Carlos Castañeda
Imagen @PrensaMercosur
En un acto cargado de simbolismo, la calle 45 de Bogotá, a pocos pasos de la Avenida Séptima y la Universidad Javeriana, se convirtió en el escenario de una manifestación artística que busca mantener viva la memoria de las víctimas de la violencia en Colombia. Un grupo de destacados artistas, entre ellos Yiya Yaya, Angelo Gil y Arcano, presentó el mural #LasCuchasTeníanRazón, una obra que trasciende lo estético para convertirse en un potente grito de resistencia frente a la injusticia y el olvido.
La creación del mural es un homenaje directo a las madres de la Escombrera, en la Comuna 13 de Medellín, quienes durante años han luchado para recuperar los restos de sus hijos desaparecidos en uno de los mayores escenarios de dolor en el país. Esta obra también se conecta con las historias de las madres de Soacha, quienes han enfrentado una lucha similar en su búsqueda de justicia para sus seres queridos, víctimas de los llamados “falsos positivos”.
Durante el evento, la señora Blanca, una madre que ha vivido en carne propia el flagelo de la desaparición forzada, compartió un testimonio que conmovió a todos los presentes. Su rostro, inmortalizado en el mural, representa el dolor de miles de mujeres que han perdido a sus hijos en medio del conflicto. A través de sus palabras, quedó en evidencia el impacto devastador que la violencia estatal ha tenido en las comunidades más vulnerables.
“El arte es político, y este mural es prueba de ello”, afirmó Angelo Gil, uno de los principales impulsores del proyecto. “Hoy nos unimos como artistas para plasmar en este muro lo que no puede ser silenciado: las historias de las víctimas y el sufrimiento de sus familias. No podíamos quedarnos callados cuando este problema afecta a todo el país”.
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La inauguración del mural estuvo marcada por un profundo sentido de solidaridad y compromiso. Para los artistas, esta obra no solo busca honrar la memoria de las víctimas, sino también generar conciencia y mantener viva una lucha que, en sus palabras, no ha terminado. “Las madres lloraron ayer, lloran hoy y lamentablemente llorarán mañana. Este mural es un recordatorio de que la injusticia sigue presente, pero también de que no estamos dispuestos a olvidarla”, señaló Yiya Yaya.
La idea de este mural en Bogotá no es nueva, sino una continuidad de las iniciativas que han surgido en otras ciudades del país, especialmente en Medellín. Allí, los artistas enfrentaron la censura cuando las autoridades locales ordenaron borrar murales similares. Sin embargo, lejos de desalentarse, los creadores ven en estos actos un incentivo para seguir adelante. “Si nos borran, volveremos con nuestros pinceles. El arte no puede ser callado, y mucho menos la verdad”, afirmó Angelo, con una determinación que resonó entre los presentes.
El mural #LasCuchasTeníanRazón no solo representa un acto de memoria, sino también una denuncia de las estructuras de poder que han perpetuado el silencio y la impunidad. Los artistas criticaron con firmeza a ciertos sectores políticos y mediáticos que han tratado de minimizar o desacreditar las historias de las víctimas. “Hablar desde el privilegio es fácil. Quienes nunca han tenido que enterrar a sus hijos no entienden este dolor. Pero el arte está aquí para recordárselos y para mostrar que no estamos dispuestos a ceder”, expresó Arcano.
La obra también se erige como una declaración contra la censura. Los artistas recordaron cómo, en Medellín, las autoridades locales borraron murales similares, una acción que ellos consideran un ataque directo a la memoria colectiva. Ante la posibilidad de que algo similar ocurra en Bogotá, los creadores fueron enfáticos: “Si el mural es borrado, lo pintaremos de nuevo. Esta lucha no se detiene porque intenten silenciarla”.
El impacto del mural va más allá de su ubicación física. Los artistas y activistas que participaron en su creación expresaron su deseo de llevar esta iniciativa a otras ciudades del país, como Cali y Barranquilla, y a las regiones más afectadas por el conflicto, donde las historias de las víctimas a menudo quedan relegadas al olvido. “No hay suficientes paredes en Colombia para pintar todo el dolor que hemos vivido, pero seguiremos intentándolo. Cada mural es una voz que se niega a ser silenciada”, comentó Yiya Yaya.
El evento también sirvió como un espacio para reflexionar sobre el papel del arte en contextos de conflicto. Los participantes coincidieron en que el arte no solo es una forma de expresión, sino también una herramienta de resistencia y transformación social. “Este mural no es solo para recordar a las víctimas, sino para exigir justicia y hacer visible el dolor que muchos quieren ocultar”, dijo Angelo Gil.
La jornada concluyó con un emotivo llamado a la acción. Los artistas destacaron la importancia de mantener viva la memoria y de seguir luchando por la verdad, incluso en medio de la adversidad. “Este mural es solo el comienzo. Sabemos que la violencia no ha terminado, pero tampoco lo ha hecho nuestra resistencia. Mientras haya pinceles, habrá memoria”, concluyó Arcano.
En un país donde la historia parece escrita con tinta de dolor, el mural #LasCuchasTeníanRazón es un recordatorio de que el arte tiene el poder de transformar el silencio en voz y la injusticia en lucha. Una lucha que, como las pinceladas de este mural, se niega a desvanecerse.
carloscastaneda@prensamercosur.org
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Redacción Central
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Juan Arturo Uzcategui Melendez
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