Imagen Cortesía Revista Raya
Una investigación exclusiva de Señal Investigativa ha revelado detalles inéditos sobre los vuelos y pilotos involucrados en la operación secreta para adquirir el software espía Pegasus en Colombia, durante el gobierno de Iván Duque. Las evidencias incluyen las matrículas y fotos de las aeronaves que transportaron los fondos utilizados para la compra del controvertido sistema de vigilancia. Además, los nombres de los pilotos de los vuelos que aterrizaron en Bogotá en junio y septiembre de 2021, conectan a la Fuerza Aérea de Israel y a compañías de ciberseguridad.
El 4 de septiembre de 2024, en una sorpresiva alocución, el presidente Gustavo Petro confirmó las fechas clave del escándalo, detallando que la primera transacción tuvo lugar el 27 de junio de 2021, mientras que la segunda se realizó el 22 de septiembre del mismo año. Según Petro, ambos pagos fueron realizados en efectivo, lo que no solo involucra a la Dirección de Inteligencia Policial (Dipol), sino que también apunta a una operación de lavado de activos internacional que ahora está bajo investigación.
El primer vuelo, que tuvo lugar el 25 de junio de 2021, fue realizado por un avión bombardero de matrícula M-AGGB Challenger, diseñado por Bombardier en 1986. Esta aeronave despegó de Tel Aviv, hizo paradas en las Islas Canarias y en Isla Margarita, Venezuela, antes de aterrizar en Bogotá a las 8:30 de la noche. Durante 21 horas, el avión permaneció en tierra en la capital colombiana, donde según registros financieros, se habrían entregado 5.5 millones de dólares. Este monto fue depositado tres días después en el Banco Hapoalim de Israel, a nombre de NSO Group, la empresa detrás de Pegasus.
Amir Sade, el piloto israelí que dirigió la operación, es un veterano con experiencia en empresas de ciberseguridad y tecnología militar. Su historial laboral incluye trabajos para Elbit Systems, una compañía israelí de defensa que también estuvo presente en Bogotá durante Expodefensa en diciembre de 2021. Sade fue clave en la ejecución de esta misión, que culminó con el retorno del avión a Tel Aviv después de una escala en Santo Domingo.
La segunda operación, ejecutada el 18 de septiembre de 2021, involucró un jet privado de matrícula T7CPX, utilizado en ocasiones por el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu. Esta aeronave también partió de Tel Aviv, haciendo escala en Santo Domingo antes de aterrizar en Bogotá. A bordo viajaban ocho ciudadanos israelíes, incluido Yaniv Hait, un piloto con más de una década de experiencia en la Fuerza Aérea de Israel. Tras recoger otros 5.5 millones de dólares, la aeronave regresó a Israel el 19 de septiembre.
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Ambos vuelos fueron parte de una operación secreta que ha levantado serias dudas sobre el manejo de fondos incautados al narcotráfico en Colombia, que fueron utilizados para financiar la compra de Pegasus. Según Señal Investigativa, el banco israelí Hapoalim emitió una alerta sospechosa cuando el dinero fue depositado, lo que generó una investigación internacional por presunto lavado de activos.
El papel del general Yair Kulas, director de exportaciones de la industria de defensa israelí, fue fundamental para destrabar la transacción, permitiendo que NSO Group recibiera los pagos a pesar de las alarmas generadas por el banco. Kulas, junto a altos funcionarios del gobierno colombiano, incluidos el ministro de Defensa, Diego Molano, y el general Eduardo Zapateiro, facilitó la compra de Pegasus en un acuerdo que comprometió más de 13 millones de dólares en total.
Esta operación no solo involucró al software espía, sino que además fortaleció las relaciones bilaterales entre Colombia e Israel en materia de ciberseguridad. La visita oficial de Iván Duque a Israel en noviembre de 2021, donde se sellaron más acuerdos sobre tecnología militar, fue el colofón de esta relación, con la adquisición del sistema de monitoreo Elbit System Land and C4i Tadirán para la frontera nororiental con Venezuela.
Sin embargo, lo más preocupante de esta historia es que la operación secreta de compra de Pegasus se realizó con dinero en efectivo, sin dejar rastro en Colombia. Según la Dirección Nacional de Inteligencia (DNI), NSO Group no reportó la salida de los fondos del país, lo que confirma, según el director de la DNI, Jorge Lemus, que se trató de un caso de lavado de activos.
El escándalo de Pegasus continúa desarrollándose, y con cada nueva revelación, se hace más evidente la magnitud de la operación clandestina que, durante años, se mantuvo oculta bajo la sombra de acuerdos internacionales. La investigación sigue su curso, mientras las autoridades colombianas e israelíes intentan desentrañar cómo una transacción multimillonaria de espionaje pudo ser ejecutada con tanta discreción y con implicaciones legales que hoy salpican a altos funcionarios del pasado gobierno colombiano.
Investigación Revista :Raya – RTVC
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