Vivir en un municipio que limita con ciudades de países como Paraguay, Venezuela, Bolivia o Argentina trae consigo desafíos y problemas específicos que van desde una deserción escolar superior al promedio nacional hasta la presencia de poderosas organizaciones del crimen organizado o una economía dominada por el contrabando.
Para comprender los desafíos que enfrentan los electores que viven en regiones fronterizas y que deberán elegir alcalde y concejal el próximo domingo (6), Agência Brasil consultó a expertos en el tema. Destacan que la falta de proyectos para el desarrollo económico local en los municipios fronterizos es uno de los principales obstáculos para combatir el contrabando y reducir la influencia del crimen organizado.
El presidente del Instituto de Desarrollo Económico y Social de Fronteras (Idesf), Luciano Stremel Barros, dijo que el relativo atraso económico de las regiones fronterizas se da porque fueron las últimas zonas del país en recibir inversiones.
“Hay problemas de infraestructura y una falta de actividades que son bastante importantes. Como resultado, estos municipios acaban teniendo dificultades para constituir un motor de desarrollo”, observa.
Brasil tiene 588 municipios a lo largo de la frontera, un área que abarca 150 kilómetros desde el límite con los diez países vecinos y que ocupa alrededor del 16% del territorio nacional, concentrando 11 millones de habitantes.
Para el presidente del Idesf, las administraciones municipales pueden, en colaboración con los gobiernos federal y estadual, desarrollar el turismo en las fronteras, que van desde las Pampas de Rio Grande do Sul, pasando por el Pantanal, hasta la Amazonia.
“Existe un gran potencial turístico en estas zonas que se puede explorar más a fondo, como el turismo pesquero. Estos biomas no están sólo en Brasil, sino que permean otros países”, destaca Barros.
Delincuencia organizada
A medida que Brasil se ha convertido en una ruta para el tráfico internacional de cocaína y marihuana producida principalmente en Bolivia, Perú, Colombia y Paraguay, el crimen organizado se ha establecido en varios municipios fronterizos, infiltrándose incluso en las estructuras estatales locales.
El coordinador de la maestría en fronteras y derechos humanos de la Universidad Federal de Grande Dourados (UFGD), profesor Tomaz Espósito, considera preocupante la infiltración de organizaciones criminales en los municipios.
“El crimen organizado está cada vez más consciente de la entrada a las estructuras estatales para lavar dinero. Hay servicios de basura, transporte público y licitaciones en las que hay mucho interés del crimen organizado en participar para lavar dinero y comprar apoyos”, destaca el experto.
Además, Espósito evalúa que, como los cargos en las alcaldías de los municipios fronterizos están ocupados en gran medida por comisionados, muchas veces no hay continuidad en las políticas públicas. “Esto debilita enormemente el papel del Estado y abre brechas y espacios para que el crimen organizado y otros grupos ingresen al espacio estatal del municipio”.
Absentismo escolar y contrabando
Uno de los problemas que afecta a los municipios fronterizos es la tasa de deserción escolar, que es superior al promedio nacional. Para el presidente del Idesf, la deserción escolar está relacionada con la cuestión económica.
“El contrabando y el tráfico de drogas son extremadamente rentables y los chicos de 15 o 16 años pueden ganar entre 3.000 y 4.000 reales al mes. Estas actividades pagan más que cualquier otra en estas zonas”, dice Luciano Stremel Barros.
El profesor Tomaz Espósito evalúa que el contrabando es parte de la cultura de las regiones fronterizas. “Para muchos, el contrabando no es visto como algo ilegal. Especialmente porque no tiene una base económica fuerte en muchos municipios fronterizos. No hay grandes empresas, ni grandes proyectos”, explica.
Se estima que el contrabando de productos genera cientos de miles de millones de reales en Brasil cada año , dando lugar a una evasión fiscal que debería ir a las arcas públicas.
“La capacidad financiera municipal es muy baja. La dinámica de la frontera trae consigo mucha evasión fiscal. También es necesaria una política permanente para el desarrollo de esta región”, añade Espósito.
El profesor de la UFGD agrega que falta capacitación y personal para que estos municipios puedan acceder a recursos para proyectos locales, como los disponibles en el fondo del Mercosur para el desarrollo económico de las fronteras (Focem).
“Normalmente no pueden acceder a ese dinero por la falta de burocracia especializada en la realización de un proyecto”, subraya Tomaz Espósito, recordando también que las condiciones favorables en Paraguay han atraído a empresarios brasileños al país vecino.
“Gran parte del agronegocio paraguayo está dominado por agricultores brasileños. También hay en Paraguay un proceso de industrialización llevado a cabo por empresarios brasileños, que cruzan la frontera para utilizar plástico, energía y mano de obra más baratos. Ellos ensamblan los productos y los reexportan para Brasil”, agrega el profesor.
política nacional
En mayo de este año, el gobierno federal publicó un decreto que crea la Política Nacional de Fronteras “con miras a promover la seguridad, el desarrollo sostenible, la integración regional, los derechos humanos, la ciudadanía y la protección social en las fronteras brasileñas”.
Para el presidente del Idesf, la nueva política fue un avance hacia la integración suramericana. “Esta Política Nacional de Fronteras trae la posibilidad de una mayor integración entre los órganos federales, estatales y municipales”, explica Luciano Stremel Barros.
agenciabrasil.ebc.com.br
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