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El presidente de Colombia, Gustavo Petro, revivió el tenso episodio diplomático que sostuvo con su homólogo estadounidense, Donald Trump, en el marco de las deportaciones masivas de colombianos y el consecuente incremento arancelario entre ambos países. En un discurso pronunciado en el evento ‘Juntos por la transformación del campo’, en Ubaté (Cundinamarca), el mandatario dejó en evidencia la fragilidad de las relaciones bilaterales y su determinación ante lo que calificó como una presión injustificada desde Washington.
«Cuando amenazó por lo de los aviones, dijo: ‘Voy a subir aranceles’. Pues yo dije: ‘Pues hágalo, porque nosotros también subimos aranceles y se acabó el cuento'», afirmó Petro, rememorando la crisis generada tras su decisión de impedir el ingreso de aviones con colombianos deportados, en respuesta a los tratos denigrantes que habrían sufrido en el proceso de repatriación.
El incidente escaló rápidamente, generando pánico en sectores económicos por el posible impacto en el comercio bilateral. Sin embargo, la tensión se diluyó luego de que ambas partes lograran un acuerdo diplomático que evitó mayores consecuencias.
El mandatario colombiano también lanzó una advertencia sobre el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, afirmando que Trump podría romperlo de manera abrupta. Petro criticó los efectos del acuerdo, asegurando que ha favorecido la producción agroindustrial estadounidense en detrimento de los campesinos colombianos.
«El maíz se descubrió en Colombia, no en Estados Unidos. Pudieron llegar sin impuestos, sin aranceles y prácticamente acabaron con todos los maiceros de Colombia, siendo el maíz un producto fundamental. Así ha sucedido con el huevo, con el pollo. Dentro de unos años se caen esos aranceles», alertó Petro.
El TLC, que entró en vigencia en 2012 bajo la administración de Juan Manuel Santos y Barack Obama, ha sido defendido por el Ministerio de Relaciones Exteriores como una herramienta para fortalecer la competitividad colombiana en el mercado estadounidense. No obstante, Petro sostiene que el tratado ha inclinado la balanza a favor de EE. UU., debilitando la economía campesina nacional.
La incertidumbre sobre el futuro de este acuerdo comercial, sumada a las tensiones diplomáticas recientes, deja abierta la pregunta sobre la estabilidad de las relaciones entre Colombia y Estados Unidos en un escenario global cada vez más volátil.
carloscastaneda@prensamercosur.org
