George White resultó herido de gravedad. Pero cuando los cirujanos de su hospital de Atlanta descubrieron que tenía ascendencia negra, lo echaron a mitad del examen, enviándolo al otro lado de la calle a un hospital negro a pesar de la lluvia torrencial. Murió en el hospital abarrotado y con fondos insuficientes días después. Corría el año 1931 y, al igual que cientos de miles de personas negras en el sur segregado, White fue víctima de las leyes de segregación de Jim Crow.
Entre las décadas de 1870 y 1960, las leyes de Jim Crow mantuvieron una jerarquía racial perversa en los estados del sur, eludiendo las protecciones que se habían implementado después del final de la Guerra Civil, como la 15ª Enmienda, que otorgó a los hombres negros el derecho al voto hace más de 150 años. Las leyes discriminatorias negaban a las personas negras sus derechos, las sometían a la humillación pública y perpetuaban su marginación económica y educativa. Cualquiera que desafiara el orden social se enfrentaba a la burla, el acoso y el asesinato.
El término tiene su origen en la década de 1820, cuando el comediante blanco Thomas Rice creó el personaje “Jim Crow”. El personaje estereotipado se convirtió en una figura común en los espectáculos de minstrel y en un apodo ampliamente utilizado para las personas negras.
La emancipación fallida en el Sur de Estados Unidos
Después de que terminó la Guerra Civil, la 13ª Enmienda abolió formalmente la esclavitud en los Estados Unidos. Pero los ciudadanos blancos de la antigua Confederación se resistieron a la emancipación y actuaron rápidamente para negar a los negros sus nuevas libertades. Usando las antiguas leyes de esclavos como modelo, promulgaron “códigos negros” que negaban a los negros todo, desde la propiedad hasta la libertad de movimiento y la propiedad de negocios. El historiador Daniel A. Novak describe los códigos como “destinados a producir… una aproximación cercana a la ahora prohibida relación amo-esclavo”.
En respuesta a la indignación del norte por estos códigos, el Congreso aprobó enmiendas constitucionales, ahora conocidas como las Enmiendas de Reconstrucción, diseñadas para garantizar la libertad y los derechos civiles de las personas anteriormente esclavizadas. La 14ª Enmienda garantizaba la ciudadanía y la igualdad de protección ante la ley, y la 15ª Enmienda prohibía negar el derecho al voto por motivos de “raza, color o condición previa de servidumbre”.
Los estados del sur tuvieron que ratificar las enmiendas para ser readmitidos en la Unión. Pero aunque los estados cumplieron a regañadientes con la ley federal, deshicieron la menor cantidad posible de códigos negros. Mientras tanto, grupos como el Ku Klux Klan intimidaron y mataron a personas negras que desafiaban las leyes de conducta ahora no escritas.
En 1877, el nuevo presidente Rutherford B. Hayes cumplió su promesa de poner fin a la intervención federal en el Sur. Rápidamente, los estados del sur revirtieron las leyes de la era de la Reconstrucción y establecieron nuevas leyes de segregación en su lugar. Después de que la Corte Suprema dictaminó que las instalaciones “separadas pero iguales” eran legales en el caso Plessy v. Ferguson en 1896, se abrieron las compuertas. Los estados sureños implementaron cientos de leyes que exigían un trato diferente para los ciudadanos negros y blancos.
Aunque las leyes garantizaban hipotéticamente la igualdad a los negros, la realidad era todo lo contrario. Las instalaciones separadas que se obligaban a usar a los negros eran inferiores y estaban en mal estado. La interacción social entre blancos y negros estaba prácticamente prohibida. Y a pesar de las garantías de la 15ª Enmienda, las Jim Crow mantuvieron a los negros sin capacidad de voto con impuestos, pruebas de alfabetización y primarias solo para blancos.
Sostenidas por la aplicación discriminatoria de la ley y los linchamientos, las leyes llegaron a dominar todas las facetas de la vida sureña, creando lo que el historiador Douglas A. Blackmon ha llamado “esclavitud con otro nombre”. Solo con el caso Brown v. Board of Education en 1954 se declararía inconstitucional la doctrina de “separados pero iguales”. Una década más tarde, la Ley de Derechos Civiles de 1964 y la Ley de Derechos Electorales de 1965 eliminaron las leyes abiertamente Jim Crow para siempre. Pero aunque las leyes han desaparecido, sus efectos aún repercuten, y las prácticas actuales de prejuicios raciales en la aplicación de la ley y otros ámbitos sociales resuenan con ecos de las Jim Crow.
National Geographic
Fuente de esta noticia: https://www.nationalgeographic.es/historia/leyes-jim-crow-explicacion-origen-segregacion-racial-estados-unidos
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