Koki Ruiz, el artista que exportó Tañarandy al mundo, será despedido hoy en La Barraca

Delfín Roque Ruiz Pérez, más conocido como Koki Ruiz, falleció ayer en San Ignacio, ciudad que lo vio nacer el 16 de agosto de 1957. En esta localidad del departamento de Misiones, que declaró tres días de duelo distrital, está siendo velado desde la mañana de ayer en el céntrico Teatro El Molino y hoy a las 16:00 recibirá el último adiós en la barraca de Tañarandy.

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La noticia de su fallecimiento, que fue dada a conocer a través de un comunicado firmado por su familia, conmocionó a todo el país. “Koki dedicó su vida al arte, la cultura, los valores que nos enriquecen como sociedad, dejando un legado que trasciende generaciones. Su creatividad, humildad, y amor por Paraguay han marcado el corazón de todos quienes tuvieron la dicha de conocerlo”, expresa la nota firmada por su esposa Norma Fretes, hijos y nietos.

El presidente de la República, Santiago Peña, lo recordó como un amigo y uno de los mejores artistas de nuestro país. “Nos consuela saber que queda su obra como legado y, por sobre todo, su ejemplo de no poner límites a lo que nos proponemos, que inspirará siempre a nuestra nación”, publicó a través de sus redes sociales.

La Secretaría Nacional de Cultura también expresó que Koki Ruiz “deja un legado imborrable en el arte y la cultura del Paraguay”. Destacó además que, en sus procesiones en Tañarandy, “el arte y la espiritualidad se unieron para transformar tradiciones vivas en símbolos de identidad nacional”.

Koki Ruiz fue un artista autodidacta. En su niñez comenzó experimentando con distintos materiales y utilizando sus dedos como pincel. Al terminar el colegio viajó a São Paulo, Brasil, para cursar la carrera de Arquitectura en la Universidad Presbiteriana Mackenzie, que abandonó al quinto año para abrazar su camino en las artes plásticas.

En 1977 obtuvo el primer premio Artista Joven en el Bosque de los Artistas y, dos años más tarde, el Primer Premio en dibujo en el Salón del Humor del Diario La Tribuna. Realizó su primera exposición individual en 1985, titulada “Los cosecheros de algodón” y, al año siguiente, participó de la prestigiosa feria ARCO de Madrid.

Sus obras fueron expuestas en espacios de Madrid, París, Londres, Nueva York, Buenos Aires y en la Exposición Universal de Dubái en el año 2021, donde presentó el mural “La recolección de los frutos”.

Pero su trabajo más emblemático tuvo lugar, desde el año 1992, cada Viernes Santo en Tañarandy. Esta gran “instalación artística con base en la religiosidad popular”, como él mismo expresaba en una entrevista; consiste en la procesión de la Virgen Dolorosa por el Yvága Rape, un camino iluminado con antorchas y candiles de apepu, musicalizado por el canto de los estacioneros.

El recorrido termina en La Barraca, donde fueron escenificados distintos cuadros vivientes y también fueron construidos imponentes retablos, los cuales fueron el punto de partida para las grandes obras que luego realizó para la visita del papa Francisco, en el año 2015; y la beatificación de Chiquitunga, en el 2018.

El año pasado fue condecorado con la Orden Nacional al Mérito en grado de “Gran Cruz” y también fue designado como embajador de la Marca País.