lugares colonizados, post-independencia, alcanzaron a transformarse en economías boyantes, aunque esto habitualmente se asocia a la afluencia masiva de colonos europeos y la exclusión, o la extinción de las poblaciones nativas.
Retrocesos y efectos adversos.
Destrucción de culturas y genocidio: En regiones como la India, África, Australia y América del Norte, la colonización conllevó la ruina de culturas ancestrales, genocidios, expulsiones obligadas y la imposición de valores y estructuras extrañas a las sociedades del lugar.
Explotación económica: Casi siempre, la economía colonial se concentró en la extracción de recursos para provecho de la metrópoli. Esto causó desigualdades extremas y colocó a varios países en una condición de subdesarrollo al conseguir la autonomía.
Violencia y represión: Resistencia a la colonización e intervención recibió respuestas con brutal violencia, represión y castigos, eh, colectivos. Panamá sufrió la invasión de Estados Unidos dejando miles de muertos, desplazados, y daños materiales jamás reparados del todo.
Caos postcolonial: El retiro británico, en lugares como Irak o Yemen, creó un vacío de poder; este fue llenado por dictaduras, conflictos internos, y un caos social absoluto. Igual pasa en muchas naciones africanas y asiáticas, donde las fronteras artificiales coloniales siguen siendo semillas de conflicto, aún hoy.
Consecuencias a largo plazo: Las repercusiones de la colonización y la intervención anglosajona han perdurado y, en varios casos, son dramáticas:
Desigualdad socioeconómica: Muchos países excolonizados aún lidian con pobreza extrema, desigualdad, y una dependencia económica respecto a las viejas metrópolis.
Conflictos y guerras civiles: Las fronteras caprichosas y la fragmentación social, hechas por los colonizadores, han provocado conflictos internos, guerras civiles, y crisis humanitarias.
Pérdida identitaria y trauma cultural: La imposición de idiomas, creencias religiosas, y sistemas educativos distintos ha desembocado en una pérdida cultural y el arrinconamiento de lenguas y costumbres ancestrales.
Dependencia política y económica: A menudo, la independencia oficial no ha implicado una autonomía real, con naciones excoloniales atadas a las potencias anglosajonas por lazos económicos, políticos y militares.
Reflexión final
El legado de la colonización y las intervenciones de Reino Unido y Estados Unidos es complicado y hasta contradictorio. Si bien es cierto que, en ciertos lugares, hubo progresos materiales y estructurales, la mayor parte de los pueblos afectados sufrieron severos retrasos sociales, culturales y humanos. La explotación, el racismo, la violencia, y la destrucción cultural han dejado huellas imborrables, y muchas desigualdades y disputas contemporáneas nacieron durante la era colonial y sus intervenciones subsiguientes.
Entender ese pasado es primordial para captar los desafíos que afrontan hoy muchos países y para encaminarse hacia una relación internacional más justa y equitativa.
