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En Colombia, los vehículos tienen una vida útil sorprendentemente larga, superando los 19 años en promedio. Esta longevidad del parque automotor presenta desafíos significativos, ya que más del 64% de los vehículos tienen más de 10 años. La industria automotriz aboga por estímulos para la chatarrización, pero la falta de incentivos para los vehículos particulares y las restricciones ambientales contribuyen a mantener en circulación automóviles obsoletos. En este contexto, surge la pregunta fundamental: ¿Qué medidas deben tomarse para abordar esta situación y promover una movilidad más sostenible?
La edad promedio de los vehículos en Colombia es de 19 años, lo que conlleva a motores menos eficientes y sistemas de control de emisiones obsoletos. Esto resulta en una mayor emisión de contaminantes atmosféricos, contribuyendo al cambio climático y afectando la calidad del aire urbano. Además, los vehículos más antiguos consumen más combustible, agravando la dependencia de los combustibles fósiles.
Andemos señala que la obsolescencia de la flota vehicular es responsable de la degradación de la calidad del aire urbano. La contaminación del aire en Colombia tiene costos significativos para la salud, ascendiendo a $15,4 billones, lo que equivale al 1,93% del PIB de 2015 y está relacionado con 10,527 muertes y 67,8 millones de síntomas y enfermedades. Es evidente que la renovación del parque automotor es crucial para abordar estos problemas medioambientales y de salud.
Aunque el gobierno promueve la transición hacia vehículos eléctricos, la falta de infraestructura, el alto costo de fabricación y la limitada oferta y demanda obstaculizan su adopción masiva. A pesar de representar el 1,8% de las ventas del mercado en 2023, los vehículos eléctricos enfrentan obstáculos para convertirse en la única alternativa viable en el corto plazo.
El gobierno ha implementado incentivos para la renovación de vehículos de carga, pero la falta de estímulos para vehículos particulares limita la chatarrización. Andemos propone bonos para la renovación de vehículos obsoletos por modelos más eficientes, combinados con políticas de restricción basadas en niveles de emisiones. Sin embargo, estas propuestas no han sido respaldadas por el gobierno, generando preocupaciones en la industria automotriz.
Ante la posibilidad de prohibir vehículos de combustión interna a partir de 2040, surge la pregunta sobre la viabilidad de esta medida y la necesidad de explorar alternativas viables. La movilidad eléctrica, aunque prometedora, no puede ser la única solución, y es esencial abordar los desafíos asociados con su implementación, incluida la infraestructura de carga y la accesibilidad económica.
El envejecimiento del parque automotor en Colombia presenta desafíos ambientales y de salud significativos. Se hace necesario que el gobierno y la industria trabajen en conjunto para implementar políticas efectivas que incentiven la renovación del parque automotor, considerando diversas tecnologías y fomentando la adopción de vehículos más eficientes y sostenibles. La colaboración entre sectores es crucial para garantizar un futuro de movilidad más limpio y sostenible en Colombia.

