
La amenaza de una guerra global se cierne sobre el mundo cada vez que una de las potencias se involucra en un conflicto bélico. Al respecto, Rusia contempla la posibilidad de una derrota devastadora y podría accionar “Mano Muerta”, un sistema que sólo se pondría en marcha ante la muerte de Vladimir Putin.
Una herencia soviética que mantiene Rusia
En el marco de la Guerra Fría y el temor ante una fatídica escalada, Estados Unidos y la Unión Soviética desarrollaron un arsenal mortal capaz de erradicar de forma total e irresoluble a su enemigo. Sin embargo, la posibilidad de un segundo ataque nuclear, una eventual represalia tras sufrir una ofensiva con armamento no convencional, fue una de las principales ambiciones del gobierno soviético.
La idea de una respuesta es una parte fundamental de las estrategias de disuasión que se utilizan hace décadas e incluso en la actualidad. En Moscú creían que tener el poder de contestar un ataque nuclear, lo desalentaría en primera instancia.

Para ello desarrollaron “Perimeter”, también conocido como “Mano Muerta”. Y, como su nombre lo indica, se trata de una medida que solo se accionaría ante la muerte total de sus líderes, no solo de su presidente. Para ser accionada, la línea sucesoria del Kremlin debería quedar neutralizada. Ante este escenario de anarquía, producto de un ataque de los submarinos estadounidenses, el comando nuclear del ejército rojo desataría el infierno nuclear.
Este sistema fue ideado en 1974 y entró en funcionamiento en 1985, con silos de lanzamiento de misiles en Vypolzovo y Kostroma, a 150 y 230 kilómetros al noroeste de Moscú respectivamente. En los últimos años de existencia, e incluso posteriormente a su caída, fue actualizado con las nuevas innovaciones balísticas de Rusia, la nación sucesora de la tecnología soviética.
¿Mano Muerta sigue funcionando?
El actual escenario que enfrenta a Rusia y Ucrania va rumbo a cumplir su tercer año en curso el 24 de febrero. La complejidad del enfrentamiento y la participación de actores ajenos al conflicto rememoran el temor de una escalada global.
En noviembre de 2018, Viktor Esin, exjefe del centro de gestión de misiles estratégicos y alto rango militar de Rusia, dijo que el sistema “Mano Muerta” es completamente funcional y capaz de llevar a cabo su propósito final.

Para enero de 2024, el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI) informó que el mundo poseía un total de 12.121 cabezas nucleares para esa fecha, de las cuales unas 9.585 se encontraban en arsenales militares para “su uso potencial”.
El SIPRI también especificó que Rusia desplegó unas 36 ojivas más en fuerzas operativas respecto al último relevamiento de 2023. En total, el Kremlin poseería alrededor de 5.580 ojivas nucleares, de las cuales 4.380 están desplegadas o almacenadas, y más de 500 plataformas de lanzamiento.
Pese a los tratados de no proliferación, Moscú refuerza aún más su estrategia de disuasión en medio del conflicto latente con Ucrania y sus aliados occidentales en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Si sucede una guerra total y el escenario es desfavorable, el Kremlin y Vladimir Putin cuentan como “Mano Muerta” como recurso final.
Nataniel Peirano
Fuente de esta noticia: https://defonline.com.ar/internacionales/mano-muerta-el-plan-de-rusia-por-si-vladimir-putin-muere/
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