Imagen Cortesía – General (R) Jorge Luis Vargas Valencia
La reciente denuncia del presidente Gustavo Petro ha vuelto a encender las alarmas sobre la posible adquisición del software de cibervigilancia “Pegasus” por parte de la Policía Nacional de Colombia. Según lo señalado por Petro, la compra de este controvertido sistema, conocido por ser utilizado en operaciones de espionaje en varios países, podría haber ocurrido entre junio y septiembre de 2021. El general en retiro Jorge Luis Vargas Valencia, quien dirigía la institución en ese entonces, estaría directamente implicado en la operación, realizada con la firma israelí NSO Group, fabricante del polémico software.
Lo inquietante de esta afirmación es que, de acuerdo con fuentes del Ministerio de Defensa, no existe ningún registro oficial de dicha transacción. La adquisición de Pegasus parece haber sido una “operación fantasma”, completamente fuera del control institucional. “Esa debió ser una operación secreta del exdirector general de la Policía Nacional de Colombia, Jorge Luis Vargas Valencia”, comentó a El Espectador (Diario local de Colombia ) una fuente interna del Ministerio de Defensa, que prefirió mantenerse en el anonimato por temor a represalias. Esta persona aseguró que el Ministerio ha indagado en todas sus dependencias, pero no ha encontrado rastro alguno del software.
La revelación, publicada originalmente por el medio israelí Haaretz en marzo de este año, sacó a la luz detalles sobre la presunta compra de Pegasus por parte de Colombia, un hecho que ha sido negado repetidamente por las autoridades colombianas. Sin embargo, la falta de claridad y el secretismo que rodea el tema han alimentado sospechas de una posible operación encubierta, llevada a cabo sin las autorizaciones correspondientes.
Pegasus es un software altamente sofisticado, capaz de infiltrarse en dispositivos móviles sin dejar rastro, permitiendo acceder a mensajes, llamadas, correos electrónicos y, en algunos casos, activar el micrófono y la cámara del dispositivo objetivo. Su uso ha sido ampliamente cuestionado a nivel internacional por violar los derechos humanos, especialmente en casos de espionaje a periodistas, activistas y políticos de oposición.
El misterio alrededor de la adquisición de este software en Colombia plantea preguntas inquietantes: ¿fue utilizado para espiar a figuras públicas? ¿Qué propósito tenía la supuesta operación? Y, más importante aún, ¿quién dio la orden de comprarlo? La falta de documentos y la negación constante por parte de las autoridades sugieren que, de haberse realizado, la compra de Pegasus podría haberse llevado a cabo en un marco de total clandestinidad.
La polémica también toca fibras sensibles en el contexto colombiano, donde la vigilancia ilegal ha sido un tema recurrente en los últimos años. En su intervención, el presidente Petro destacó la gravedad de este tipo de operaciones no reguladas, señalando que las instituciones no pueden operar en la sombra, menos cuando se trata de tecnología que puede vulnerar los derechos fundamentales de los ciudadanos.
A pesar de los esfuerzos del Ministerio de Defensa por esclarecer el asunto, las preguntas persisten. La posibilidad de que Pegasus haya sido adquirido y utilizado en el país bajo el liderazgo del general (r) Vargas arroja una sombra sobre su mandato, y revive los fantasmas de anteriores escándalos de espionaje en Colombia.
El general (r) Vargas, por su parte, no ha emitido declaraciones al respecto, y se espera que en los próximos días la Fiscalía o la Procuraduría General de la Nación tomen cartas en el asunto, si es que se confirma la existencia de esta operación secreta. Mientras tanto, las sospechas siguen creciendo y el país se enfrenta a la inquietante posibilidad de que Pegasus, un arma cibernética tan poderosa como peligrosa, haya sido utilizada sin control alguno.
¿Estamos ante un nuevo capítulo en la historia de las operaciones clandestinas en Colombia? Las próximas semanas serán decisivas para conocer la verdad detrás de este misterioso episodio.
carloscastaneda@prensamercosur.org
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