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El Ministerio de Justicia, en conjunto con varias entidades del sector, ha dado inicio a una serie de proyectos sociales en diferentes centros penitenciarios de Colombia, con el objetivo de promover la resocialización de las personas privadas de la libertad y garantizar una redención efectiva de sus penas. Estos programas, que abarcan educación, trabajo, actividades culturales, deportivas y recreativas, buscan no solo transformar la vida de los internos, sino también preparar su reintegración a la sociedad de manera digna y productiva.
En el marco de esta estrategia, seis Establecimientos de Reclusión del Orden Nacional (ERON) serán los primeros en beneficiarse de la implementación del Plan de Acción y Sistema de Oportunidades (PASO), un proyecto integral diseñado para fortalecer las capacidades de los internos. La primera fase de este plan se está desarrollando en la Cárcel y Penitenciaría de Media Seguridad de Acacías, en el Meta, y se espera que, en los próximos meses, se replique en otros centros penitenciarios de Tunja, Pitalito, Garzón, Espinal, Bucaramanga y Armenia.
La ministra de Justicia y del Derecho, Ángela María Buitrago, acompañada por el director de la Unidad de Servicios Penitenciarios y Carcelarios, Ludwig Valero, y el director del INPEC, coronel Daniel Gutiérrez, anunció la puesta en marcha del Plan Integral de Programas y Actividades de Resocialización (PIPAR). Este plan, que se lleva a cabo en cumplimiento de sentencias como la T-762 de 2015 y la SU-306 de 2023, responde a la necesidad de dignificar las condiciones de los internos y ofrecerles herramientas reales para su rehabilitación y reinserción social.
Los programas que componen el PIPAR incluyen la educación formal e informal, el desarrollo de habilidades laborales y artísticas, la práctica de deportes, y la participación en actividades recreativas y culturales. Además, se promueve el trabajo comunitario dentro del marco de la justicia restaurativa, un enfoque que busca que los privados de la libertad tomen conciencia de su responsabilidad frente al delito, así como de las oportunidades que tienen para redimir su pena mediante su participación activa en la vida laboral, social y familiar.
Uno de los aspectos clave de este plan es su enfoque en tres fases que permiten un proceso progresivo de reintegración. En la primera fase, los internos participan en programas de sensibilización y fortalecimiento de sus capacidades a través de la educación formal y el aprendizaje de habilidades técnicas y artísticas. En la segunda fase, se busca que los internos afiancen sus hábitos y competencias psicosociales y laborales, aprovechando los programas que se ofrecen en cada centro de reclusión. Finalmente, la tercera fase se centra en la reestructuración de la dinámica personal y familiar de los internos, con el fin de prepararlos para su reincorporación plena a la sociedad, en un entorno que les permita convivir y trabajar en armonía.
El Ministerio de Justicia también ha puesto en marcha, a través del INPEC, la marca institucional Libera Colombia, que promueve la comercialización de productos elaborados por los internos como parte de su proceso de resocialización. Actualmente, existen 24 puntos de venta directa en todo el país, donde se pueden adquirir productos como muebles de madera, bisutería, tejidos, cerámicas, talabartería y otros artículos artesanales. Este modelo no solo ofrece a los internos una oportunidad de redimir su pena, sino que también les brinda una plataforma para generar ingresos y adquirir experiencia laboral, lo cual facilita su integración al mercado laboral una vez finalicen su condena.
Asimismo, el INPEC ha firmado acuerdos con sectores industriales y de servicios, textiles y manufactureros, para facilitar el trabajo penitenciario bajo la modalidad de administración indirecta. A través de estos contratos, los internos participan en la confección de prendas de vestir como chaquetas, jeans y overoles, además de realizar labores especializadas como la fijación de botones, cierres y ojales. También contribuyen a la producción de artículos religiosos como camándulas, lo que refuerza su participación activa en el ámbito productivo.
Durante la presentación del PIPAR en Acacías, la ministra Buitrago hizo un llamado a los diferentes sectores de la sociedad para que trabajen de la mano en la consolidación de estos proyectos, enfatizando que el proceso de resocialización requiere del esfuerzo conjunto de entidades públicas, privadas y de la sociedad civil. “Debemos trabajar en conjunto y ayudar a cerrar las brechas que existen para lograr una verdadera resocialización. La pena debe ser entendida no solo como un castigo, sino como una oportunidad para que la persona privada de la libertad se reincorpore a la sociedad de la cual, en algún momento, fue excluida por sus errores”, señaló la ministra.
Este esfuerzo del Ministerio de Justicia y las entidades aliadas busca no solo cumplir con los mandatos judiciales que exigen mejorar las condiciones de vida en los centros de reclusión, sino también generar un cambio estructural en el sistema penitenciario colombiano. Al brindar a los internos acceso a programas de rehabilitación y oportunidades reales de reinserción social y laboral, se espera que puedan reencaminar sus vidas, contribuyendo así a la construcción de una sociedad más inclusiva y justa.
carloscastaneda@prensamercosur.org
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