

Dios nos resucitó con Cristo y nos hizo sentar con él en los lugares celestiales con Cristo Jesús (Efesios 2:6, NVI).
Si tienes una conciencia sana, debería condenarte muchas veces al día. ¡Pero este versículo se refiere a un lugar de descanso celestial! ¿No es reconfortante saber que tienes un lugar de descanso celestial ahora mismo?
Aunque tengamos la conciencia de que deberíamos haberlo hecho mejor. Mira, aún no has hecho esto o aquello, al leer este versículo, Dios nos mira y nos ve como si ya hubiéramos llegado a casa.
Dios te ve como si ya estuvieras en casa. Te ve al final de la peregrinación. Te ve sentado allí, en los lugares celestiales, con su Hijo.
Así no solo te ve Dios, sino que también te trata así. Te trata como si ya hubieras llegado.
Así es como funciona. Aquí estoy, haciendo tonterías, fracasando, siendo insensato, malvado, pero quiero hacer lo correcto, así que miro a Jesús. Cuando lo hago, Dios dice: «Veo que miras a Jesús. Eso significa que te veo como si ya estuvieras en casa».
Si confías en Jesús, estás descansando en lugares celestiales ahora mismo. – Des Ford
Reflexión: El descanso que Jesús te ha prometido no es solo en el futuro reino celestial. Es descanso para aquí y ahora. ¿Lo estás experimentando?
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