Alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán y la gerente de TransMilenio, Maria Fernanda Ortiz – Imagen TransMilenio
En un paso trascendental hacia el futuro del transporte público, Bogotá se convierte nuevamente en referente global de innovación, inclusión y sostenibilidad urbana. A partir del primer semestre de 2026, la capital colombiana incorporará 101 nuevos buses eléctricos a su sistema, entre ellos, 25 unidades articuladas-duales 100 % eléctricas, las primeras de su tipo en todo el planeta. Esta tecnología pionera no solo representa una evolución mecánica, sino una transformación profunda en la forma como las ciudades pueden responder a los retos del cambio climático, el crecimiento urbano y la equidad social.
El ambicioso proceso es liderado por TRANSMILENIO S.A., entidad pública encargada de gestionar y planear el Sistema Integrado de Transporte Público de Bogotá (SITP), que, junto a los concesionarios de la Fase III del sistema troncal y zonal, está ejecutando una renovación de flota obligatoria debido al cumplimiento de la vida útil de los vehículos vinculados desde el año 2012. Más que un simple recambio, esta actualización es una apuesta decidida por elevar el estándar del servicio, hacerlo más amable con el entorno y más justo para la ciudadanía.
La llegada de los 25 buses articulados-duales eléctricos, inéditos en Colombia y en el mundo, representa un salto tecnológico significativo. Estos vehículos son capaces de operar tanto en los carriles exclusivos del sistema troncal como en las vías mixtas donde circulan otros vehículos. Esta versatilidad permitirá una operación flexible que se adapte al avance progresivo de las nuevas troncales en construcción, como la Avenida Ciudad de Cali y la Avenida Carrera 68, que serán entregadas por tramos entre 2025 y 2027. Gracias a esta capacidad dual, los nuevos buses podrán comenzar a prestar servicio en zonas que aún no cuenten con infraestructura completamente exclusiva, facilitando el acceso a sectores periféricos y mejorando la cobertura del sistema sin necesidad de esperar la culminación total de las obras. Esta estrategia, además de operativa, es profundamente social: acerca el transporte a quienes más lo necesitan, con mayor rapidez y eficiencia.
,Los 101 buses eléctricos que llegarán —25 articulados-duales, 68 busetones y 8 padrones— se suman a los 1.486 vehículos eléctricos que ya ruedan por la ciudad, consolidando a Bogotá como la urbe con la mayor flota de transporte eléctrico de América Latina. Este esfuerzo sostenido permite reducir significativamente las emisiones de material particulado y gases de efecto invernadero, factores que afectan directamente la salud pública y la calidad de vida de los bogotanos. La movilidad eléctrica no solo combate el cambio climático; también representa un alivio concreto en los barrios con mayores índices de contaminación. Cada bus eléctrico reemplaza a una unidad contaminante que llevaba más de una década en operación. En conjunto, esta renovación reducirá miles de toneladas de CO₂ al año, al tiempo que disminuirá el ruido en las calles, especialmente en zonas residenciales.
Pero el compromiso de Bogotá no se detiene en lo ambiental. Los nuevos buses han sido diseñados para mejorar sustancialmente la experiencia del usuario, especialmente para aquellos que tradicionalmente han enfrentado barreras en el transporte público. La flota contará con espacios para sillas de ruedas, coches de bebé y personas que requieran ayudas vivas como perros guía. Además, dispondrá de sillas azules para personas mayores, embarazadas o con movilidad reducida, sillas especiales para personas de talla grande y sillas aguamarina pensadas para quienes realizan viajes de cuidado, es decir, aquellos que acompañan o asisten a personas con dependencia física. Esta nueva señalética no solo organiza el uso del espacio, sino que invita a la empatía ciudadana: entender que no todos los viajes son iguales, y que una ciudad verdaderamente moderna es aquella donde nadie se queda atrás por su condición física, edad, tamaño o necesidad de cuidado.
Los vehículos también estarán equipados con herramientas de última generación en materia de sistemas inteligentes de transporte, incluyendo cámaras de seguridad, sensores de peso, puertos USB para carga de dispositivos móviles y sistemas de monitoreo que optimizan la operación. Estas innovaciones no solo mejoran la eficiencia del sistema, sino que aumentan la seguridad y la comodidad a bordo.
Otro aspecto transformador del proceso de renovación es el compromiso con la equidad de género en la operación del sistema. En los contratos actualizados, conocidos como otrosíes, se estipula que al finalizar la concesión, al menos el 10 % de los conductores deberán ser mujeres, una cifra histórica en un sector que tradicionalmente ha sido dominado por hombres. Esto se traduce en la incorporación de más de 300 nuevas conductoras para la operación de los vehículos eléctricos, promoviendo así el acceso laboral femenino a empleos dignos, estables y bien remunerados.
El primero de estos otrosíes ya fue firmado con el concesionario ETIB, pero en los próximos días TRANSMILENIO S.A. suscribirá acuerdos similares con otros operadores de la Fase III como Consorcio Express, GMovil, Masivo Capital y, eventualmente, Suma y Este es Mi Bus. Esta serie de alianzas garantizará que el proceso de renovación de flota continúe con solidez, manteniendo los más altos estándares técnicos, ambientales y sociales. Como parte del proceso, los buses antiguos que han cumplido su vida útil serán retirados y chatarreados, cerrando su ciclo operativo de manera responsable y dando paso a una nueva generación de transporte más limpio, eficiente y humano.
Bogotá no solo mejora su sistema, lo transforma. Este nuevo capítulo en la historia de TransMilenio demuestra que una ciudad comprometida con el bienestar de su gente puede liderar con hechos concretos y tecnología de punta. Mientras otras urbes aún debaten sobre la transición energética, Bogotá ya la está implementando con visión, planificación y voluntad política.
La llegada de esta flota no es solo la incorporación de buses. Es una declaración de principios: que el transporte público debe ser un espacio de encuentro, de respeto, de sostenibilidad y de justicia social. Y que las ciudades del futuro no se construyen únicamente con concreto, sino con decisiones valientes que prioricen la vida y el bienestar colectivo.
carloscastaneda@prensamercosur.org