En Brasil casi 70% de los casos de dengue de Latinoamérica y el Caribe

Los países de América Latina y el Caribe han registrado aproximadamente 4,6 millones de casos de dengue este año. La cifra representa un aumento del 237% en comparación con el mismo periodo del año pasado. Brasil superará los 3,1 millones de casos probables en 2024, es decir, el 67,4% de los registros de la región.

La información proviene de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y fue compartida el jueves (11) por el especialista en arbovirus de la organización, Carlos Melo, durante un seminario organizado por la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz) en Río de Janeiro.

Arbovirus son enfermedades causadas por virus transmitidos principalmente por mosquitos, como el Aedes aegypti, que transmite el dengue, el Zika y el chikungunya.

Cifras

En números absolutos, Brasil ocupa el primer lugar del ranking. Luego vienen Paraguay, Argentina y Perú, que no superan los 200 mil casos cada uno.

Una de las razones de la prominencia de Brasil es que tiene la mayor población. Sin embargo, cuando observamos la incidencia del dengue, es decir, la proporción de casos respecto a la población, el país ocupa el segundo lugar, detrás de Paraguay.

Según datos de la OPS, Paraguay tiene una tasa de 2.540 casos por cada mil habitantes, mientras que Brasil registra 1.816. Sin embargo, el Ministerio de Salud brasileño reporta una tasa de incidencia de 1.529 por cada mil personas en el país.

En términos de muertes confirmadas por dengue, Brasil tiene 1.292 registradas en 2024 y lidera el ranking de la OPS en números absolutos. Sin embargo, en términos proporcionales, el país está detrás de Paraguay, Guatemala, Perú, Bolivia, Honduras, Ecuador y Argentina.

Cambio climático

De los 25 países que cubre la OPS, 12 registran brotes, es decir, más casos probables de los previstos.

Para la Organización, una de las causas que justifican la epidemia en Brasil y los brotes en otros países es el fenómeno de El Niño – calentamiento anormal de las aguas del Océano Pacífico, que puede ser el mayor jamás registrado. “Este comportamiento está claramente asociado al cambio climático”, afirma Carlos Melo.