

Imagen Satena
En una decisión que trasciende lo operativo para convertirse en un gesto de integración nacional, SATENA, la aerolínea estatal de Colombia, anunció la apertura de una nueva ruta aérea hacia Tibú, uno de los municipios más emblemáticos del convulso y resiliente Catatumbo. A partir del 18 de junio, esta región históricamente marginada contará con vuelos regulares que la conectarán directamente con Medellín, Ocaña y Cúcuta. Serán tres frecuencias semanales -lunes, miércoles y viernes- que marcarán el inicio de una nueva etapa para una zona que durante décadas ha vivido entre el olvido institucional y las tensiones del conflicto armado.
La operación aérea será realizada con aeronaves Beechcraft 1900, aviones de corto alcance que pueden despegar y aterrizar en pistas no pavimentadas, una capacidad que los convierte en herramientas ideales para conectar regiones donde la infraestructura aeroportuaria aún es precaria. Más que una simple decisión logística, la llegada de SATENA a Tibú representa una apuesta estructural por la equidad territorial, la movilidad digna y el desarrollo incluyente.
“La llegada de SATENA a Tibú no solo representa una nueva ruta aérea, sino una oportunidad concreta para estrechar vínculos institucionales, sociales y económicos en una región clave del país. Este tipo de operaciones reflejan nuestro compromiso con una aviación que transforma realidades desde el territorio”, afirmó el Mayor General Óscar Zuluaga Castaño, presidente de la aerolínea. La declaración no es retórica: se trata de una política de Estado traducida en conectividad real.
El nuevo circuito permitirá a los pasajeros salir de Medellín a las 7:30 a. m., pasar por Ocaña y Cúcuta, y aterrizar en Tibú a las 10:00 a. m. En el mismo día, los viajeros podrán retornar por la misma ruta, cerrando un circuito eficiente que encadena zonas urbanas intermedias con uno de los enclaves más estratégicos del noreste colombiano. En términos logísticos, el itinerario fue diseñado para ser funcional no solo para quienes viven en Tibú, sino también para comerciantes, empresarios, funcionarios y organizaciones humanitarias que requieren presencia continua en el territorio.
Ubicado en el valle del río Catatumbo, Tibú es uno de los municipios más extensos y poblados de Norte de Santander. Tiene una población cercana a los 60.000 habitantes y ha sido históricamente una zona productiva en agricultura y petróleo. Pero a pesar de su potencial, ha sufrido un aislamiento crónico que ha limitado su acceso a servicios esenciales y ha frenado su integración al resto del país. La llegada de SATENA busca revertir esa tendencia, aportando no solo conectividad, sino una nueva narrativa para un municipio que merece más que titulares sobre violencia o ilegalidad.

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En el contexto de un país que se esfuerza por cerrar brechas históricas y territoriales, esta noticia adquiere una dimensión internacional. El Catatumbo ha sido durante décadas una región observada por organismos humanitarios, entidades multilaterales y gobiernos extranjeros como zona prioritaria para la paz. En ese sentido, una ruta aérea que garantiza conexión segura, regular y eficiente puede ser el catalizador de múltiples procesos: misiones humanitarias, desarrollo económico, acceso a educación superior, expansión del turismo comunitario, y hasta una mejor coordinación de esfuerzos por parte del Estado.
“En SATENA no solo volamos rutas, volamos compromisos con las comunidades que más lo necesitan”, insistió Zuluaga, al tiempo que recalcó que esta operación se enmarca en una visión amplia de justicia territorial. La frase cobra más sentido al mirar el mapa: mientras muchas aerolíneas comerciales concentran sus rutas en grandes centros urbanos, SATENA sigue abriendo cielo en las periferias, allí donde otros no llegan. No lo hace solo como empresa, sino como símbolo de la presencia institucional del Estado.
La apertura de esta ruta también coincide con esfuerzos más amplios del Gobierno colombiano por consolidar la paz y el desarrollo en las regiones más afectadas por el conflicto armado. Desde los Acuerdos de La Habana en 2016, el Catatumbo ha sido una zona prioritaria para programas de inversión social, sustitución de cultivos ilícitos y fortalecimiento de economías locales. Pero sin conectividad real, muchos de esos esfuerzos pierden fuerza. Ahora, con la presencia de SATENA, se abre una puerta literal y simbólica para que esa transformación empiece a volar.
Los tiquetes ya están disponibles en la página web www.satena.com y en los canales de venta autorizados. Pero más allá del acceso a una cabina, lo que hoy se abre es la posibilidad de una nueva etapa para el Catatumbo. Porque cuando una región puede volar, también puede soñar. Y cuando el Estado llega por aire, se siente más cerca de la gente que lo necesita.
El cielo de Tibú, surcado por aviones que antes no llegaban, será desde ahora también el cielo de la esperanza.
carloscastaneda@prensamercosur.org
