Presidente de Colombia, Gustavo Petro, en lugares donde abunda la pobreza extrema en Colombia
En un contexto político marcado por la polarización y la confrontación, el gobierno actual ha enfrentado críticas feroces y continuos intentos de desacreditación. Sin embargo, estos ataques no han frenado los esfuerzos gubernamentales para alcanzar la paz y la justicia social. Es evidente que algunos sectores prefieren mantener en silencio los logros sustanciales en la reducción de la pobreza y el avance hacia una paz duradera, optando por ensombrecer estos éxitos con argumentos tendenciosos y falacias.
La paz no se construye con contratos oscuros ni promesas vacías. La paz se logra atacando de raíz los problemas estructurales, como la pobreza, que afecta a millones de colombianos. Es en esta área donde el gobierno ha centrado sus esfuerzos, revirtiendo los efectos devastadores de administraciones anteriores que, mientras destruían los acuerdos de paz, sumían al país en una deuda insostenible y usaban recursos públicos para beneficiar a unos pocos.
En contraste con las políticas pasadas, el actual gobierno ha implementado reformas significativas con resultados tangibles. Un ejemplo claro es la reforma pensional, que se proyecta reducirá la pobreza en siete puntos porcentuales. Este es solo uno de los muchos compromisos asumidos y cumplidos, demostrando que el cambio es posible y que se está trabajando incansablemente por el bienestar de todos los colombianos. Las cifras no mienten: el descenso en los índices de pobreza es un testimonio del impacto positivo de estas políticas.
Censura de Éxitos y Estrategias de Desprestigio
Frente a estos avances, no es sorprendente que ciertos grupos busquen censurar las noticias positivas. La reciente narrativa de acusaciones legales y estrategias para impedir la participación política del presidente refleja un intento desesperado de desviar la atención de los logros del gobierno. Las acusaciones carecen de credibilidad, especialmente cuando provienen de aquellos que han saqueado los recursos públicos y ahora intentan usar estas tácticas para evadir la justicia y repartirse el botín entre ellos.
La oposición y ciertos medios de comunicación han adoptado una agenda que busca frenar el cambio y revertir los avances hacia la paz. En su afán de retornar a un pasado marcado por la violencia y la injusticia, estos grupos no dudan en utilizar estrategias de desinformación para ocultar los éxitos gubernamentales. Lula, en su momento, expresó: “les molesta hasta que se les dé un plato de sopa a los pobres”. Aquí en Colombia, esta realidad se evidencia con creces.
En respuesta a estos ataques, el gobierno ha convocado a la ciudadanía, especialmente a la tercera edad, a movilizarse y defender los derechos adquiridos, como el derecho a una pensión digna. No podemos permitir que los logros alcanzados se pierdan ante los embates de aquellos que añoran un pasado de desigualdad y conflicto. La movilización social es una herramienta poderosa para garantizar que los derechos conquistados no se vean amenazados por intereses mezquinos.
Un Futuro de Paz y Justicia
La paz y la justicia social son los pilares sobre los cuales se está construyendo el futuro de Colombia. A pesar de los intentos de sabotaje y las campañas de desinformación, el gobierno sigue firme en su misión de mejorar la vida de los colombianos. La agenda opositora, con su resistencia al cambio y su deseo de destruir la paz, no lograrán detener el progreso. La nación avanza hacia un futuro más justo y pacífico, y ningún esfuerzo por volver al pasado oscuro tendrá éxito.
El compromiso con la paz y la justicia social es inquebrantable. Cada acción, cada política implementada está orientada a construir un país donde todos los ciudadanos tengan la oportunidad de vivir con dignidad. Este es un llamado a la reflexión y a la acción. No se puede permitir que los detractores de la paz y la justicia social nos hagan retroceder. La historia nos juzgará por nuestros actos y nuestro compromiso con un futuro mejor para todos, expreso Petro.
El gobierno actual, a pesar de las adversidades y los ataques constantes, sigue avanzando en su misión de crear una Colombia más justa y pacífica. La oposición puede intentar manchar estos logros, pero la realidad es innegable: se están haciendo progresos significativos en la reducción de la pobreza y en la construcción de una paz duradera. Este es el verdadero legado de una administración comprometida con el bienestar de su pueblo.
carloscastaneda@prensamercosur.org
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