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Jue. Nov 21st, 2024
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Imagen @AgenciaTierras

La Agencia Nacional de Tierras dio un paso crucial en la transformación del campo colombiano al entregar más de 500 hectáreas de tierras a  mujeres rurales en el departamento del Magdalena, un hecho que marca un antes y un después en la lucha por la equidad de género en una de las regiones más afectadas por el conflicto armado. En el marco del Día Internacional de las Mujeres Rurales, este acto simbólico y real subraya el compromiso del Estado con las trabajadoras rurales, devolviéndoles no solo el acceso a la tierra, sino la posibilidad de reconstruir sus vidas, sus comunidades y el futuro del campo colombiano.

El corregimiento de Monterrubio, en los municipios de San Ángel y Ariguaní, fue el escenario de esta jornada histórica. Allí, varias asociaciones de mujeres campesinas recibieron títulos de propiedad que les otorgan seguridad jurídica y, sobre todo, la capacidad de decidir sobre el uso y explotación de estas tierras. Las más de 500 hectáreas entregadas no son solo un trozo de territorio, representan una herramienta fundamental para el empoderamiento de estas mujeres, quienes han estado en primera línea en la defensa del campo, la seguridad alimentaria y el desarrollo sostenible.

Patricia Caicedo, asesora de la Agencia Nacional de Tierras, destacó el profundo significado de esta entrega: “Hoy es un día que marca un hito en la historia de las mujeres rurales del Magdalena. Esta entrega de tierras en Monterrubio representa dignidad, oportunidades y el poder de decidir sobre su propio futuro. Sabemos que la tierra es el sustento de la vida en el campo, y que, en manos de mujeres como estas, se convertirá en una fuente de desarrollo y bienestar para sus familias y comunidades. Este es solo el inicio de un cambio más amplio que seguirá beneficiando a miles de mujeres rurales en Colombia”.

El impacto de esta entrega se sintió en cada rincón de la jornada. Fueron alrededor de 200 hectáreas adjudicadas en San Ángel y 300 en Ariguaní, beneficiando a mujeres que, por años, han luchado contra la violencia, el despojo y la falta de oportunidades. Este acto, más que una simple entrega de tierras, se erige como un acto de justicia y reparación para aquellas que han sido invisibilizadas y marginadas en la estructura del campo colombiano.

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Damián Marañón, director territorial Caribe de la Agencia Nacional de Tierras, subrayó la importancia de este acto en el contexto de un territorio profundamente marcado por la violencia: “El Magdalena ha sido una tierra golpeada por el conflicto, el despojo y el desplazamiento. San Ángel y otras regiones de este departamento sufrieron durante décadas la violencia paramilitar y el desarraigo de cientos de familias campesinas. Pero hoy, con la entrega de estas tierras, comenzamos a escribir una nueva historia. Una historia de justicia, de reparación y de transformación, donde las mujeres son las protagonistas”.

Las beneficiarias no solo recibieron títulos de propiedad; también compartieron historias que reflejan las luchas, sacrificios y esperanzas que durante décadas han sostenido. Ludivina Esther Brieva Carranza, representante de la asociación “La vereda La Palma”, expresó con profunda emoción lo que significa este momento para ella y su comunidad: “Este es un momento que hemos esperado por mucho tiempo. Para nosotras, estas tierras no son solo terreno, representan el futuro de nuestras familias y la posibilidad de vivir con dignidad. Son una oportunidad para construir una nueva vida”.

En medio de la alegría, también hubo lugar para el recuerdo y el homenaje. Luz Dary Vergara Fontalvo, otra beneficiaria, recordó con lágrimas a su esposo, un líder campesino fallecido antes de poder ver culminada esta lucha. “Él soñaba con este momento, pero no alcanzó a verlo. Hoy, con el corazón entrecortado, siento que esto es también para él”, dijo, conmovida, recordando el esfuerzo incansable de tantos campesinos que han dado sus vidas por la tierra y la justicia.

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El impacto de este evento no se limitó al Magdalena. En un acto simultáneo, la Agencia Nacional de Tierras formalizó la entrega de más de 7.000 hectáreas a más de 700 mujeres rurales en distintos departamentos del país, incluidos Bolívar, Boyacá, Meta, Putumayo, Atlántico, Córdoba, Huila, Antioquia y Magdalena. Este es un reflejo del compromiso del gobierno nacional con la equidad de género y el desarrollo rural, en el marco de la Reforma Agraria que busca garantizar el acceso a la tierra en condiciones de igualdad para las mujeres campesinas.

El alcance de esta política pública es amplio y ambicioso.  Solo en el departamento del Magdalena, la Agencia Nacional de Tierras ha entregado alrededor de 10.000 hectáreas en municipio como Remolino, San Sebastián, El Banco y San Zenón, y se espera que para fin de año esa cifra ascienda a más de 20.000 hectáreas adjudicadas a campesinos y campesinas del departamento. Esta estrategia no solo busca cerrar las brechas de desigualdad, sino también garantizar que las trabajadoras rurales puedan acceder a la tierra y a los recursos necesarios para su desarrollo económico y social.

Patricia Caicedo, visiblemente emocionada, expresó que este proceso va más allá de la entrega de títulos: “Muchas de las mujeres campesinas de nuestro territorio han vivido décadas de violencia, desplazamiento y desigualdad. Hoy, con estas tierras, les devolvemos más que derechos. Les estamos devolviendo esperanza, seguridad y autonomía. Me siento profundamente conmovida de hacer parte de este proceso transformador”.

Este evento marca un punto de inflexión en la historia del campo colombiano. Las trabajadoras rurales, que durante años han sido las grandes olvidadas, hoy se erigen como protagonistas de una nueva era para el desarrollo rural y la justicia social. La tierra, que por siglos fue fuente de conflicto y despojo, hoy se convierte en un motor de empoderamiento, donde las mujeres son las encargadas de cultivar no solo los alimentos, sino también el futuro de sus comunidades.

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El esfuerzo del Estado por devolver la tierra a quienes durante tanto tiempo fueron excluidos es parte de una estrategia integral de reparación y desarrollo. La Reforma Agraria, impulsada por el gobierno nacional, tiene como uno de sus pilares fundamentales la equidad de género y el reconocimiento del papel protagónico de las mujeres en el campo. La entrega de tierras es solo el comienzo de un proceso que busca transformar las dinámicas de poder en el campo colombiano y garantizar que las mujeres puedan acceder a los recursos necesarios para su progreso y el de sus familias.

En un país donde el acceso a la tierra ha sido históricamente una fuente de desigualdad y conflicto, este tipo de acciones representan un cambio radical en la forma en que se entiende y se gestiona el territorio. Las mujeres rurales, que han sostenido el campo en medio de las dificultades, hoy comienzan a escribir un nuevo capítulo en la historia de Colombia. Un capítulo donde la justicia, la equidad y el desarrollo son las bases para construir un futuro más justo y próspero para todas y todos.

La Agencia Nacional de Tierras, con esta entrega, no solo cumple con su misión de redistribuir la tierra, sino que también envía un mensaje poderoso: el campo colombiano tiene futuro, y ese futuro está en manos de las mujeres

carloscastaneda@prensamercosur.org


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