

A pocos días de la asunción del nuevo gobierno en Uruguay, el futuro canciller Mario Lubetkin ha dejado claro que el Mercosur enfrenta un momento crucial en su historia. En una reciente entrevista, Lubetkin compartió su visión sobre el bloque regional y el esperado acuerdo con la Unión Europea, mostrando un firme optimismo sobre los pasos que se vienen y subrayando la importancia de mantener la unidad y la dinámica del Mercosur.
“Ni fracturarse ni paralizarse”. Estas palabras resumen la postura de Lubetkin respecto al Mercosur. Según el futuro canciller, el bloque regional debe encontrar el equilibrio entre avanzar en acuerdos internacionales y superar las diferencias internas. Para Lubetkin, la clave está en fortalecer la capacidad de posicionamiento exterior del Mercosur, consolidando lo que ya se ha construido y buscando nuevas oportunidades de integración.
“No podemos dejar que el Mercosur se fracture, pero tampoco podemos dejar que se paralice en función de no acuerdos locales”, afirmó. Esta visión resalta la importancia de mantener la cohesión entre los cuatro países miembros —Uruguay, Argentina, Brasil y Paraguay—, incluso en momentos de tensiones o desacuerdos. Para Lubetkin, una fractura del Mercosur significaría una pérdida para todos, mientras que avanzar unidos es la única vía hacia un futuro más prometedor.
El acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea, que tras 25 años de negociaciones alcanzó un punto de consenso en diciembre pasado, representa una oportunidad histórica para ambos bloques. Sin embargo, aún queda un paso fundamental: la ratificación por parte de los parlamentos y gobiernos de los países involucrados.
Lubetkin se mostró confiado en que este proceso llegará a buen puerto. “La mayoría de los países van a respaldar este acuerdo”, aseguró. Según explicó, tanto dentro del Mercosur como en Europa hay un reconocimiento generalizado de la importancia de este pacto comercial y político. En sus palabras, “del lado del Mercosur el panorama es claro: los países quieren este acuerdo”.
En cuanto a Europa, el futuro canciller expresó su convencimiento de que habrá apoyo suficiente tanto en el Parlamento Europeo como en las reuniones de presidentes y primeros ministros. Aunque reconoció que algunos países aún tienen cuestiones por resolver, destacó que las señales son positivas.

Uno de los puntos más sensibles en este proceso es Italia, un país cuya posición podría ser determinante para inclinar la balanza a favor o en contra del acuerdo. Lubetkin reveló que ha mantenido múltiples reuniones con representantes italianos y afirmó haber recibido mensajes claros: aunque existen aspectos por ajustar, al final Italia apoyará el pacto.
“Al final del día van a aprobar y apoyar este acuerdo”, aseguró, dejando entrever que los esfuerzos diplomáticos están encaminados hacia un desenlace favorable. Este tipo de declaraciones refuerzan la confianza en que los obstáculos restantes puedan ser superados mediante el diálogo y la negociación.
El acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea no solo tiene implicaciones económicas, sino también estratégicas y políticas. Representa una oportunidad para que ambos bloques amplíen sus mercados, fortalezcan sus relaciones y aborden desafíos globales de manera conjunta. Para Uruguay, en particular, este pacto podría significar una mayor apertura comercial y un rol más relevante en el escenario internacional.
La postura de Lubetkin refleja un compromiso con esta visión de integración y progreso. Su llamado a evitar fracturas internas y avanzar hacia acuerdos sólidos resuena como un mensaje claro para los demás miembros del Mercosur: la unidad es esencial para enfrentar los desafíos globales y aprovechar las oportunidades que se presentan.
En definitiva, el optimismo del futuro canciller uruguayo no solo es alentador, sino también necesario. En un mundo cada vez más interconectado, bloques regionales como el Mercosur tienen un papel crucial que desempeñar. Y si bien el camino hacia la ratificación del acuerdo con la Unión Europea aún tiene obstáculos por superar, las palabras de Lubetkin dejan en claro que hay razones para creer en un desenlace positivo.
El Mercosur no está destinado ni a fracturarse ni a paralizarse. Con liderazgo, visión estratégica y voluntad política, puede convertirse en un actor global más fuerte y relevante. Como dijo Lubetkin: “Si se fractura el Mercosur, perdemos los cuatro países”. Pero si se avanza juntos, las posibilidades son infinitas.
