
Imagen El Tiempo
Las imágenes que circularon en las redes sociales, mostrando cómo los frailejones se están recuperando gradualmente después de los devastadores incendios que arrasaron el paisaje del páramo de Berlín en enero, han sido descritas como un verdadero milagro. Sin embargo, tal como lo señalaron tanto los expertos como los campesinos locales en su momento, era necesario concederle tiempo a este ecosistema para que se recuperara de manera progresiva y natural.
Según el análisis realizado por expertos de la Universidad Industrial de Santander (UIS), se descubrió que, aunque la parte externa de las plantas fue completamente consumida por el fuego, el cogollo interno, que es vital para su supervivencia y capta agua, permanecía intacto. Este fenómeno es característico de los frailejones, plantas emblemáticas de los páramos colombianos.
A un mes del incendio que conmocionó a los habitantes locales al transformar el páramo en un paisaje desolador, las imágenes que muestran la «resurrección» de este ecosistema se han convertido en un símbolo de su capacidad de resiliencia. La especie está emergiendo nuevamente y está brotando agua, un proceso que ha sido aclamado como una victoria de la naturaleza misma.
Los profesores de la UIS, Diego Suescún y Javier Pinzón Torres, explicaron que al abrir las hojas de los frailejones se revela que el cogollo, fundamental para su crecimiento, permanece protegido y húmedo dentro de las mismas hojas, actuando como una especie de refugio natural.
Este fenómeno se atribuye a las condiciones extremas del hábitat de los frailejones, ubicado a altitudes superiores a los 3.000 metros y sometido a temperaturas muy bajas, lo que induce a la planta a desarrollar mecanismos de protección, como una armadura de hojas que resguarda sus áreas vitales y más sensibles.
Los expertos también han advertido sobre la importancia de permitir que la vegetación circundante, como las gramíneas propias de la zona, siga su curso natural de crecimiento, sin interferencia humana, para garantizar una recuperación completa del ecosistema. Pisotear esta vegetación en crecimiento podría obstaculizar su desarrollo y la restauración del suelo.
El incendio consumió aproximadamente 400 hectáreas de bosque virgen, de las cuales 40 eran exclusivamente de frailejones. Estos ejemplares, algunos con hasta 300 años de edad, desempeñan un papel crucial en la captura y almacenamiento de agua, esencial para el equilibrio hídrico del páramo.
Luis Fernando Cáceres, director de Biótica Consultores, destaca la capacidad de los frailejones para almacenar grandes cantidades de agua, liberándola gradualmente en el suelo del páramo, un proceso vital para la preservación de este ecosistema único.

