

LA SEMANA SANTA del año 2025 pasará a la historia como cualquier otra semana santa desde que la misma se generó hacia el siglo XVI por el primer Duque de Tarifa, Don Fabrique Enríquez de Ribera para conmemorar con manifestaciones culturales y públicas la pasión, muerte y resurrección del Mesías, al menos tal y como la conocemos en el sur de España. No es mi intención escarbar en el sentimiento religioso de cada cual, sino poner de relieve lo avanzado que nunca retrocedido por este tiempo de penitencia y reflexión.
Sería mentir comentar aquí que todo sigue igual, es obvio que hemos avanzado en unos campos más que en otros. En unas cuestiones en clave positiva, pero en otras, tal vez no tanto. Pero seamos optimistas, faltaría más. Sin ir más lejos en medicina se ha desarrollado desde el 2024 hasta esta semana santa, un fármaco que ha revolucionado la medicina en la lucha contra el VIH, me refiero al lenacapril. Este fármaco administrado por vía intramuscular, se ha mostrado muy importante y novedoso frente a esa infección retrovírica llegando a una eficacia muy cercana del 100% en la prevención de infecciones en poblaciones de alto riesgo o en prevenir conductas que también lo son.
No podemos olvidar el conocimiento del universo que, desde la semana santa pasada, seguimos enriqueciendo nuestra compresión del cosmos, gracias al potente telescopio James Webb, quien sigue proporcionando datos de suma importancia y cruciales de aquellas galaxias más lejanas a nuestro mundo.
También hemos avanzado en cuanto a la superación de la informática clásica, abriéndose un nuevo portal hacia otro tipo de computación basada en la una parte muy específica de la Física, la computación cuántica. En ese sentido podemos indicar que Europa ha presentado su primer súper ordenador a exaescala por nombre Júpiter. Dicho aparato es capaz de efectuar simulaciones en alta resolución de tipo climático, así como elaborar modelos médicos como gemelos digitales del corazón y cerebro. Pronto trataremos este tema más en profundidad.
Por dar un apunte sobre el sector primario, resaltar la aprobación de un pesticida basado en ARN (ácido ribonucleico), el cual ataca en especial a ciertos insectos sin dañar otras especies.
En el mundo de la medicina podemos indicar el uso de un decodificador cerebral. Desde la Universidad de Texas se ha desarrollado un dispositivo que, usando inteligencia artificial y resonancias magnéticas funcionales, puede interpretar la actividad cerebral en palabras y textos. Los mimos podemos decir en el mundo de la energía ya que se han dado pasos muy relevantes durante este año pasado para llegar al fin a la fusión nuclear.
Visto lo cual, basten estas tenues pinceladas en el lienzo del conocimiento para recalcar que no todo es Trump ni China. Ni Musk ni Putin. Hay conocimiento y ciencia más allá de dictadores o ignorantes, (o ambas cosas) que tiñen de esperanza al mundo. Visto lo cual, no podemos olvidar la cruz de la moneda de la humanidad, el crimen, el genocidio y la barbarie. De este modo, existen hoy en día 56 frentes bélicos abiertos en nuestro querido y bello planeta que afectan a un total de 92 países, siendo el número más alto jamás alcanzado desde la segunda guerra mundial. Estos conflictos afectan a la cuarta parte de la población mundial, o lo que es lo mismo a 2 mil millones de seres humanos como tú que me lees o yo mismo. Las zonas donde se concentran los enfrentamientos son:
África: Sudán del sur, Etiopía y Somalia entre otros.
Medio Oriente: Siria, Yemen y Palestina (no es el único genocidio, pero si el que tiene más publicidad).
Europa del Este: Ucrania.
Mientras ocurre todo esto en nuestro planeta que nuestro único problema no sea el color de la corbata que he de ponerme a juego con la camisa. DESPERTEMOS.
