

Imagen Cancillería de Colombia
El Gobierno de la República de Colombia ha expresado su rechazo categórico a las recientes declaraciones de Kristi Noem, secretaria de Seguridad de Estados Unidos, calificándolas como infundadas, irresponsables y carentes de rigor diplomático. A través de un comunicado emitido por el Ministerio de Relaciones Exteriores, el país dejó en claro que no aceptará señalamientos sin sustento dirigidos contra el presidente Gustavo Petro o contra la institucionalidad colombiana, menos aún cuando provienen de figuras públicas que han sido señaladas previamente por emitir afirmaciones engañosas o fácilmente refutables.
Colombia ha sido durante más de seis décadas una de las naciones más golpeadas por el narcotráfico y el crimen organizado. La violencia derivada de estas economías ilegales ha dejado una estela de víctimas, desplazamiento forzado, destrucción institucional y profundas heridas sociales que aún no cicatrizan del todo. Sin embargo, a lo largo de los últimos años —y con especial énfasis desde el inicio del actual mandato presidencial— el país ha adoptado un enfoque integral y firme para enfrentar estas amenazas, priorizando la inteligencia, la cooperación internacional y la desarticulación de estructuras criminales desde sus raíces financieras y logísticas.
Desde el inicio de su mandato, el presidente Gustavo Petro ha sostenido en múltiples escenarios, tanto nacionales como internacionales, su inquebrantable compromiso con la lucha contra el narcotráfico, las redes criminales transnacionales y las mafias que amenazan la seguridad hemisférica. Sus pronunciamientos han sido consistentes, respaldados por acciones concretas y sustentados en la convicción de que la paz sólo puede construirse desde la justicia social, la equidad territorial y el desmonte efectivo de los factores que alimentan la violencia.
Uno de los casos más emblemáticos de esta lucha ha sido la ofensiva contra el grupo criminal conocido como el Tren de Aragua, una organización de origen venezolano con conexiones en diversos países de América Latina. Desde 2022, las autoridades colombianas han capturado a 103 de sus miembros en territorio nacional, incluidos cuatro cabecillas detenidos en el transcurso de 2024. Estas acciones han impedido su consolidación en Bogotá, frustrado su expansión hacia el Eje Cafetero y el departamento de Santander, y debilitado su proyección hacia el resto de Suramérica, Centroamérica y sectores del crimen en Norteamérica.
El más reciente golpe a las organizaciones criminales ocurrió en las últimas horas, cuando fue abatido alias Chirimoya, identificado como el quinto cabecilla del Clan del Golfo y líder de la estructura Arístides Mesa Páez. Esta operación, realizada en el marco de una acción coordinada entre la Policía Nacional de Colombia y la Administración para el Control de Drogas de los Estados Unidos (DEA), demuestra que la colaboración entre ambas naciones sigue siendo sólida, estratégica y orientada a resultados concretos en materia de seguridad regional.
En ese contexto, resultan particularmente preocupantes las declaraciones de la secretaria Noem, que no sólo desconocen los avances de Colombia en la materia, sino que se construyen sobre afirmaciones no verificadas. El Gobierno colombiano consideró especialmente grave que se hayan emitido señalamientos contra el presidente Petro sin ninguna evidencia concreta, y recordó que la señora Noem ha sido protagonista de episodios anteriores en los que incurrió en afirmaciones altamente cuestionables. Tal fue el caso de su reciente libro, en el cual aseguró haberse reunido con el dictador norcoreano Kim Jong-un, una afirmación que fue descartada por expertos en relaciones internacionales como «dudosa», «improbable» y, en muchos casos, «falsa».

Ante este tipo de antecedentes, el Gobierno colombiano eleva su voz para advertir sobre los riesgos de que las relaciones diplomáticas entre aliados estratégicos como Colombia y Estados Unidos se vean entorpecidas por versiones sin sustento, motivaciones personales o intereses políticos internos que poco tienen que ver con la realidad regional. La verdad —señala el comunicado oficial— debe ser el punto de partida de toda cooperación seria. No se pueden construir relaciones sólidas ni duraderas sobre la base de falsedades o desinformación.
Colombia reiteró su voluntad de continuar trabajando de manera conjunta con Estados Unidos para hacer frente a los desafíos comunes del hemisferio: el combate frontal al narcotráfico, la gestión migratoria segura y ordenada, la defensa de los derechos humanos, la protección de los territorios amazónicos y el desmantelamiento de redes del crimen organizado que amenazan la estabilidad de varias naciones. Pero subrayó también que ese trabajo solo será posible si se da entre aliados que se reconozcan como iguales, con respeto mutuo, con transparencia y, sobre todo, con una voluntad compartida de construir sobre la verdad y no sobre la ficción.
El mensaje del Gobierno de Colombia es claro: no permitirá que su soberanía, su institucionalidad ni la integridad de sus autoridades sean puestas en duda por figuras públicas que, lejos de contribuir a la cooperación bilateral, optan por sembrar desinformación en medio de contextos sensibles. Colombia le apuesta al entendimiento, a la diplomacia firme y a un diálogo franco. Pero exige, como mínimo, el mismo nivel de seriedad de parte de sus interlocutores.
carloscastaneda@prensamercosur.org
