

Con muchos grafitis amaneció colombia, Bogotá no se salvó
Las ciudades colombianas amanecen con un enigma inscrito en sus muros. De Tunja a Bucaramanga, de Valledupar a Cúcuta, y en Bogotá, un mensaje en rojo vibrante perturba la cotidianidad de los transeúntes: ‘¿Quién carajo es Caicedo?’. La pregunta, tan intrigante como provocadora, ha despertado la curiosidad de muchos y la molestia de otros, generando un torbellino de especulaciones en redes sociales y en conversaciones callejeras.
Los grafitis han aparecido en fachadas de viviendas, locales comerciales y hasta en instituciones educativas emblemáticas, como el Colegio Nacional Loperena de Valledupar, Patrimonio Cultural de la Nación. Esta última intervención en particular desató la furia de la comunidad educativa y de su rector, Gonzalo Quiroz, quien no dudó en expresar su indignación a través de redes sociales, lamentando que «el vandalismo político atente contra el patrimonio y el esfuerzo por mantener limpio el colegio».
La incertidumbre sobre la autoría y el propósito detrás de estos grafitis ha dejado a las autoridades en alerta. ¿Es una campaña de expectativa? ¿Una protesta disfrazada de arte urbano? ¿Un mensaje cifrado dirigido a una audiencia específica? Las especulaciones más fuertes apuntan a que podría tratarse de una estrategia en favor de Carlos Caicedo, exgobernador del Magdalena y exalcalde de Santa Marta, quien ha sonado como posible candidato presidencial para las elecciones de 2026. Sin embargo, hasta el momento no ha habido un pronunciamiento oficial que confirme esta teoría.
En Cúcuta, la Policía Nacional logró capturar a dos personas en flagrancia cuando pintaban la enigmática frase en los muros de la ciudad. En Valledupar, el secretario de Seguridad y Convivencia Ciudadana, general (r) Pablo Bonilla Vásquez, ha informado que están investigando la procedencia del mensaje, ya que algunos comerciantes han expresado temor ante la posibilidad de que los grafitis sean una señal de amenazas o extorsión.

Muchos grafitis en Colombia , es un enigma
Pero el fenómeno no se limita a la preocupación de las autoridades. En redes sociales, la frase ‘¿Quién carajo es Caicedo?’ se ha convertido en un tema de debate, con usuarios compartiendo imágenes de los grafitis y planteando diversas hipótesis. Algunos han sugerido que se trata de una estrategia de marketing disruptivo, diseñada para sembrar intriga antes de una gran revelación. Otros creen que es una acción de protesta encubierta, una manifestación de descontento social expresada a través del anonimato de los muros urbanos.
Lo cierto es que este fenómeno ha trascendido lo meramente visual. La repetición del mensaje en múltiples ciudades, la elección de lugares estratégicos y la reacción que ha provocado entre la ciudadanía sugieren una planificación meticulosa. No es una pintada aislada ni un acto espontáneo de rebeldía juvenil. Es un mensaje con un propósito aún desconocido, que ha logrado lo que cualquier campaña publicitaria desearía: captar la atención de todos.
El interrogante sigue sin respuesta, pero su impacto ya es innegable. Mientras las investigaciones avanzan y se espera un pronunciamiento que esclarezca su verdadero significado, la pregunta persiste en las calles, en las mentes y en la incertidumbre colectiva. ¿Quién carajo es Caicedo? La respuesta, de existir, aún no ha sido revelada, y el país entero parece estar esperando conocerla.
carloscastaneda@prensamercosur.org
