Esta filosofía consta de 10 reglas muy fáciles de incorporar en nuestra vida.
La filosofía de vida oriental nos propone estilos de vida muy interesantes que, si los incorporamos en nuestro día a día, pueden ayudarnos a manejar mejor la ansiedad o el estrés. El método japonés conocido como ikigai es un concepto que significa “razón de ser” y es considerado un pilar fundamental para una vida plena y longeva. Este método se basa en la búsqueda de un propósito que le da sentido a la vida y se manifiesta en diferentes hábitos y principios que promueven el bienestar y la felicidad.
Mantente siempre activo
Una de las claves del ikigai es mantenerse siempre activo no solamente con actividad física, sino también con la mental. Participar en actividades que desafíen la mente y el cuerpo, como aprender nuevas habilidades, trabajar en proyectos apasionantes o realizar ejercicio regularmente, es fundamental. La actividad constante ayuda a mantener la mente alerta y el cuerpo en forma, previniendo el deterioro físico y mental con el paso de los años.
Tómatelo con calma
La tranquilidad es otra piedra angular del ikigai. En la cultura japonesa, se valora mucho el hecho de vivir de manera pausada y reflexiva. Tomarse el tiempo necesario para disfrutar de las pequeñas cosas de la vida, practicar la meditación o simplemente respirar profundamente, contribuye a reducir el estrés y a mejorar la salud mental.
No comas hasta llenarte
La moderación en la alimentación es crucial para una vida saludable y longeva. En Okinawa, Japón, donde muchas personas superan los 100 años, es común la práctica del “hara hachi bu”, que consiste en comer solo hasta estar un 80% lleno. Este hábito ayuda a prevenir el sobrepeso y las enfermedades relacionadas con la dieta, además de promover una digestión más eficiente y una mayor energía.
Rodéate de buenos amigos
Las relaciones sociales son esenciales para una vida feliz, por lo que rodearse de buenos amigos y mantener relaciones positivas contribuye enormemente al bienestar emocional. Los amigos ofrecen apoyo, compañía y una sensación de pertenencia, lo que es fundamental para una vida plena.
Sonríe
La sonrisa tiene un poder increíble para mejorar el ánimo y fortalecer las relaciones interpersonales. Sonreír no solo ayuda a sentirse mejor uno mismo, sino que también tiene un efecto positivo en quienes nos rodean. La actitud positiva y la disposición a sonreír en diferentes situaciones pueden transformar el día y contribuir a una vida más feliz y optimista.
Ponte en forma
El ejercicio físico regular es vital para mantener el cuerpo en buen estado y prevenir enfermedades. Actividades como caminar, nadar, practicar yoga o cualquier forma de ejercicio que se disfrute, son esenciales para mantenerse en forma. El ejercicio regular no solo mejora la salud física, sino que también tiene beneficios mentales, como la reducción del estrés y la mejora del estado de ánimo.
Disfruta más de la naturaleza
La conexión con la naturaleza es otro principio importante del ikigai. Pasar tiempo al aire libre, disfrutar de paisajes naturales y practicar actividades en la naturaleza, como caminar por el bosque o cultivar un jardín, tienen efectos calmantes y revitalizantes. La naturaleza ofrece un espacio para la reflexión y el descanso, lo que es fundamental para una vida equilibrada.
Sé agradecido
La gratitud es una práctica poderosa que puede transformar la vida. Agradecer por las cosas buenas, grandes y pequeñas, ayuda a enfocar la mente en lo positivo y a valorar lo que se tiene. Esta práctica diaria mejora el bienestar emocional y fomenta una actitud de apreciación y satisfacción con la vida.
Vive el momento
La capacidad de vivir el momento presente o carpe diem es una de las enseñanzas más importantes del ikigai. Estar plenamente presente en cada actividad, disfrutar de las experiencias sin preocuparse por el pasado o el futuro, contribuye a una vida más rica y satisfactoria.
Sigue tu ikigai
Encontrar y seguir tu ikigai es la clave para una vida con propósito. Este concepto implica descubrir aquello que amas, lo que eres bueno haciendo, lo que el mundo necesita y por lo que pueden pagarte. La intersección de estos cuatro aspectos revela tu ikigai, tu razón de ser. Dedicar tiempo y esfuerzo a esta búsqueda no solo proporciona satisfacción personal, sino que también puede inspirar y beneficiar a los demás.
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