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Vie. Nov 22nd, 2024
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Don Ambrosio fue desaparecido el 13 de abril de 2002 en el muelle de las embarcaciones de Puerto Rico, en el Meta, un territorio que por su ubicación estratégica ha sido epicentro de disputas territoriales por el conflicto armado en Colombia. Imagen: Comunicaciones UBPD

A la luz del día, en un rincón de su hogar en Puerto Rico, Meta, doña Nidia pedalea incansablemente su vieja máquina de coser. Sus manos, endurecidas por años de trabajo, guían la tela mientras su mirada se pierde en recuerdos distantes. Entre puntadas, su historia de amor y esperanza se entrelaza con el relato de una búsqueda que nunca abandonó. La aguja atraviesa la tela en un ritmo constante, como si cada puntada fuera un intento por coser los hilos rotos de su vida, aquellos que se desgarraron abruptamente hace más de dos décadas, el día en que don Ambrosio, su pareja de entonces, desapareció.

Corría el 13 de abril de 2002, y Ambrosio se encontraba en el muelle de Puerto Rico, un municipio del Meta donde las aguas y los caminos de la selva convergen. Hombre trabajador y oriundo del Vaupés, Ambrosio había forjado una vida en aquella región, adaptándose a un entorno tan vasto como incierto. En aquellos tiempos, Puerto Rico, con su ubicación estratégica entre la selva y el Llano, era una zona cargada de tensiones. Los conflictos entre distintos grupos armados hacían que cada rincón estuviera marcado por el miedo y la estigmatización, y fue en medio de esta atmósfera que Ambrosio desapareció. Desde entonces, solo quedaban sus recuerdos y la esperanza persistente de doña Nidia.

Pero el destino, que tantas veces pareció cerrar puertas, también puede abrir ventanas, a veces de formas inesperadas. En 2022, cuando Nidia ya había transitado dos décadas de incertidumbre y búsqueda, se enteró de la misión de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD). La UBPD estaba realizando una acción humanitaria en el marco del Plan Regional de Búsqueda del Sur del Meta. A pesar del escepticismo inicial y de los años de desilusión acumulada, Nidia decidió acudir a la reunión informativa. “Yo exploté de felicidad, alegría y gozo al saber que existe una entidad que le quita a uno de encima el peso de la desaparición”, dice con una mezcla de alivio y gratitud, describiendo aquella primera vez en que conoció la misión de la UBPD.

Esta Unidad, creada para dar respuestas a las familias afectadas por el conflicto armado en Colombia, ofrece a cada persona una esperanza: la posibilidad de reencontrarse con sus seres queridos o, al menos, de encontrar paz a través de la verdad. Con base en la recopilación y el cruce de datos de múltiples fuentes, la UBPD busca establecer la situación actual de las personas desaparecidas, incluso después de largos periodos de silencio y distancia.

El caso de don Ambrosio es un ejemplo de los esfuerzos de la Unidad. Los procedimientos de la UBPD se enfocan en el restablecimiento de contacto de personas que han sido encontradas con vida, en aquellos casos donde la información apunta a su posible ubicación. Estos resultados no solo ofrecen consuelo a las familias, sino que también constituyen un proceso extrajudicial y humanitario que dignifica la memoria y presencia de quienes han sido víctimas del conflicto. Tras largas investigaciones y múltiples verificaciones, la UBPD logró localizar a Ambrosio, quien se encontraba en el Vaupés. La noticia le llegó a doña Nidia como una ráfaga de esperanza, rompiendo el silencio de años en los que se había visto forzada a lidiar con la incertidumbre.

Foto: Comunicaciones UBPD

Con el apoyo de la UBPD, se organizó una videollamada entre ambos. La tecnología, que tantas veces parece crear distancias, en esta ocasión unió esos 380 kilómetros que los separaban. Cuando la imagen de Ambrosio apareció en la pantalla, Nidia sintió que el tiempo retrocedía, como si las dos décadas de distancia se disolvieran. Su corazón, marcado por la espera y el dolor, experimentó una mezcla de alegría y alivio que solo conocen quienes han pasado por una búsqueda interminable.

La UBPD ha logrado llevar a cabo varios reencuentros en los últimos meses en el sur del Meta, Guaviare y Vaupés. Este caso de Nidia y Ambrosio representa el segundo reencuentro de personas vivas en menos de cinco meses y reafirma el compromiso de la UBPD con la búsqueda de más de 4,800 personas desaparecidas en esta región. Este reencuentro, aunque particular, simboliza un esfuerzo mayor por sanar las heridas del conflicto en zonas rurales y apartadas de Colombia, donde el impacto de la violencia ha dejado marcas profundas en la vida de familias y comunidades enteras.

La coordinadora territorial de la Unidad de Búsqueda, Diana Ladino, subraya la importancia de estos esfuerzos para las regiones más afectadas. “Este es un hecho que no solamente está contribuyendo a la paz de nuestro país, sino que, además, llena de esperanza a todas las familias que buscan a sus seres queridos desaparecidos”, explica, enfatizando que la UBPD trabaja con el convencimiento de que cada vida reencontrada representa un triunfo contra el olvido y una victoria para la paz. En su misión no solo está dar respuestas, sino también ofrecer un acompañamiento a las familias que, en muchos casos, llevan años aguardando noticias.

Para Nidia, este reencuentro representa un cambio profundo. Con manos firmes, termina la última costura del día y levanta la vista, con la certeza de que los hilos de su historia ahora son otros, tejidos con la esperanza renovada de un futuro más luminoso. “La Unidad de Búsqueda sí cumple, sí encuentra y también da respuestas a personas buscadoras sobre lo que sucedió con ese ser querido”, declara, con la voz llena de convicción y agradecimiento. Sus palabras reflejan la emoción de haber encontrado, después de tanto, una respuesta que parecía imposible.

Por último, la UBPD hace un llamado a todas aquellas personas que tengan familiares o amigos desaparecidos antes del 1 de diciembre de 2016, como resultado del conflicto armado, para que se acerquen a la sede en San José del Guaviare, ubicada en la calle 7 A # 24 – 155, barrio 20 de Julio, o se comuniquen a través del número 3162807760. Con cada llamada y cada visita, se abre una nueva posibilidad de reconstruir historias interrumpidas, una esperanza de que el hilo invisible que une a las familias pueda volver a tomar forma, en un país que sigue sanando las heridas de su pasado.

carloscastaneda@prensamercosur.org


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