Taiwán recibe “cada vez más inversiones extranjeras” pese a las tensiones con China

“En la actualidad, no hemos visto ninguna preocupación de los inversores extranjeros. Con el desarrollo de la inteligencia artificial (IA), nos hemos convertido en una importante zona de suministro de tecnología y producto para la IA. Por esta razón, cada vez más inversores extranjeros quieren acercarse a nosotros”, apunta Chen, exvicepresidente del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (2021-2024) de Taiwán.

En su opinión, la preocupación ante una eventual invasión china de Taiwán, una isla gobernada de forma autónoma y considerada por Pekín como una “provincia rebelde”, no es más que una “perspectiva” desde la cual “la gente de fuera de Taiwán ve los problemas de Taiwán”.

“Sin embargo, nuestra sensación es que la inversión extranjera está aumentando. Cuando los inversores extranjeros vienen aquí, lo que ven realmente es la competitividad que tenemos”, constata el director general del Parque Científico de Hsinchu, hogar de 198 empresas de semiconductores, entre ellas TSMC -líder global en la fabricación de chips- y UMC -cuarto mayor fundidor del mundo-.

Durante los últimos meses, Taiwán se ha visto fuertemente beneficiada por el ‘boom’ de la inteligencia artificial, gracias a la estrecha relación existente entre las compañías isleñas y líderes del sector como Nvidia y AMD, cuyos máximos responsables son taiwaneses.

Con todo, las fricciones políticas y comerciales entre Estados Unidos y China han tenido efectos colaterales en las firmas taiwanesas, especialmente en las tecnológicas, muchas de las cuales han optado por “retirar” sus fábricas y disminuir sus inversiones en el gigante asiático, reconoce Chen.

“Las compañías (taiwanesas) de alta tecnología probablemente se hayan alejado de China por la guerra comercial con Estados Unidos. Debido a la competencia de costos, es posible que se trasladen al sudeste asiático o regresen a Taiwán”, advierte el directivo, agregando que el Parque Científico de Hsinchu ya está “saturado” de empresas.

“El segundo punto es que a las empresas taiwanesas que ya habían abierto fábricas en Taiwán han visto recortadas sus ventas en China después de la guerra comercial. Afortunadamente, el auge de la inteligencia artificial ha permitido a estas empresas lograr buenos resultados, disminuyendo su dependencia del mercado chino”, sostiene.

Las estadísticas oficiales apoyan la tesis de Chen: las inversiones taiwanesas en China fueron de apenas 3.036 millones de dólares en 2023, la cifra más baja desde 2001, y las exportaciones isleñas al gigante asiático -sin contar Hong Kong- ascendieron a 88.579 millones de dólares entre enero y noviembre, situándose como segundo socio comercial de Taiwán por detrás de Estados Unidos (101.529 millones de dólares en el mismo período).

Incertidumbre con Donald Trump

Esa buena relación entre Taiwán y EE.UU. podría sufrir vaivenes en los próximos meses: durante su última campaña electoral, el presidente electo, Donald Trump, vertió múltiples críticas contra Taiwán, asegurando que la isla “robó” la industria de semiconductores de EE.UU. y debería pagar a Washington por su defensa.

En este contexto, Chen subraya “a título puramente personal” que este tipo de declaraciones constituyen un “factor de incertidumbre” para las firmas taiwanesas, que permanecen expectantes ante las decisiones que tomará Trump una vez asuma el cargo el próximo 20 de enero.

“(Trump) todavía no ha tomado medidas específicas, por lo que nuestras compañías seguirán prestando mucha atención y respondiendo con cautela. El Gobierno también ayudará a los fabricantes a minimizar este riesgo”, sentencia.