La comunicación implica, como ya lo hemos visto personas que intercambian palabras, ideas o signos mutuamente, pero existen diversos factores que pueden impedir o entorpecer la misma, como el ruido.
Pablo y los miembros de Corinto se conocían personalmente ya que él fundó la iglesia en su segundo viaje misionero. Aparentemente tenían también un intercambio de correspondencia, donde miembros de la iglesia escribían a Pablo (1.11) y donde Pablo escribía a la iglesia (1.2; 5.9; 16.22).
Si bien la iglesia de los Cristianos de Corinto era relativamente nueva, Pablo muestra su preocupación por diversas cuestiones que añadían ruido al mensaje del evangelio de Jesucristo.
Solo mencionaremos algunos de los ruidos:
- Divisiones y pleitos en la iglesia.
- Algunos que se creían demasiado “sabios y presumidos”.
- Inmoralidad.
- Problemas matrimoniales.
- Desorden en los cultos y mala comprensión de la Cena del Señor.
- Mala práctica de los dones espirituales.
Si bien, se podría afirmar que en el contexto del Nuevo Testamento, aparentemente la iglesia de Corinto era una de las más problemáticas, la estrategia de comunicación de Pablo no fue solamente recriminarles por todo este ruido, que impedía que la iglesia posea un buen testimonio hacia las demás personas.
Pablo por el contrario los saluda llamándoles “pueblo santo”, “los que han sido santificados”; “hermanos”, “templo del Espíritu Santo”. Incluso finaliza la carta diciéndoles “Los amo a todos ustedes en Cristo Jesús”.
Pablo es firme y directo al señalar los graves problemas que existían entre los miembros de iglesia. Pero antes y después de cada recriminación utiliza un lenguaje tierno, tratando de rodearlos del amor y la gracia de Jesucristo.
Es de destacar en la comunicación de Pablo el tema del amor. 1º Corintios 13 es uno de los poemas más bellos de la Biblia sobre el amor. Aunque es utilizado entre novios y en la realización de matrimonios, este capítulo está dirigido más bien a miembros de iglesias problemáticas.
Pablo señala: No importa si me comunico con los ángeles, No importa si comunico la Biblia, no importa si comunico cosas maravillosas e increíbles, no importa si comunico demasiada dadivosidad, no importa si uno predica los más bellos sermones, incluso señala “no importa si reparto todo lo que tengo entre los pobres” y “no importa si entrego mi cuerpo para ser martirizado”… Nada de esto importa si no hay amor.
Creería que este es el mensaje de Pablo:
Amor, Amor, Amor. Como pastor fundador de la iglesia de Corinto, Pablo está muy preocupado y menciona en la carta cada cosa que le preocupa. Pero lo hace siempre con un espíritu de amor.
Y ustedes pueden leer de nuevo este libro: Pablo señala, a pesar de sus errores yo les amo y Jesucristo les ama. Amémonos unos a otros. Al comunicarnos seamos pacientes, bondadosos, veraces, perdonadores y estemos llenos de regocijo.
Por otro lado indica los ruidos que dañan una comunicación: Creerse superior a los demás, creerse más espiritual que los demás, ser envidiosos, ser jactanciosos, ser orgullosos, ser egoístas, ser rudos, estar llenos de enojo y rencor.
Pablo invita en el capítulo 13 a madurar y crecer en el amor de Jesucristo. En toda la carta trata de llevar su comunicación por el principio que señala: Fe, Esperanza y Amor. Y enfatiza “Pero la mejor comunicación es el amor”.
En 1º Corintios encontramos principios presentados por Pablo para la comunicación en cualquier circunstancia de crisis. Esto se puede aplicar a una iglesia, a un matrimonio, conflictos laborales o de cualquier otro tipo.
Pablo termina su carta con un llamado a la esperanza en la resurrección, la renovación, la paz y la dadivosidad. Menciona a varias personas y les manda un gran abrazo de amor en Jesucristo a cada una de las personas que escuchan o leen esta carta.
Y enfatiza: Jesucristo viene: Comuniquémonos con amor.
- El dilema de Alemania ante un acuerdo con el Mercosur - 24 de noviembre de 2024
- La Cumbre Iberoamericana revela profundas divisiones regionales - 20 de noviembre de 2024
- Latinoamérica puede sacar partido de la guerra comercial entre Trump y China - 20 de noviembre de 2024